Plaza Colonia y Peñarol igualaron 1-1 en el Estadio Alberto Suppici en un partido muy friccionado donde ninguno de los equipos logró imponer condiciones hasta que Facundo Waller, la gran figura de la cancha, aprovechó un espacio vacío afuera del área para disparar ante un Gastón Guruceaga que tuvo una reacción imposible de justificar.
En el aniversario del club patablanca, los locales salieron desde el primer minuto con la intención de adueñarse del partido y celebrar a lo grande pero se encontró con un Peñarol que desde la intensidad de Nahitan Nández por derecha y el despliegue de Cristian Rodríguez por izquierda buscó generar situaciones para Junior Arias y Mauricio Affonso.
Con la pelota en su poder, Peñarol chocó de manera sistemática contra una zona medular donde Plaza Colonia tuvo el trabajo a destajo de Facundo Waller y el aporte de Mariano Bogliacino quien, aplicado tácticamente, fue importante en los relevos hacia los costados para no quedar nunca mal parado.
El equipo de Leonardo Ramos tuvo un problema crónico en la gestación de fútbol porque Marcel Novick no acompañó el sacrificio con precisión y la zona media de Peñarol se transformó en una máquina de perder pelotas.
Los hombres de Edgardo Arias tuvieron incidencia en ese punto, ya que salieron a tapar la salida de Guzmán Pereira y dejaron libre a Novick quien mostró enormes dificultades para organizar la salida de Peñarol.
Peñarol, el equipo que sostiene su ilusión en base a la actitud, no contagió a nadie y no se le cayó una idea ante un local que firma el empate desde el dibujo táctico con una zona media poblada y un solo delantero.
En el segundo tiempo Leonardo Ramos leyó que su equipo no funcionaba y le dio ingreso a Gastón Rodríguez que le cambió la cara. Rápido, vertical y ofensivo, Peñarol salió con otra actitud y Plaza se replegó en su terreno buscando cerrar su arco y aprovechar un error rival para soñar con los tres puntos.
Y el error llegó cuando Facundo Waller, el pulmón de Plaza en el partido, encontró una pelota suelta en la medialuna y su disparo se transformó en el error de la fecha. Guruceaga puso las manos muy débiles y la pelota entró pidiendo permiso ante la mirada incrédula de sus compañeros.
Luego del gol Peñarol se desfiguró, se llenó de nervios y no encontró ninguna solución ante un equipo local que cerró filas y fue impenetrable. Ramos apeló a los ingresos desesperados de Lucas Cavallini y Matías Mier que cayeron en la confusión general.
Con muchos menos recursos, pero con las ideas claras y pibes del club que rayaron a gran altura como el propio Waller, en Plaza Colonia era todo fiesta hasta que en el minuto 95 Cristian Rodríguez decretó la igualdad que le permite al aurinegro conservar el invicto pero perder dos puntos de oro en la recta final de un Torneo Apertura que puede dejarlo lejos de la definición.
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