Fútbol > CLAUSURA
Peñarol ilusiona para el clásico: gana, gusta y lidera invicto
Empezó mejor Peñarol y en seis minutos tuvo dos situaciones de riesgo sobre el arco de Martín Rodríguez, la primera en los pies de Diego Rossi y la segunda en una pelota larga a Lucas Viatri, que encontró a un guardameta atento para evitar el remate del delantero.
Primer tiempo
Por su parte, en la otra cancha, Rodrigo Rivero empezó a inquietar a la defensa de Peñarol desde el inicio y a los 10', encontró una pelota que cruzó toda el área, a la espalda de los defensas y su remate se perdió cerca del arco del Dawson.
Aurinegros y albinegros no se dieron tregua. Wanderers descubrió que en ese sector en el que apareció Rivero, Peñarol tenía problemas. En la zona en la que defendió Guillermo Varela, el delantero bohemio se las ingenió para dañar. Y los visitante pusieron la pelota allí. De alguna forma, el partido crecía en emociones.
A los 16', lo tuvo Wanderers con un remate desde afuera del área. Y Peñarol respondía con lo suyo, con la velocidad de su juego por las bandas. Macaluso se empezaba a agigantar en la defensa de los bohemios, que evitaba que Viatri quedara otra vez de cara al gol.
El partido fue cada vez más intenso. El juego no supo de pausas, por la propuesta de los dos equipos. Por la apuesta al fútbol.
Un tiro libre de Estoyanoff a los 21', otra vez dejó a los aurinegros de cara al gol, pero la figura de Martín Rodríguez comenzó a agigantarse.
Peñarol estuvo despierto y lo reflejó en cada acción, en el juego de transición y en la presión ofensiva. A los 26' aprovechó una desatención defensiva de Wanderers y Maxi Rodríguez llevó peligro, tras un robo en el área, pero Martín Rodríguez evitó otro gol.
El único punto flaco de los mirasoles estuvo en el sector izquierdo de la defensa, donde Rivero fue el jugador más desequilibrante de los bohemios y el aurinegro no encontró soluciones.
De todas formas, el primer tiempo dejó a Peñarol gusto a poco, porque jugó y generó fútbol como para estar en ventaja en el marcador, sin embargo, una tras otras las situaciones de riesgo fueron abortadas por el golero Martín Rodríguez o los remates se perdieron cerca del arco.
El jugador que más inquietó fue Estoyanoff, de gran incidencia en el juego de los mirasoles, con su velocidad, sus tiros libres o sus pases medidos que cayeron al corazón del área, a los pies de Maxi Rodríguez o de Viatri, que dañaron a los bohemios.
Segundo tiempo
El primer tiempo le había dejado a Peñarol la tranquilidad de que iba por buen camino, que solo le faltaba cerrar en la red las situaciones de gol que concretó en el primer período. Para ello, el técnico Leonardo Ramos reforzó el plan ofensivo en el segundo período con el ingreso de Cristian Rodríguez por Guzmán Pereira.
La lectura que hizo el técnico sobre el juego fue muy clara: visto que Wanderers no estaba dispuesto a incomodarlo demasiado sobre el arco de Dawson, porque los primeros 45 habían transcurrido bajo control salvo el sector donde cayó Rivero, mandó al Cebolla, con todo lo que implica futbolísticamente en la generación de juego el futbolista de la selección.
Con el Cebolla, con un Peñarol más ofensivo, pero sin perder el equilibrio defensivo que exigía el encuentro, el partido transcurrió en un solo sentido: para el arco defendido por Martín Rodríguez.
Estoyanoff siguió siendo la pesadilla de los rivales. Por frenar con faltas al delantero, Barrandeguy fue el tercer bohemio amonestado por cortar el juego del Lolo.
En crecimiento, la propuesta futbolística de Peñarol solo esperaba por el gol, incluso porque Wanderers jugaba con fuego al cometer muchas faltas cerca del área, lo que le brindó un hándicap a Peñarol, que tiene buenos rematadores, especialmente Estoyanoff. Esta vez todos los intentos del Lolo se perdieron afuera y la única jugada de pizarrón que generaron, metiendo el tiro libre al corazón del área para sorprender al rival, casi termina en la red.
El gol de Peñarol pedía espacio en el marcador. Solo faltaba ese descuido de los bohemios. Bastó con que Wanderers se durmiera una vez para que Peñarol dejara su marca. A los 61', un córners de los aurinegros fue bien aprovechado por Estoyanoff y Cebolla Rodríguez. La desatención defensiva dejó mal parado al equipo visitante, el primero asistió al segundo que se acercó para recibir, avanzó unos pasos sin ninguna marca y sobre el área grande sacó un zurdazo que se metió abajo, donde Martín Rodríguez, quien había sido figura, nada pudo hacer.
De esa forma, Peñarol hacía justicia en el marcador por las diferencias futbolísticas.
Con el 1-0 y un Wanderers que no ofrecía alternativas ofensivas para inquietar en el arco de Dawson, el encuentro iba sin sobresalto hacia el final que prometía el juego desde el primer tiempo: la victoria de los aurinegros.
Para los últimos 20 minutos, Ramos reforzó el ataque con el ingreso del goleador del Campeonato Uruguayo, Cristian Palacios, quien ingresó por Estoyanoff apareció en los descuentos para establecer el 2-0 y firmar para Peñarol un triunfo que sigue ilusionando a los hinchas.
Los aurinegros realizaron un buen partido, por el juego, por la forma y por el triunfo. La victoria le permite a los aurinegros llegar al clásico del próximo fin de semana como líderes invictos del Torneo Clausura. Y el hincha se frota las manos.
