Basáñez vive horas de ilusión ante el inminente arribo de capitales extranjeros que le permitan revolucionar la vida institucional del club.
Desde setiembre del año pasado, la dirigencia del club está en tratativas con un grupo inversor de capitales ingleses y argentinos.
El convenio que buscar firmarse sobre fines de este mes no implicará que el club devenga en sociedad anónima deportiva.
Ricardo Machado seguirá siendo el presidente y José Domínguez el secretario general, pero si el plan se concreta, la directiva será mixta y el socio capitalista se quedará con el 70% de los futuros ingresos que genere el club.
Basáñez se quedó en las dos últimas temporadas sin lograr inyecciones económicas que le permitieran armar un equipo más competitivo como para lograr el retorno a Segunda División.
La primera vez iba a contar con el apoyo de un empresario uruguayo y el año pasado con otro argentino. Pero finalmente, ninguno de los apoyos prometidos prosperó y la asociación civil la tuvo que salir a remar para poner al equipo en cancha.
Así y todo, Basáñez, de 104 años de historia, estuvo cerca de lograr el segundo ascenso el año pasado, aunque finalmente fue Cooper el que lo logró, detrás del campeón Colón.
El club necesita liquidar deudas con la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), el Banco de Previsión Social y salarios de jugadores por un monto de US$ 335 mil.
Cuando esos fondos ingresen, se terminará de sellar el acuerdo.
Lo primero que se proyecta es hacer obras de refacción en su estadio, La Bombonera, y levantar los muros como para poder volver a oficiar de local.
Ya se realizaron contactos con Martín Álvarez para hacer mejoras en el campo de juego. Álvarez es el encargado del mantenimiento del Estadio Campeón del Siglo, la Ciudad Deportiva Néstor Gonçalves y Los Aromos en Peñarol, además de Cerro Largo y de poner en condiciones las canchas donde se disputa actualmente la Copa Libertadores sub 20, en Maldonado y Colonia.
Los inversores ya señaron un complejo deportivo ubicado en Instrucciones y Belloni, Complejo La Cantera, donde hay seis canchas que se dispondrán para el plantel principal y las juveniles.
La dirigencia también estudia la posibilidad de hacer crecer en el mediano plazo a su estadio.
La ilusión es grande. Pero hasta que no se firme en el mundo del fútbol nada es seguro.
Pero lo cierto es que en Malvín Norte se vuelve a soñar con lo que fue la década de 1990 donde el equipo obtuvo el ascenso a Primera y Basáñez se hizo fuerte en el círculo de privilegio del fútbol uruguayo.
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