Los nombres son otros. Los juegos de mesa nunca desaparecieron, pero cambiaron. Lo que antes era terreno de loterías, ludos, generalas, cartas españolas y damas, ahora está dominado por creaciones más recientes, más complejas en su estructura, pero que ofrecen el mismo resultado.
Claro que la competencia es más dura, de ahí que los juegos ofrezcan giros y dinámicas diferentes. Antes, un día de lluvia o una noche de verano tenía en esos rectángulos de cartón poblados por dados y fichas una de las pocas salvaciones. Ahora, sea cual sea el clima, hay un dispositivo electrónico a mano dispuesto a matar los ratos libres, incluso algunos de los que deberían ser productivos.
Pero tranquilos, padres, que con un buen juego de caja hay opciones para sacar a su hijo niño o adolescente de adelante del teléfono, tablet o computadora. Solo hay que saber qué nombres buscar, donde encontrarlos, ya sea para comprarlos o para ir a jugarlos sin tener que invertir en ellos (porque hay que aclararlo, suelen ser más caros que los viejos juegos, aunque no aburren tan rápido y duran años).
De hecho, así como hay un mayor interés en los nuevos juegos como Catán o Dixit de parte de jugadores millennials (más o menos los que van desde los 20 hasta los 40 años), también hay unos cuantos mayores que se han volcado a esta tendencia como forma de conectar con sus parientes más jóvenes. Pablo Figoli, uno de los organizadores de las jornadas Gaming Night Society y responsable de Divertite! Jornadas lúdicas, explicó a El Observador que “al ver estos juegos, los adultos inmediatamente lo ven como una oportunidad de poder realizar más actividades en familia, actividades alejadas de los medios digitales. Mucha gente cuando va a comprar dice cosas como ‘me viene bárbaro para los fines de semana en casa con mis hijos’ o ‘me gustaría tener algo que hacer con mis sobrinos cuando vienen de visita’. Tener un juego de mesa a mano siempre fue bastante común, ahora simplemente se ha ampliado el catálogo con más y mejores opciones”, consideró.
Así como antes una partida de juegos como Monopoly – que se ha mantenido a través de versiones modernizadas o de ediciones basadas en series, películas, videojuegos y sagas varias – o del War duraban horas y horas, y después de unas cuantas veces de jugado se convertían en un aburrimiento, los nuevos juegos proponen más velocidad, con partidas más cortas (un juego largo puede llegar a tardar una hora), y en algunos casos, juegos donde hay que colaborar entre todos para ganarle al juego en sí, según señalaron Pablo Espinosa y Juan Ghigliano de la tienda Kattegat.
Antes los que perdían podían pasar un par de horas viendo como el resto de los jugadores seguían adelante, sin esperanzas de reengancharse. La velocidad y la dinámica de los nuevos juegos hace que aunque se pierda, el tiempo de espera hasta la próxima partida sea más corto, e incluso hay juegos en los que la información sobre los demás jugadores que posee el eliminado lo hace seguir siendo importante para el resto.
Si usted fue niño o adolescente en la década pasada, es probable que si tenía una computadora haya jugado a Los Sims y recuerde su sistema de expansiones: al juego básico se le agregaban más opciones comprando nuevos discos. Un sistema similar tienen los juegos de mesa actuales. Cuando el juego básico aburre, hay agregados que aportan nuevas dinámicas, permiten que participen más jugadores o renuevan el tablero de juego.
Para elaborar esta selección, fueron consultados distintos responsables de tiendas especializadas, así como organizadores de jornadas de juegos de mesa. Quienes participaron fueron Pablo Figoli, de Gaming Night y Divertite! Jornadas Lúdicas; Nicolás Galli, de Claustrofobia, local de salas de escape y que además ofrece un espacio de juegos; Pablo Espinosa y Juan Ghigliano de Kattegat (tienda ubicada en Sinergia Design que también ofrece préstamo de juegos en el local) y Gervasio Lembo, de la librería y local de juegos El castillo vagabundo.
Lembo explica algunos de los motivos por los que este tipo de juegos se han popularizado en los últimos tiempos: son más accesibles, tanto porque las compras por internet son más sencillas como porque ahora también se venden acá. "Hay más diversidad en los juegos, y sobre todo, porque perdieron el estigma. En los últimos años, con las adaptaciones de Narnia, El Señor de los Anillos y Game of Thrones, lo fantástico se hizo masivo. Hoy ser nerd está de moda, y estos juegos vienen de ahí".
El más popular de los juegos de la nueva camada fue creado por un dentista alemán en 1995. Se juega de a tres o cuatro personas, aunque también pueden adquirirse expansiones que agrandan el tablero a dos jugadores más. El juego se desarrolla en una isla y cada jugador representa a un colono que busca construir ciudades, pueblos y carreteras (que equivalen a puntos) utilizando los recursos naturales de la isla. Entre la gestión de recursos, la utilización de cartas, el azar de los dados y las incidencias del juego, la intención es llegar a diez puntos antes que los demás jugadores. Se lo considera como la “puerta de entrada” a los nuevos juegos. Hay diferentes variantes y versiones que agregan dinámicas diferentes al juego básico.
Precio: $ 2600-$ 3300. Expansiones a $ 2000-$ 2200
Donde jugarlo: El castillo vagabundo, Kattegat, Claustrofobia, Gaming Night
El psicólogo infantil francés Jean-Louis Roubira es el creador de este juego, que apareció por primera vez en 2008 y se enfoca en los sueños. Participan hasta seis jugadores y el objetivo final es el de sumar 30 puntos. Cada participante tiene seis cartas con imágenes. En su turno, se convierte en el “narrador”, elige una carta y la coloca boca abajo mencionando una frase breve que, imagina, puede titular esa postal. Los demás deben colocar cartas de su mano que puedan asociarse con ese mismo título. Las cartas se revelan y los jugadores que no tienen el turno deben elegir cual creen es la que puso el “narrador”. También existen ampliaciones que agregan más cartas al juego.
Precio: $2500 - $ 3200
Donde jugarlo: El castillo vagabundo
Otro juego de origen europeo (de donde procede la primera ola de esta camada de nuevos juegos), en este caso uno ambientado en una ciudad medieval francesa, aunque creado por un alemán. Sus partidas son rápidas, puede jugarse desde los siete años, y combina la táctica y la estrategia en un tablero que cambia con cada juego, ya que se va construyendo por parte de los jugadores, que instalan edificaciones y caminos, y sobre ellos, personajes. Cada construcción suma puntos, pero debe haber un orden y una coherencia en la colocación.
Precio: $2200 - $2800
Donde jugarlo: Kattegat, Gaming Night
Hay un mapa continental (Europa o Estados Unidos) y los jugadores deben llegar a la ciudad que tienen asignada como destino – y que nadie más conoce – e ir construyendo su camino ferroviario hacia ellas, reclamando rutas y colocando vagones en el tablero. Otro de los “eurojuegos” basados en la administración de recursos. Los conocedores lo señalan junto al Carcassone como más atractivos y complejos que otros más conocidos como el Catán.
Precio: $3200
Donde jugarlo: Kattegat
Aquí hay varios, con temáticas diferentes según los gustos: Western, ciencia ficción, o medieval. Por lo demás, y si bien tienen diferencias, sus dinámicas son similares. Son juegos breves, de entre 15 a 30 minutos, en los que cada jugador tiene un rol. Algunos son de público conocimiento, otros solo los conocen los de su bando, otros no los conoce nadie. Cada uno tiene sus objetivos para ganar. Las sospechas, las acusaciones, los duelos y la búsqueda por revelar a los jugadores enemigos son los principales atractivos de estos juegos, que por su sencillez también son más baratos.
Precio: $1550 - $ 1900
Donde jugarlo: Cada local y evento tiene los suyos
Una versión más compleja del clásico “dígalo con mímica”. Con una ambientación en el mundo del espionaje, los jugadores se dividen en dos equipos (o uno contra otro, ya que el mínimo son dos jugadores). En el tablero hay distintas palabras en tarjetas: algunas esconden agentes aliados, otras a neutrales, otras a enemigos, y una esconde a un asesino que en caso de revelarse, elimina a ese jugador. Los jefes de cada equipo deben decir una pista que llevará a sus compañeros a identificar las palabras correctas para descubrir a todos sus aliados. El primer equipo en hacerlo, gana. La interpretación personal de las pistas, su facilidad y velocidad son de las claves de este juego.
Precio: $ 1700 - $ 2000
Donde jugarlo: Claustrofobia, Kattegat
Si bien tiene una temática más abstracta, es sencillo de jugar y abierto a varias edades, ya que sus piezas recurren a números y colores. Los jugadores son mercaderes renacentistas que comercian joyas. Cada uno empieza con algunas y debe usarlas para comprar cartas, que van dando puntos. En el tablero también hay “nobles”, que se pueden comprar con joyas y agregan aún más puntos. El primero en llegar a 15 gana. Rápido en sus partidas, fácil de entender una vez que se está jugando, y adaptable a distintos públicos: los más jóvenes sumando y acumulando, los mayores agregando una capa de estrategia y acciones para complicar al resto de jugadores.
Precio: $ 2600
Donde jugarlo: Kattegat, Gaming Night
Una versión modernizada de los juegos de trivia, que le agrega algunos desafíos que ponen a prueba la coordinación, la memoria, el razonamiento y hasta el tacto. Con partidas de 15 minutos, los jugadores van volteando cartas que contienen desafíos. El primero en colocar su mano encima de la carta se postula para completarlo. Cuando se superan dos del mismo tipo, se recibe una de las cuatro piezas de un mini-puzle con la imagen de un cerebro; el primero en completarlo, gana.
Precio: $1250
Donde jugarlo: Claustrofobia
Las salas de escape son una de las tendencias del entretenimiento actual, y estos juegos los replican con un tablero. Cada versión ofrece tres “salas”. Los jugadores tienen cartas y reciben indicaciones numéricas que los van dirigiendo para buscar en las cartas las pistas para ir escapando. Como punto negativo, una vez que se sabe como escapar, el juego pierde la gracia, de ahí que haya distintas ediciones.
Precio: $2200
Donde jugarlo: Claustrofobia, Kattegat
La isla griega es el escenario de este juego, en el que los jugadores deben construir edificios y escalar sobre ellos hasta posarse sobre los más altos, de tres pisos. Los demás deben impedir que lo logren mientras escalan por su cuenta. Para alterar la dinámica del juego, intervienen los dioses griegos, que proporcionan al jugador que los activa formas diferentes de ganar o poderes diferentes. Cada partida será diferente gracias a estas modificaciones.
Precio: $ 3300 - $ 3800
Donde jugarlo: Kattegat
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