Francia le tiró un vagón de fútbol encima a Uruguay. Dio una clase futbolística, dominó a la celeste del minuto 1 al 90, y con mucha justicia clasificó a las semifinales del Mundial. tras ganarle 2-0.
Cuando se pierde bien, no se puede decir nada. Porque el equipo de Tabárez tuvo la entrega de siempre, pero tuvo menos fútbol que nunca. Ni el de propuesta, ese que en los últimos tiempos se quiso explorar, ni el de respuesta. Porque fue desde la defensa que se perdió. Desde no poder hacer eso que siempre tienen los equipos de Uruguay: disminuir las virtudes del rival, para luego sí buscar el gol.
Uruguay fue dominado como hace mucho tiempo no se veía. Porque además de las virtudes francesas, falló lo básico: el primer pase. La celeste estuvo extremadamente imprecisa, por culpa propia y también por una correcta presión del equipo francés, que complicó siempre la primera posesión de Uruguay, cuando intentaba armar un ataque.
Con eso, y con la velocidad de los volantes franceses, siempre se jugó al ritmo que planteaba al rival, y con los espacios que al equipo de Deschamps le quedaba cómodo. Uruguay nunca se terminó de acomodar en el campo. Y no pudo armar ese muro defensivo que, con el 1-0, le había complicado a Portugal.
Pero además, el equipo galo tiene mucho más fútbol que el de Cristiano Ronaldo, por lo que, cuando llegaba con pelota dominada a tres cuartos de cancha, siempre fue peligroso. Lo más efectivo fueron los centros cruzados, que encontraron alguna extraña desatención de la zaga celeste.
El dominio francés no era asfixiante, pero encontró de todos modos el justo 1-0 a los 39'. De pelota quieta, el arma celeste: centro de Griezmann y cabezazo de Varane que le ganó a Stuani. 1-0 y el mejor escenario para los galos, ante la necesidad uruguaya de adelantarse.
En el segundo tiempo Tabárez se la jugó con los cambios: Cebolla y Maxi Gómez adentro, Stuani y Bentancur afuera. A todo o nada: empatarlo o sufrir de contra. Pero nada llegó a darse, porque en la misma jugada de los cambios Griezmann anotó el segundo tras un increíble error de Muslera, al que se le escapó un tiro que era fácil.
Uruguay perdió el humor, sobre todo a partir de una protesta tras una simulación de Mbpapé. Obligado, Uruguay mostró que, cuando lo necesitó, no tuvo juego. Pero tampoco puedo ganar ninguna pelota dividida relevante. En lo físico, Francia también controló al equipo uruguayo.
El resto fue tesón, esfuerzo, pero fútbol cero. Ni siquiera encontrar un gol de alguna pelota quieta, un centro, que complicara a Francia como lo complicó Argentina en octavos de final, cuando le tiró la camiseta en los últimos minutos. Allí se vio muy claro la diferencia física: lo de los galos exuberante, al punto de anular cualquier virtud celeste.
Termina el Mundial de Uruguay. Y seguramente, termina lo mejor de una generación histórica, la de los Muslera Godín, Cáceres, Suárez, Cavani, que llegarán con más de 35 años a Catar 2022. Tiempo de agradecerles por las alegrías vividas, y lamentar que, en esta tarde de viernes, el fútbol faltó a la cita.