El debut de la selección uruguaya en los Juegos Olímpicos no solo se vivía en Manchester. Muy temprano en la calurosa mañana de Londres, media docena de camisetas celestes se colaban en la tupida Victoria Station, a la espera del largo viaje de seis horas en ómnibus que los llevara hasta Old Trafford. En Manchester ya era todo más amigable: la casaca de la selección era parte del paisaje y los uruguayos espontáneamente se reunían en grupos para arrimarse al mítico estadio del Manchester United. Un par cervezas en un bar antes del partido fue la excusa perfecta para interactuar con los locales. Al ver las camisetas celestes, y tras comprobar que se trataba de uruguayos, todo era elogios para Diego Forlan y su pasaje por el United. "Todavía extrañamos sus goles", dijo un veterano acodado a la barra.
Sus caras cambiaban cuando el futbolista nombrado (por los uruguayos, obvio) era Luis Suarez. Eso era tan sólo un anticipo de lo que iba a suceder un par de horas después. Es que aún con el recuerdo fresco del encontronazo entre el salteño y el francés Patrice Evra, los locales que fueron a Old Trafford hicieron sentir su repudio al goleador uruguayo.
Mientras los uruguayos desperdigados en el gigante escenario dejaban sus gargantas en busca de que se escuche el himno, los ingleses lanzaron un enorme abucheo a Suarez. Pero más allá de silbar al delantero cada vez que la tocaba, el público ingles se volcó decididamente a hinchar por Emiratos Árabes y gritaron el 1 a 0 casi como si hubiera sido un gol de su país. Incluso, durante el primer tiempo, cuando el rival dominaba y tocaba la pelota, caían aplausos desde las tribunas.
Pero todo cambió con el tremendo gol de Gastón Ramírez. Algunos uruguayos en las tribunas discutían si era mejor pegarle al arco o levantar el centro desde ese lugar. El 10 se tuvo fe y los hinchas celestes se desahogaron. "¿Por qué no aplauden ahora?", gritó un hincha. Claro, los que estaban a su lado no entendían nada.
El "volveremos, volveremos" y el clásico "soy celeste" surgía cada tanto pero sin demasiada fuerza. Lo separados que estaban los celestes conspiraba contra las ganas de alentar.
El segundo tiempo se pudo disfrutar un poco más. Euforia tras el gol de Nicolas Lodeiro y los típicos nervios y sufrimiento hasta el final. Mientras, los ingleses seguían empecinados en que Uruguay no ganara. Un joven con la camiseta roja de Inglaterra se quedó varios segundos parado agarrándose la cabeza luego que Emiratos Árabes estuvo a punto de empatar con un tiro cruzado que se fue rozando el palo de Campaña. "Pará flaco, ¿tu mujer es de allá que te importa tanto?", se quejó un uruguayo.
Pero hubo un final feliz. Los jugadores festejaron en la cancha y en las tribunas salió el típico abrazo emocionado con gente que nunca habías visto en tu vida.
La salida del estadio fue todo alegría. Los uruguayos se acercaban a cuanta cámara de televisión aparecía para festejar saltando y cantando.
Todos se organizaban para viajar a Londres a la espera del encuentro contra Senegal en Wembley. "¿Falta mucho para que sea domingo?", preguntó un joven. Evidentemente la victoria en el debut celeste de Londres 2012 lo dejó muy ansioso.
*Uruguayo, ex periodista de El Observador, actualmente se encuentra estudiando en Inglaterra
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá