El equipo de Uruguay que debutó en el preolímpicos de Venezuela

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La desilusión que generó la selección de Bielsa, la increíble capacidad para inmolarse y las chances intactas para París 2024

La selección sub 23 de Uruguay debutó este miércoles en el torneo de Venezuela con una derrota 4-3 frente a Paraguay
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24 de enero de 2024 a las 22:15

Todavía estoy intentando salir de la desilusión que me generó el debut de la selección sub 23 de Uruguay que dirige Marcelo Bielsa en el Grupo B del preolímpico de Venezuela, que otorgará dos plazas para Sudamérica para los Juegos Olímpicos de París 2024.

La derrota 4-3 frente a Paraguay representa un golpe bajo, muy doloroso, en el estreno de este equipo Bielsa, que, a partir de lo que sembró y rápidamente recogió en la selección mayor, se había encargado de generar confianza (excesiva para su plantel, pero confianza al fin) y aumentar la expectativa, incluso cuando no existen las bases sólidas que requieren sus planes de juego y a riesgo de que ocurriera lo que sucedió este miércoles en Valencia.

Que pierda Uruguay en el torneo preolímpico no es una noticia. Ese es el punto de partida de este análisis. Por el contrario, se trataría de lo más lógico teniendo en cuenta los antecedentes de las selecciones de la AUF en esta competencia, en donde clasificó solamente dos veces en 64 años a los Juegos Olímpicos.

Nicolás Marichal jugó mal en el estreno

Sin embargo, que pierda de la forma en que lo hizo, provoca la ambigua sensación de que no alcanza con el buen plan de Bielsa para soñar con los Juegos Olímpicos. Se necesitan otros elementos que salen del campo, que son propios del ensayo y error, de conseguir consistencias que aún no están y de que necesita más tiempo para conseguirlo.

Es muy importante subrayar que no es grave lo que ocurrió este miércoles en Valencia.

Eso no quita que genere desilusión e, incluso, incomodidad por la increíble capacidad que tuvo este equipo para inmolarse.

Esa es la realidad, porque si bien Uruguay dio un paso atrás en su aspiración de avanzar a la ronda final (es un torneo corto y es necesario sumar la mayor cantidade puntos), sigue teniendo todo de su lado para clasificar al cuadrangular final.

¿Por qué planteo este escenario optimista sobre el futuro de la selección sub 23  cuando la gestión defensiva de Uruguay fue paupérrima y las esperanzas de revertirla en tres días parecen muy difícil? Porque el estreno ante Paraguay era de lo más complejo que ofrecía este Grupo B a la selección de Bielsa. El otro es Argentina.

En ese escenario, que no cambió respecto a la expectativa previa, Uruguay peleará por un lugar entre los cuatro finalistas con los guaraníes y argentinos, y con la selección de Mascherano definirá en la última fecha.

El rival silencioso que Bielsa no puede descuidar; los aciertos y errores

En esta primera fase del preolímpico, Uruguay también tendrá que luchar frente a un rival mucho más difícil que Paraguay, un rival silencioso que hará pagar un alto precio: la selección de Bielsa debe jugar cuatro partidos en 10 días, a un promedio de un encuentro cada 60 horas, con un plantel reducido en cantidad (porque viajó con 22 ante la baja de Kike Olivera y tampoco tiene a Renzo Sánchez lesionado) y en calidad (porque el funcionamiento del equipo está demasiado afectado a lo que aporte Luciano Rodríguez).

En ese contexto y luego del estreno en el preolímpico, me planteo esta pregunta: ¿Qué dejó el partido ante Paraguay? 

1) El equipo entendió el funcionamiento que quiere Bielsa para esta selección en la faz ofensiva.

Lo comprendieron todos, desde los laterales (especialmente Valentín Rodríguez, de buena gestión en este rol de mitad de cancha para adelante) hasta los tres delanteros.

Luciano Rodríguez anotó tres goles

Quedó expresado en ese inicio demoledor, con una presión sobre la pelota (en un momento impactaba ver ese funcionamiento) que derivó en recupero y contragolpes, con cinco y hasta seis futbolistas de Uruguay dentro del área rival definiendo la jugada. Eso le brindaron a la selección los dos primeros goles en 10 minutos. ¿Qué ocurrió después? Paraguay salió del ahogo y Uruguay se quedó sin la fuerza demoledora, porque es muy difícil sostener durante todo el partido ese ritmo. Y cuando sucedió eso, esta selección paraguaya que tiene credenciales para pelear por ir a París 2024, puso todo su oficio en el campo. Su oficio y su picardía. El cuarto gol, el de tiro libre (¡fue increíble!) es una clara señal.

2) Bielsa empieza a tomar demasiados riesgos con la decisión de sostener al equipo tantos minutos en cancha, sin rotación. Uno de los aspectos claves para quienes clasifiquen de este torneo a París 2024 será la administración del plantel porque van a jugar con poco tiempo de recuperación, en canchas que no están en las mejores condiciones, con temperaturas altas y con esfuerzos extremos.

El entrenador de Uruguay hizo solamente tres cambios, y el primero a los 73 minutos.

Para entenderlo mejor: el equipo de Bielsa jugará cuatro partidos en 10 días y, si avanza a la ronda final, habrá jugado al final de este preolímpico siete en 19 días.

Por tanto, si el entrenador argentino no rota el plantel terminará fundiendo a sus futbolistas y sufriendo lo que ocurre cuando un equipo se queda sin piernas. Con más razón bajo la intensidad que propone Bielsa.

3) Uruguay tiene un goleador extraordinario, Luciano Rodríguez. Su hat-trick confirma la capacidad del delantero de Liverpool en el área rival. Con su pierna derecha, con su pierna izquierda, acompañando el movimiento de la pelota, acomodando el balón para definir mejor o, también, como “pescador” en el tercero, brindó un repertorio formidable.

Esos goles fueron el resultado de ese funcionamiento ofensivo que estuvo perfecto, en combinaciones colectivas muy bien resueltas.

Repasemos los goles para entenderlo mejor:

El primero fue generado por el sector izquierdo del ataque. El puntero Juan Cruz de los Santos avanzó hasta la última zona del campo rival, vio a Luciano a su costado, ingresando al área, y le entregó el balón. El delantero no tuvo contacto con la pelota hasta que remató al arco, pero antes que eso ocurriera acompañó el movimiento de la pelota, que su compañero le dio servida al pie, con tres pasos que lo dejaron en la mejor posición para sacar un potente disparo. Así fue el primer gol:

El segundo llegó por la derecha. Esta vez la jugada la inició el propio goleador cuando abrió a Mathías Abaldo, quien se desempeñó como puntero derecho. Luego de recibir el balón, el exjugador de Defensor Sporting cortó hacia el área y encontró en la media luna a Luciano (en su función de delantero centro), quien hizo la pausa, quedó libre de marca e ingresó al área. Acomodó con su pie izquierdo el balón y enseguida sacó el cañonazo con la misma pierna. Así fue el segundo:

El tercero lo anotó a los 33 y fue bien de pescador: esto es, a partir de una pelota quieta, el golero dio rebote en el área y Luciano apareció con toda su capacidad goleadora para pegarle de primera. Así fue el tercero, también de derecha:

Ahora bien. Los problemas que se le plantearon a Uruguay surgieron cuando debió salir de la zona de confort y seguridad que le da Luciano Rodríguez, y la resolución de las jugadas quedaron en los pies de otros futbolistas.

Tiago Palacios, un muy buen jugador de City Torque, tuvo dos situaciones claras frente al golero para cerrar el partido. ¿Qué ocurrió? Falló en las dos.

Esto, que habla de la abundancia ofensiva del equipo y la capacidad para llegar con peligro al arco rival, también refleja las necesidades de mejorar en un aspecto que es clave. Y en un torneo tan corto como el preolímpico, puede ser la diferencia entre quedar eliminado o clasificado para la ronda final.

Uruguay depende demasiado de Luciano, que hizo tres goles, suficientes como para que la selección debutara con victoria.

Pudo ser héroe y la derrota apagó su increíble hat-trick

4) Entonces surgen los problemas: el terrible dolor de cabeza de la defensa de las pelotas quietas.

La expresión defensiva de Uruguay en cada centro o remate al arco a pelota parada fue temeraria.

Frente a lo ocurrido, la primera reacción es, ¿por qué puso a Homenchenko de zaguero? Por lo que ocurrió este miércoles en Valencia, el problema no fue el volante devenido en zaguero (que fue el que menos responsabilidad tuvo en los goles) sino la actuación de Marichal y los espacios que dejó el equipo en el mediocampo, que supo aprovechar Paraguay.

Desde que comenzó a entrenar la selección sub 23, en un juego periodístico, asociamos la distribución de estos jugadores en la cancha con la de la selección mayor.

La primera comparación fue que César Araújo es el Manuel Ugarte de la mayor.

Error en la comparación, aunque sea lo que coloca en el campo Bielsa: Araújo no es Ugarte y el volante que juega en la MLS, que tiene grandes condiciones futbolísticas, no puede darle al entrenador lo mismo que el de PSG, entonces se generan en el mediocampo los espacios que le permiten al rival aprovechar para dañar en la última zona.

Por esa razón, el mediocampo de Uruguay necesita un ajuste inmediato para sostener un funcionamiento más sólido en el aspecto defensivo.

De todas formas, lo más grave se vio en otro lugar este miércoles: la defensa de las pelotas quietas.

Uruguay recibió tres de sus cuatro goles por esa vía. Es un pecado imperdonable para el fútbol.

Es cierto que Paraguay históricamente ofreció ese argumento como una de sus grandes fortalezas. Pero, no es menos cierto que Uruguay ostentó la defensa de las pelotas quietas como uno de los mejores escudos.

Este miércoles defendió tan mal, que dolía cada pelota que llegaba al área.

Para esto hay dos opciones: evitar dar menos faltas cerca del área o corregir inmediatamente las fallas defensivas. Lo primero blindará mejor y más rápido a este equipo que lo segundo.

Repasemos los goles para entender los tremendos problemas que difícilmente Bielsa pueda resolver antes del sábado.

Primer gol de Paraguay: error entre Araújo y Marichal, que no llegan a defender el centro largo. Gol de Paraguay. Mirá la jugada:

Segundo gol: esta vez no fue la pelota quieta sino un error de Valentín en el pase. Luego, Marichal intenta rechazar y se la deja al rival, que anota. Mirá el gol:

Tercer gol: otra vez un centro al punto penal, Marichal despeja mal, deja la pelota servida en el área (si no era gol, terminaba en penal porque el zaguero la empuja con la mano). Así fue el gol:

Cuarto gol: increíble desatención de Randall Rodríguez. Un gol de Paraguay con el viejo estilo de las avivadas tan características del fútbol uruguayo. 

Los cambios que exige este equipo para el sábado ante Chile

Después de esta expresión defensiva, la zaga requiere un ajuste para el encuentro del sábado ante Chile a la hora 20.

Marichal es el mejor zaguero de su generación y tiene experiencia como para ser figura en este equipo, pero en su debut no rindió en la medida de lo esperado.

En ese contexto, Sebastián Boselli se merece una oportunidad en la defensa.

La alegría de los celestes duró poco

También el lateral derecho plantea un cambio, y Rodrigo Chagas parece ser la mejor opción.

¿Y el arco? Randall es el mejor golero por condiciones técnicas y antecedentes en la selección, sin embargo, en este estreno no dio las garantías que debería transmitir desde en un lugar estratégico.

En este análisis, la conclusión fue que Uruguay debió ganar 5-4. ¿Qué faltó? Los dos goles que increíblemente falló Palacios. O, el pecado de los errores defensivos, porque Uruguay también pudo ganar con los tres goles de Luciano.

Nada está perdido: Uruguay sigue en carrera hacia París 2024

Insisto en lo del comienzo: Uruguay sigue en carrera para París 2024 y tiene razones futbolísticas para creer en su clasificación.

Ahora bien, nadie me va a quitar la desilusión de este miércoles, y mucho menos me van a hacer creer que inflamos demasiado este globo de la sub 23. El plan de Bielsa tiene buenos argumentos, incluso cuando históricamente los preolímpicos fueron difíciles.

Ahora solo exige el ajuste rápido de Bielsa, que incluye dar otra rotación al plantel antes que se le empiecen a agotar los futbolistas y ajustar el funcionamiento en las pelotas quietas y en el trabajo defensivo, para que tanta expresión ofensiva no se ahogue en las fallas en su propio arco, y que no ocurra lo del debut: que se terminó inmolando.

Es injusto con el fútbol lo que ocurrió este miércoles con Uruguay, pero es propio de los equipos de Bielsa.

Para el final dejé (no porque sea lo menos importante, sino por un orden cronológico) el capítulo de la ausencia del entrenador en la conferencia de prensa.

Si Bielsa eligió dirigir a Uruguay en el preolímpico (¡bienvenida esa determinación!), también tiene que asumir todos su compromisos, y uno de ellos es dar explicaciones en forma personal después de los partidos, como deberían hacer todos los entrenadores en todos los torneos.

¿Acaso es menos importante el preolímpico que cualquier otro torneo oficial? Si así pensara el argentino, debía haber cedido el lugar para que otro entrenador de su equipo de trabajo asumiera la conducción en el torneo de Venezuela, tal como ocurrió en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

Excepcionalmente, por causas de fuerza mayor, el técnico podrá ausentarse a una conferencia de prensa, pero la AUF no debería permitir, incluso hasta por una cuestión de representación institucional, que Bielsa sostenga su decisión de no asistir a ninguna conferencia de prensa. Es el entrenador de la selección sub 23.

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