La Iglesia Católica abrió la discusión sobre la integración de las mujeres al diaconato

"Es urgente garantizar que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisión y asumir papeles de responsabilidad en la pastoral y el ministerio", se puede leer en el documento de 42 páginas publicado luego de haber sido sometido al voto de los 365 miembros del sínodo, entre ellos, el de Francisco.

Fruto de casi un mes de debates, el documento consultivo, en el que cada uno de sus párrafos fue apoyado por una mayoría de dos tercios, se presenta como "un hito" antes de una segunda asamblea general que tendrá lugar en octubre de 2024.

El documento, entre otros avances, afirma que numerosas mujeres hablaron de "una Iglesia que duele" y lamentaron que "el clericalismo, el machismo y el uso inapropiado de la autoridad continúen marcando el rostro de la Iglesia y dañando la comunión".

El texto propone "la búsqueda teológica y pastoral sobre el acceso de mujeres en el diaconado", una opción "inaceptable para algunos", lo que refleja las divisiones en la institución donde sólo los hombres pueden ser diáconos o sacerdotes.

La cuestión del papel de las mujeres fue presentada como prioritaria, pero suscitó una fuerte resistencia. Las dos propuestas al respecto fueron las que recibieron más negativas, alrededor del 20% de los votos, según consignaron los medios de Italia y el Vaticano.

"Esto confirma que son cuestiones abiertas: el estudio está en marcha. Hay todavía camino a recorrer", dijo en una rueda de prensa el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, estimando que la Iglesia "crea espacios para todos".

Durante casi un mes, los miembros del Sínodo, compuesto por obispos y laicos llegados de todos los continentes y asistidos por un centenar de expertos, debatieron por grupos y a puerta cerrada sobre temas como la poligamia, la ordenación de hombres casados y la lucha contra la violencia.

Después de una amplia consulta de dos años entre los fieles, esta reunión sobre el futuro de la Iglesia se abrió el 4 de octubre pasado entre esperanzas de apertura y temores de los conservadores ante un eventual desvío de la doctrina.

Por primera vez, 54 mujeres, y también laicos, dispusieron del mismo derecho a voto que obispos y cardenales, un cambio deseado por el papa Francisco. "Es la primera vez que se expresa de forma tan fuerte y clara la diversidad de perspectivas según las culturas y los continentes", dijo una de las participantes bajo anonimato.

En sintonía con la “Carta al Pueblo de Dios”, aprobada el miércoles pasado por la Asamblea Sinodal, el documento destaca "la apertura a la escucha y al acompañamiento de todos, incluidos los que sufrieron abusos y heridas en la Iglesia", insta a recorrer el camino "hacia la reconciliación y la justicia" y destaca la necesidad de la Iglesia Católica de “abordar las condiciones estructurales que permitieron abusos y realizar gestos concretos de penitencia".

El documento, además, dedica un amplio espacio a los pobres. "Para la Iglesia, la opción por los pobres y descartados es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica", al tiempo que identifica como pobres también a migrantes, indígenas, víctimas de la violencia, de los abusos, el racismo y la trata; además de los ancianos abandonados y los trabajadores explotados.

"Los más vulnerables entre los vulnerables, por los que es necesaria una defensa constante, son los niños en el vientre materno y sus madres", se lee en el texto de la Asamblea, que afirma ser "consciente del clamor de los nuevos pobres producido por las guerras y el terrorismo causado también por sistemas políticos y económicos corruptos".

Sobre el acceso de las mujeres al diaconado, el texto recoge la divergencia de opiniones. Señala que para algunos se trata de un paso "inaceptable", "en discontinuidad con la tradición"; para otros, la restauración de una práctica de la Iglesia primitiva; mientras que un tercer grupo lo ve como "una respuesta adecuada y necesaria a los signos de los tiempos" para "renovar la vitalidad y la energía en la Iglesia".

El texto también señala que algunos obispos y laicos expresaron el “temor” de que el acceso de las mujeres al diaconato exprese “una peligrosa confusión antropológica, aceptando que la Iglesia se alinee con el espíritu de los tiempos". Padres y madres del Sínodo, sin embargo, pidieron continuar "la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres", utilizando los resultados de las comisiones especialmente creadas por Francisco y las investigaciones teológicas, históricas y exegéticas ya realizadas.

"Si es posible, los resultados deberían presentarse en la próxima Sesión de la Asamblea", puntualiza el documento liderada por Francisco, que desde su elección en 2013 intenta reformar el sistema de gobierno de la Iglesia, haciéndola menos piramidal y más cercana a los fieles.

(Con información de AFP)