Bill Beaumont y Alan Gilpin

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La guerra política en World Rugby al extremo: el Norte le ganó a Pichot y Sudamérica quedó aislado

La alianza liderada por el dirigente argentino perdió 41-10 en la votación; el nuevo torneo dará más competencia y dinero a las potencias pero no da garantías a los más chicos
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24 de octubre de 2023 a las 17:55

Este martes, el día en que World Rugby anunció uno de los cambios más grandes de los últimos tiempos en su sistema de competencia, marcó también el punto de máximo enfrentamiento entre las dos grandes corrientes políticas a la interna del rugby. Y, contra el interés de esta parte del mundo, el gran derrotado fue Sudamérica, que quedó casi aislado.

Fue un contundente triunfo de las Home Unions (los países británicos más Irlanda) que empujaron la votación para aprobar la Nations Cup, el torneo en el que competirán los 12 mejores del mundo (los Seis Naciones, los cuatro del Rugby Championship más dos equipos, seguramente Fiji y Japón) en el período entre mundiales. Además habrá una segunda división, o Challenger, que jugarán otros 12 equipos, pero que no tendrán ascensos y descensos hasta 2032.

La explicación de cómo funciona el torneo, acá.

Los países británicos más Irlanda convencieron a último momento, en la misma reunión del martes, a Francia, que se oponía por los reparos que planteó la Liga Nacional de Rugby (LNR), que maneja el Top 14 francés, a los cambios en el calendario, según informó The Times. Así aseguraron el 75% necesario de votos para cambiar la regla 9 de sus estatutos, que extiende en una semana el calendario de partidos de selecciones.

Sudamérica apostó todo a bloquearlo, al menos temporalmente, para seguir negociando. Pero perdió. Necesitaba 12 votos de los 51 del Consejo de World Rugby y se quedó en 10: los tres de Argentina, los dos de Sudamérica Rugby, el voto de Uruguay, y los apoyos de Rugby Europe (dos votos), Rumania (1) y uno de los votos de Asisa Rugby, que dividió su elección.

Del lado del sí (41 votos) estuvieron Los países del Seis Naciones (18 votos en total), los tres grandes del sur (Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda, 9), Japón (3) Rugby Americas North (2), Oceania Rugby (2), Rugby Africa (2), un voto individual de Asia Rugby, y los de Canadá (1), Estados Unidos (1), Samoa (1), Georgia (1).

Los por qué de esos votos son muy variados, y explican por qué votaron por algo que a primera vista perjudica sus intereses. Canadá y EEUU tienen lazos históricos con los países europeos, que los llevó a quebrar su alianza con Sudamérica antes de la elección de 2020; algo similar lo que ocurre con las islas del Pacífico, que recibieron el cambio de reglas de elegibilidad a cambio del voto a Beaumont en 2020; Georgia apuesta a meterse en competencias de clubes europeas, aunque tiene cerrada la puerta del Seis Naciones.

Lo concreto es que la alianza de países que Pichot lideró en 2020, y que lo llevó a perder la elección por muy poco margen, se resquebrajó luego. Hoy el contrapoder quedó reducido al mínimo: apenas Sudamérica y parte de Europa, que, además no tienen muchas formas de entablar proyectos en conjunto.

Todo el control a los grandes y la letra chica

Los tres gigantes del Sur, necesitados de dinero, acordaron con el Norte. El acuerdo les permite ser los dueños del nuevo torneo, y vender los derechos de TV, sin que World Rugby intervenga. Fue una de las discusiones más intensas de los últimos días: que WR mantuviera el control de algunos aspectos del torneo, algo que no se dio, ya que solo manejará la segunda división. 

Eso, por ejemplo, siembra dudas sobre la letra chica de lo que ocurra en los próximos años. Los documentos negociados en la previa al Council de este martes hablan de 27 partidos “crossover” entre Tier 1 y Tier 2 en cuatro años, pero no hay garantías de que ocurran, ni sanciones para el caso de que no se hagan, lo que fue el gran problema del acuerdo anterior, el de San Francisco de 2017. Pero además, esos propios documentos dejan abierta la puerta a que muchos de los partidos de los Tier 2 ante “Tier 1” sean en realidad ante Fiji, Japón e Italia, lo que implicaría jugar menos encuentros ante equipos verdaderamente Tier 1.

El Observador le preguntó específicamente sobre el tema a Alan Gilpin, CEO de World Rugby, en conferencia de prensa. El ejecutivo dijo que no sabía de qué documentos trataba la pregunta, y repitió que el compromiso eran “50% más de partidos crossover” más para los Tier 2 en los próximos años respecto al acuerdo de 2017. Algo que no se condice con lo negociado previamente.

 Antes Gilpin había aclarado que los detalles concretos deberán seguir negociando en los próximos meses. “A Portugal y Chile, que tuvieron un gran torneo, esta estructura les va a dar garantías de competencia contra sus pares, en base anual. Pero además hay un 50% más de partidos crossover garantizados, además de partidos garantizados contra los pares. Sin este torneo no había fixtures garantizados, ni planificación anticipada de las competencias. Eso les da una posibilidad de plantear hacia adelante. Por ejemplo, sin este nuevo plan Samoa no tendría fixtures el año que viene”.

Pero además, World Rugby tampoco aprobó la posibilidad de elevar la cantidad de países del Mundial juvenil M20 de 12 a 16, de manera que la falta de competencia a nivel de mayores se pueda equilibrar con más partidos a nivel juvenil. 

Dentro de todo ese panorama sombrío, la única buena noticia fue que el número de participantes del Mundial masculinoi se elevará a 24 países a partir de 2027.

"Ciertos países tendrán sus propias opiniones sobre estos temas. Si lo analizas, hubo una mayoría bastante significativa de votos a favor. Se necesita una mayoría de algo más que dos tercios, no un simple 50 por ciento”, dijo Beaumont. "Me gustaría pensar que en la sala podría haber habido algunas diferencias, pero en general, hubo una votación bastante significativa a favor de estas nuevas competencias", agregó.

La Pacific Nations Cup: Sudamérica afuera

Pero además, Sudamérica Rugby se quedó sin otra competencia que World Rugby anunció este martes: la Pacific Nations Cup, que disputarán los países del Pacpífico (Fiji, Samoa, Tong) de América del Norte (Canadá y Estados Unidos) y Japón a partir de 2024. El presidente de Sudamérica Rugby, Sebastián Piñeyrúa, había anunciado que no quería esa competencia, porque no será en ventana internacional y los equipos no podrán contar con sus principales jugadores.

Sudamérica se la jugó a bloquear, pero al final del día se quedó sin el pan y sin la torta. La estrategia es conseguir partidos con los segundos equipos de Australia, Nueva Zelanda y Australia en los viajes que hagan a Argentina a jugar el Rugby Championship. Pero aún no hay nada concreto de eso.

El anuncio de World Rugby sobre ese torneo fue otra forma de pasar el mensaje de que le asegura más competencia para los Tier 2, y también de subrayar la oportunidad perdida de Sudamérica. Básicamente, pasar un mensaje: a los que acompañan les va bien, a lo que no, mal. 

Consultado en conferencia de prensa, el presidente de WR Bill Beaumont dijo sobre la ausencia de Uruguay y Chile en ese torneo:  “Uruguay y Chile, creo, continuarán jugando las competencias sudamericanas. Estamos orgullosos de lo que Uruguay hizo, fue impresionante. como Portugal, tendrán la posibilidad de participar en las futuras competencias, que nunca habrían podido tener antes de este proyecto”. 

El plan de Sudamérica

¿Por qué Sudamérica hizo eso? El Observador le consultó al presidente de Sudamérica Rugby, Sebastián Piñeyrúa, quien dijo que fue una forma de proteger a los países más pequeños de la región: “Estamos buscando una Américas. No queremos dejar tirado a Paraguay y Brasil que están invirtiendo US$ 1 millón en sus franquicias para el primer semestre. Queremos un torneo que permita crecer a toda la región. Sino le haríamos a nuestras uniones lo que nos quejamos ocurre a nivel global”.

“Trataremos de jugar tests cross over y potenciar nuestro torneo de Americas con equipos A de los países Tier 1 y así mejorar nuestro nivel. Ese es el plan, y lo que entendemos necesitamos para crecer todos, y no solo una o dos uniones”, dijo en referencia al plan de jugar ante los segundos equipos de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica durante

Piñeyrúa y Pichot entienden que en 2026, cuando Japón y Fiji se vayan a jugar la división A de la Nations Cup, la Pacific dejará de tener sentido comercial y deportivo. Pero de todos modos, en estos dos años no tendrán competencia.

Ahora empiezan tiempos de negociación, para bajar las aguas y buscar formas de paliar el daño que se estima generará el nuevo torneo. En el mapa inmediato estará poder conseguir el Mundial de 16, y la competencia con los tres grandes del Sur. 

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