El bohemio igualó 0-0 con Olimpia y el viernes definirá la clasificación en Asunción
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22 de enero de 2018 a las 21:15
Con el talento de su cantera, nuevo entrenador, sin grandes contrataciones y ante un grande del continente, Wanderers comenzó este lunes su camino en la Copa Libertadores 2018 con la ilusión de superar tres rondas previas y acceder a la fase de grupos.
El bohemio empató 0 a 0 con Olimpia en el Franzini y mantuvo su esperanza de superar esta durísima primera fase.
Porque Olimpia fue más pero no le pudo ganar. Porque con sus armas lo llegó a inquietar en más de una oportunidad y porque en ningún momento el bohemio se vio desbordado ni estuvo contra las cuerdas en estado de sometimiento por el tres veces campeón de América (1979, 1990 y 2002).
En el debut oficial de Eduardo Espinel como DT de Wanderers, se pudo ver a un equipo que optó por recostarse sobre su campo cediendo pelota y protagonismo al elenco guaraní.
En los primeros 15’ Olimpia se aproximó con peligro en un par de remates de afuera del área y en un centro del colombiano Sergio Otálvaro (ex Nacional) por derecha que cabeceó Brian Montenegro por encima del travesaño.
Refugiado en su campo, Wanderers no resignó el ataque sino que esperó con paciencia a que Olimpia pasara de posiciones de defensa a ataque para reducir espacios, presionar y pasar rápido y en bloque al ataque.
La velocidad con manejo de Manuel Castro por derecha y la pegada por izquierda de Rodrigo Rivero fue de lo mejor de Wanderers en el tramo inicial.
Un par de remates de Rivero generaron sus dos chances de gol en el período inicial, ambas atajadas por el golero Alfredo Aguilar. En la primera de ellas, a los 24 minutos, Sergio Blanco tomó el rebote y estrelló la pelota en el palo.
Pero con la técnica de William Mendieta por izquierda, el ida y vuelta de Walter Bogado por derecha y la movilidad de sus puntas, Olimpia fue superior en el primer tiempo. La receta para generar riesgo fue el remate de media distancia. Pero ahí se encontró con un Martín Rodríguez muy atento y seguro para salvar su arco cada vez que fue probado.
El sólido bloque del medio conformado por Rodrigo Burgos y Richard Ortiz le dio a los de Daniel Garnero control de pelota, adecuada distribución y la posibilidad de adelantarse para rematar de afuera del área.
No varió mucho el panorama en el complemento.
Olimpia siguió comandando las acciones y proponiendo juego.
Sin desesperarse y con paciencia, sabedor de que esta serie tiene 180 minutos.
Wanderers asumió el reto con el método Espinel. El que lo hizo fuerte en Plaza Colonia hasta conquistar el Clausura 2016.
Primero analizar al rival, intentar controlar su potencial, maniatarlo y generar espacios para después atacarlos.
El Chapa Blanco fue una demostración de vigencia con movimientos astutos que llevaron al rival a golpearlo frecuentemente.
Fueron menos profundas y asiduas sus incursiones ofensivas en el complemento donde no se aproximó con mayor peligro que con un remate de Manuel Castro desde afuera del área, otra vez bien controlado por un golero de interesantes condiciones, Aguilar, al que Garnero trajo de Guaraní para este ciclo.
Con laterales colombianos, muchos refuerzos y jugadores de selección paraguaya, Olimpia mantuvo su tónica de dominio. Apoyado en la lógica que separan a ambos equipos desde lo presupuestario hasta la conformación de sus planteles.
Otálvaro, el colombiano que pasó por Nacional en 2016, estrelló un remate en el palo a los 59’.
Pero no fue ese el único momento de zozobra que tuvo que atravesar el bohemio en el encuentro. A los 71’ Rodríguez cometió su único error en el partido al jugar mal la pelota con los pies desde el fondo. Pero enseguida enmendó el error al achicarle el arco a Roque Santa Cruz, el veterano que jugó en algunos grandes de Europa e ingresó sobre el final.
En el rebote de esa acción, Paulo Lima la sacó sobre la línea ante el intento de Néstor Camacho.
Al final fue empate. Olimpia fue más, generó las mejores opciones de gol pero no lo pudo ganar.
Wanderers tuvo 90 minutos de ensayo para repetir la misma fórmula e intentar meter un batacazo el viernes para avanzar de fase en la Libertadores. La esperanza es lo último que se pierde y en el primer partido quedó intacta.
