El Barcelona se quedó con las manos vacías e igualó ante el Napoli

El Barcelona comenzó firme en el encuentro y tomando la iniciativa para avanzar, utilizando a Pedri que se ubicó en una posición indeterminada ya que flotó a espaldas de los mediocampistas del Napoli para lograr esa verticalidad.

La primera ocasión importante fue de Yamal luego de una buena jugada colectiva, ante una muy floja defensa del elenco italiano en los primeros minutos. Lewandowski se tiró hacia un lado para dejar el hueco, Gundogan aprovechó para ocupar ese espacio y habilitar a Lamine, aunque su disparo se fue alto.

El Barça salió con una convicción muy fuerte en el partido, decidido a atacar y a ser protagonista, sumado a una presión alta post pérdida de balón. Sin mucha profundidad al inicio, pero con mucha participación de los mediocampistas y del elenco en general.

Muy floja la defensa del elenco napolitano en los primeros minutos, mostrando muchas ventajas y falencias a la hora de cubrir espacios y quedando muy expuesto en el retroceso cuando intentaba adelantar las líneas. El Barça ejerció una presión alta e intensa, lo que provocó imprecisiones en el conjunto italiano y la pérdida de la posesión.

Con el correr de los minutos, el equipo de Xavi comenzó a intensificar esos ataques y a llegar con mucho más peligro. El Napoli presentó muchos problemas a la hora de tomar marcas y la aprovechó a la perfección los laterales cuando subían -en especial Cancelo- o los propios mediocampistas que recibían en soledad. Tal es así que de esa manera Gundogan tuvo una ocasión clarísima al rematar desde lejos en soledad y que respondió muy bien Meret.

Con el correr de los minutos, el Barça comenzó a bajar un poco la intensaidad y el desarrollo del juego se planchó ante un Napoli que mostró serios problemas en defensa y pocas ideas en ataque. Las escazas aproximaciones se produjeron por una mínima desatención del cuadro culé, pero nada de peligro concreto.

Los primeros 45 minutos fueron del Barcelona en todos los aspectos: manejó los tiempos, generó mucho más peligro con ocasiones claras y estuvo muy firme en defensa ante un Napoli con serios problemas en varias facetas. Fue una gran primera parte colectiva del cuadro culé, incluso de lo mejor de la temporada, pero le faltó fortuna en las chances que tuvo.

El libreto del partido no se modificó en el transcurso de los primeros minutos de la segunda mitad, con el Barcelona siendo dueño del balón y profundizando los ataques y juntando pases cortos y efectivos para construir las acciones. El Napoli, por su parte, no ajustó las falencias vistas en el primer tiempo.

Los de Xavi apostaron por utilizar a los mediocampistas como un delantero más, alternando entre Gundogan y Pedri para ocupar el hueco que dejó Lewandowski, que atraía la marca del defensa, y con De Jong y Christensen ubicados más en el centro y por detrás de ellos para hacer los relevos defensivos.

Sin embargo, de tanto insistir llegó el merecido premio para el Barcelona: una excelente jugada colectiva juntando pases y elaborando el ataque, terminó en una gran habilitación de Pedri para Lewandowski que culminó la jugada con un remate razante y cruzado en la frontal del área para estampar el 1-0.

El cuadro de Xavi creció aún más en confianza con la ventaja y la tranquilidad de estar ganando y merecidamente. Mantuvo el dominio impuesto a lo largo de todo el desarrollo del juego en busca de seguir aumentando la diferencia en el marcador.

No obstante, en una jugada aislada y en la que el Barça se descuidó un segundo en la marca, apareció la única amenaza del Napoli en ataque: Victor Oshimen. El nigeriano recibió en la medialuna del área, giro muy bien con Iñigo Martínez a su espalda y definió ante la salida de Ter Stegen para poner la igualdad parcial.

El gol de los napolitanos hizo crecer en confianza al equipo y comenzó a llegar con más peligro ante un Barça que no se esperaba el empate del Napoli y que entró en estado de shock. La gran novedad para el elenco culé fue el regreso de Joao Félix, que sumó un puñado de minutos, para intentar otra vía de ataque.

El desarrollo se equiparó en los minutos finales, aunque el resultado no se movió y la ida quedó igualada 1-1. Resultado corto para el Barcelona por los méritos y el desempeño durante el partido, que además lo pudo ganar el cierre. Dejó una imágen buena e incluso tranquilizadora de cara a la revancha, sabiendo que fue superior al Napoli en todas las facetas y que por una desatención, lo terminó pagando caro.

El Barça generó mucho, en especial los primeros 45 minutos, pero le falló la punteria. Los napolitanos, por su parte, la única concreta que tuvo lo cambio por gol. Esa es el arma letal del Napoli: la contundencia y la eficacia de la delantera y, en especial, de Victori Oshimen. No obstante, el cuadro culé cuenta con la ventaja de definir de local y sabe los puntos débiles de su rival, por lo que la eliminatoria está más que abierta.