En las alturas, cuando parecía imposible entrarle a la defensa egipicia, Uruguay encontró el triunfo.
José María Giménez (y por las dudas atrás aparecía Diego Godín) metió el cabezazo salvador en el debut celeste. Un partido que se le hizo cuesta arriba a la selección frente a un equipo que cerró casi todos los caminos (menos el aéreo).
El Maestro Tabárez llenó de elogios a Héctor Cúper en la rueda de prensa previa al partido. No lo dijo por quedar bien, lo hizo porque lo conoce y con conocimiento de causa. El partido que planteó el técnico argentino de Egipto para detener el juego celeste fue notable y durante el primer tiempo y casi todo el segundo, los futbolistas lo ejecutaron a la perfección.
Los egipcios presionaron en toda la cancha. No dejaron espacios libres. Los encargados de manejar la pelota en el mediocampo, Matías Vecino y Rodrigo Bentancur, ni siquiera pudieron respirar tranquilos. Pensar, menos. Cada vez que recibían el balón, tenían a dos o tres camisetas rojas alrededor.
Tampoco pudo desequilibrar Giorgian De Arrascaeta por izquierda. Cercado, enredado. Solo apareció cuando Nahitan Nández sorprendió con un pase hacia él salteando líneas a los 23 minutos y le permitió recibir sin rivales cerca. La jugada terminó en un disparo de Edinson Cavani que rebotó y se fue al córner. En ese tiro de esquina surgió la posibilidad más clara de la Celeste, un disparo de Suárez en el segundo palo que si uno mira la jugada varias veces, ve la pelota adentro. Pero no.
Uruguay intentó por derecha, con las subidas de Guillermo Varela y la sociedad con Nández, pero generalmente terminaron en centros despejados por los defensores, que siempre, siempre, eran mayoría frente a los delanteros. Suárez y Cavani tuvieron pocas posibilidades de darse vuelta y terminar una jugada con comodidad en la primera parte.
El segundo tiempo fue parecido. De Arrascaeta apareció más al medio en los primeros minutos, hasta que Tabárez decidió cambiar a los dos extremos. Entraron Carlos Sánchez en lugar de Nández por derecha y Cebolla Rodríguez por De Arrascaeta por la zurda.
Egipto se encerraba cada vez más cerca de su golero. Uruguay manejaba la pelota de un costado al otro y las dos veces que logró meter el pase filtrado, Suárez falló frente al golero.
Los últimos 10 minutos fueron de sufrimiento, por la impotencia para llegar al arco y la posibilidad de que Egipto acertara alguno de los contragolpes que intentó.
Hasta que apareció Giménez para ganar por arriba tras una pelota muy bien puesta por Sánchez y abrir la murralla egipcia. Parece que si no se sufre, no vale.