El próximo viernes,
en la gira que Uruguay realizará por China, Lucas Torreira se transformará en el jugador número 102 que debutará en la selección (ver cuadro) desde que en marzo 2006 el técnico Óscar Washington Tabárez asumió al frente del combinado y en el que dirigió 144 partidos.
En los 18 meses que Jorge Fossati estuvo al frente de los celestes –previo al desembarco de Tabárez–, entre el 1° de junio de 2004 y 16 de noviembre de 2005, el director técnico utilizó 60 jugadores (cinco de ellos goleros), en 23 partidos.
En estos números –y los resultados–, que son los únicos que permiten establecer el éxito de un proceso, se reflejan el quiebre histórico que vivió la selección uruguaya de fútbol en los últimos 12 años, tras la llegada del entrenador que arribó a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) con una carpeta en mano, con un proyecto que definió "Institucionalización de los procesos de las Selecciones Nacionales y de la formación de sus futbolistas".
Lo que le sucedió a Fossati, que fue convocar para cada partido a los jugadores que estaban en la mejor forma física y futbolística sin poder proyectar un plan a futuro, porque debía atender las urgencias por encima de cualquier otro objetivo, no fue ni más ni menos que la gimnasia que realizó la mayoría de los entrenadores a lo largo de la historia de la centenaria AUF, a partir de que el fútbol dejó atrás su época dorada tras la primera mitad del siglo XX.
Juan Ramón Carrasco, antes que Fossati y con sus particularidades –porque rotaba el capitanato (a Pablo Munhoz le dio la cinta en su primer partido como titular en el combinado absoluto), cambiaba los equipos de un juego a otro–, Víctor Púa, Daniel Passarella, Juan Ahuntchain, Héctor "Pichón" Núñez, Luis Cubilla, y otros más atrás en el tiempo, sufrieron en carne propia las presiones de salir de apuros y transitar por la superficie sin poder profundizar en proyectos ambiciosos. Si se hubiera mantenido ese estilo de conducción, por estos días el volante de Nacional, Christian Oliva, de grandes actuaciones a nivel local e internacional, hubiera ingresado en consideración del técnico de turno, pero el nuevo escenario de la selección lo impide.
Por algo en el top 10 de la tabla histórica de los futbolistas con más encuentros disputados, todos jugaron en el período en el que Tabárez estuvo al frente del combinado. Desde los 124 partidos que acumula Maximiliano Pereira hasta los 89 de Diego Pérez, y pasando por Diego Godín, Diego Forlán, Cebolla Rodríguez, Edinson Cavani, Diego Lugano, Luis Suárez, Fernando Muslera y Egido Arévalo Ríos, todos, del primero al décimo, hicieron historia en estos 12 años.
Entre otros récords de esta selección.
Más atrás, aparece Rodolfo Rodríguez, quien tenía el récord hasta que llegó Tabárez y surgió esta generación, y un poco más relegados, Fabián Carini y Enzo Francescoli.
Este nuevo escenario le permitió al entrenador brindar a los jugadores un lugar privilegiado, exclusivo y rodeado del confort que suelen tener las grandes selecciones del mundo. Los futbolistas entendieron el mensaje y asumieron el compromiso. Por esa razón, aprendieron que es muy difícil llegar, pero cuando definitivamente se ganan un lugar en el Complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol ya no solo sienten la recompensa de haber sido elegidos para integrar el combinado, sino aprenden a cuidar ese lugar, y a quererlo.
Por estos días,
a Diego Rossi, el delantero de 21 años que tras salir campeón uruguayo fue transferido a Los Ángeles FC de Estados Unidos y hace goles como para ganarse un lugar en la selección, le realizaron una entrevista en la que resumió la forma en que los futbolistas viven la posibilidad de defender a Uruguay.
-¿Tiene esperanzas, si sigue a este nivel, de entrar en próximas convocatorias de Uruguay?
-Es el sueño desde que empezás a jugar al fútbol pero la selección tiene mucho nivel, es muy difícil, pero obviamente la fe es lo último que se pierde.
Hace 12 años...
En mayo de 2006, dos meses después de haber firmado contrato y de recibir la sugerencia del entonces presidente de la AUF, Eugenio Figueredo, que no fuera a dirigir los cinco partidos de la gira por Estados Unidos, Belgrado y Túnez, Tabárez se encontró con el desinterés de los futbolistas más destacados de ese momento por la selección, que priorizaron su descanso tras la culminación de la temporada europea a defender.
El esfuerzo que hacían por defender a Uruguay se chocaba con la desorganización de la AUF, los viajes en clase turista y los reclamos de los hinchas que les destrataban porque no lograban éxitos. Uruguay había faltado a los Mundiales de 1994, 1998 y 2006. Solo había concurrido al de 2002.
En esa primera convocatoria de Tabárez, uno de los pocos que respondió con singular adhesión –además de los juveniles– fue Andrés Scotti, el zaguero que en ese momento jugaba en el fútbol de Rusia y que soñaba con defender a Uruguay. Más adelante reconocería el ahora exfutbolista que en aquella gira jugó en cuatro posiciones diferentes en los cinco encuentros y que el DT pensó incluirlo hasta de volante. A partir de ese momento se transformó en el modelo que el técnico quería para los jugadores de selección y fue un infaltable en el combinado hasta previo al Mundial de Brasil 2014.
Aquella primera gira tuvo la particularidad que en el primer entrenamiento que realizó en Estados Unidos Tabárez no tuvo 22 jugadores para realizar el movimiento y debió completar el trabajo en la cancha con hinchas. ¡Sí, con hinchas!
Además, debido a las renuncias de los jugadores, recurrió a juveniles del fútbol local, que comenzaban a destacarse en Primera división, para poder tener durante la gira un plantel que le permitiera completar el banco de suplentes. Allí surgieron Jorge Fucile, Maximiliano Pereira, Ignacio Ithurralde, Juan Surraco y Diego Godín.
Así empezó todo
Cuando Tabárez llegó a la AUF, en la primera conferencia de prensa brindó algunas pinceladas de la selección que quería.
Futbolísticamente imaginaba a un Uruguay con un 4-3-3. Esa idea le duró poco. No consiguió los resultados en la cancha y rápidamente se fue amoldando a la realidad que le imponían los jugadores que tenía.
Sin embargo, hubo algo en lo que negoció y a lo que apostó desde aquella primera exposición ante los medios, en la que dejó marcado el perfil de futbolistas que quería. ¿Cuál era el perfil de jugador que quería? "La persona en primer lugar", dijo, y enseguida deslizó una idea que con los años permitió comprender la visión del DT: "Un joven talento debe entrenar y prepararse para desafíos de la vida. El joven debe estudiar, no debemos entorpecer eso, debemos favorecerlo, debido a que ello acrecienta las posibilidades deportivas del talento". Y puntualizó: "Los dobles horarios van a ser replanteados".
Hasta ese momento, los dobles horarios era una moneda que no se negociaba en el fútbol y los libros ocupaban un papel secundario. El objetivo era generar máquinas que jugaran al fútbol. Una década después, cambió la mirada.
En esa primera presentación también habló de un tema clave, la competencia. "Es importante jugar partidos, una organización de selecciones y fundamentalmente a las selecciones juveniles que deben salir a buscar competencias internacionales".
Finalmente habló del cambio de mentalidad con la selección. "Que sepan qué es la selección, que van como privilegiados y que lo devuelvan con ganas y orgullo".
En ese momento apostó a aumentar y brindar calidad a las competencias de las selecciones.
En 2010, después del Mundial de Sudáfrica, Tabárez reflejaba un dato de la realidad y las necesidades que tenía Uruguay de salir a competir al nivel más alto, para llegar, en algún momento, a mezclarse de igual a igual con las potencias. "Desde que asumimos en 2006 el único amistoso que jugamos con una selección de élite fue con Francia en 2008 (0-0 en Saint Denis, París). Tenemos que competir y perder muchas veces con Alemania, Holanda o Italia para que cuando los enfrentemos en torneo importantes podamos competir de otras posibilidades".
Los números reflejan que en el período comprendido entre los años 2000 y 2009, entre partidos oficiales y amistoso ante selecciones europeas de primer nivel, Uruguay jugó cuatro partidos en total, uno con Italia, uno con España y dos con Francia.
En el período que va desde 2010, incluido el Mundial de Sudáfrica, y 2017, entre amistosos y oficiales, Uruguay triplicó los encuentros ante las potencias y jugó 13 encuentros: dos veces con España, que era campeón del mundo, cuatro con Italia, tres con Francia, dos con Alemania, una con Inglaterra y Holanda.
Una docena de años después de aquella primera vez de Tabárez, en su segunda etapa en la selección,
defender a Uruguay dejó de ser un carga y se transformó en un privilegio para los futbolistas y el orgullo para quienes defienden la celeste. Y vestir la celeste se transformó en un prestigio que no se gana con algunas serie de buenas actuaciones en el torneo local, sino después de recorrer un camino y consolidarse a nivel internacional. Como sucedió con Matías Vecino, que tuvo que rendir dos años en gran nivel en Europa, o Torreira, que Tabárez lo tuvo un año a prueba en Europa antes de su primera oportunidad, que llega esta semana. Eso sí, seguramente así como ingresa, no se irá más.
Los 60 de Jorge Fossati (1°/4/2004 al 16/11/2005)
Alejandro Lago
Alejandro Lembo
Álvaro Recoba
Antonio Pacheco
Carlos Bueno
Carlos Diogo
Carlos García
Cristian González
Cristian Rodríguez
Darío Flores
Darío Rodríguez
Darío Silva
Diego Forlán
Diego Godín
Diego López
Diego Lugano
Diego Pérez
Fabián Carini
Fabián Estoyanoff
Fernando Correa
Gerardo Alcoba
Germán Hornos
Gianni Guigou
Gonzalo Castro
Gonzalo de los Santos
Gonzalo Sorondo
Guillermo Rodríguez
Gustavo Munúa
Gustavo Varela
Javier Chevantón
Javier Delgado
Joe Bizera
Jorge Martínez
Luis Barbat
Marcelo De Souza
Marcelo Romero
Marcelo Sosa
Marcelo Zalayeta
Mario Regueiro
Martín Ligüera
Martín Parodi
Maximiliano Pereira
Fabián Canobbio
Omar Pouso
Óscar Javier Morales
Paolo Montero
Pablo Granoche
Pablo Lima
Pablo Melo
Richard Núñez
Richard Morales
Ruben Olivera
Sebastián Abreu
Sebastián Vázquez
Sebastián Viera
Sergio Blanco
Sergio Navarro
Vicente Sánchez
Walter Pandiani
Los 101 de Tabárez (mayo 2006-marzo 2018)
Abel Hernández
Alejandro Silva
Álvaro Fernández
Álvaro González
Álvaro Pereira
Álvaro Recoba
Andrés Scotti
Bruno Silva
Brian Lozano
Camilo Mayada
Carlos Bueno
Carlos Diogo
Carlos Grossmüller
Carlos Sánchez
Carlos Valdez
Cristian Rodríguez
Cristhian Stuani
Darío Rodríguez
Diego Arismendi
Diego Forlán
Diego Godín
Diego Laxalt
Diego Lugano
Diego Pérez
Diego Rolan
Diego Vera
Edinson Cavani
Egidio Arévalo Ríos
Emiliano Alfaro
Emiliano Velázquez
Esteban Conde
Fabián Canobbio
Fabián Carini
Fabián Estoyanoff
Federico Ricca
Federico Valverde
Fernando Muslera
Gastón Filgueiras
Gastón Ramírez
Gastón Silva
Gastón Pereiro
Gerardo Alcoba
Giorgian De Arrascaeta
Gonzalo Castro
Gonzalo Lemes
Gonzalo Vargas
Guillermo Giacomazzi
Guillermo Varela
Gustavo Varela
Guzmán Pereira
Henry Giménez
Ignacio González
Ignacio Ithurralde
Javier Chevantón
Jonathan Rodríguez
Jonathan Urretaviscaya
Jorge Fucile
Jorge García
Jorge Martínez
Jorge Rodríguez
José María Giménez
Juan Castillo
Juan Surraco
Julio Mozzo
Leandro Ezquerra
Luis Suárez
Mario Regueiro
Martín Cáceres
Martín Silva
Martín Campaña
Mathías Cardacio
Matías Vecino
Mathías Aguirregaray
Mathías Corujo
Mauricio Lemos
Mauricio Victorino
Mauro Vila
Maximiliano Gómez
Maximiliano Pereira
Michael Santos
Miguel Amado
Nahitan Nández
Nicolás Lodeiro
Nicolás Olivera
Nicolás Vigneri
Omar Pouso
Pablo Castro
Pablo Álvarez
Pablo García
Pablo Lima
Robert Flores
Rodrigo Bentancur
Rodrigo López
Sebastián Abreu
Sebastián Coates
Sebastián Eguren
Sebastián Fernández
Sebastián Viera
Sergio Blanco
Vicente Sánchez
Walter Gargano
Walter López
En China se sumará el 102:
Lucas Torreira