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Rodrigo Bentancur, el niño que le ganó el partido a la vida

La muerte de su mamá marcó a Rodrigo Bentancur, que la lleva tatuada a modo de ángel y la recuerda siempre jugando con el N° 30 por su fecha de nacimiento: Una historia de superación
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11 de junio de 2018 a las 05:00

Tal vez haya que hurgar en lo más profundo de su ser para encontrar el por qué de la personalidad de este botija que apenas supera los 20 años y jugará un Mundial con la camiseta de su país.

El destino caprichoso no le dejó ver a Rodrigo portar la bandera de Artigas. Ni sentir el orgullo de madre de ver que su hijo fue premiado como mejor compañero. Pero estuvo ahí. Como el ángel que lleva tatuado en un brazo para la eternidad. O ese número 30 de su camiseta como homenaje mientras dure su carrera. Lolito tenía cuatro años cuando se quedó sin la sonrisa de Mary, su mamá.
 
"La muerte de su mamá lo marcó en hacerse cargo de muchas situaciones que tuvo la madre, porque cuando se enfermó se fue a vivir con ella. Con el paso de los años se puso los pantalones, y tomó el liderazgo con el tema de la mamá, con su hermano, fue líder", reveló Cecilia a Referí en la casa de los Bentancur en Nueva Helvecia.
 
La vida parece viajar a alta velocidad para Rodrigo Bentancur. Pero sus pies están firmes sobre la tierra. La semilla que plantaron en Nueva Helvecia se fortaleció.
 

 

Cecilia Agradi, argentina de nacionalidad, era pareja de Roberto cuando la vida la puso a prueba. "Rodrigo era muy chiquitito, tenía 4 años y por cuestiones de la vida me tocó criarlo a partir de mi relación con su papá Roberto. Yo compré la relación de Roberto con los dos, con Lolo y su hermano Damián. Al principio compartía la crianza con la madre hasta que enfermó muy grave, no lo pudo criar, falleció y quedó a mi cargo. Yo lo siento mi hijo, como las mellizas (Cande y Mica) que tienen 9 años y Damián de 26", contó Cecilia.

 

"Cecilia fue un pilar fundamental. Fue la imagen que se necesita de transmitir valores, de apoyo y de estar en los momentos difíciles", reveló el padrino de Lolo, Rodolfo Vera a Referí.

Criado en el campo, Rodrigo habitó la casa de los sueños. "Acá es el paraíso de todo niño". Los Bentancur viven en una casita en la Escuela Superior de Lechería. "Acá no se va a comprar la leche al supermercado, acá la van a buscar al tambo y la toman. Lolo era fútbol, la pelota, los cumpleaños me acuerdo que eran la torta con la pelota".
 
Rodrigo heredó la pasión futbolera de su padre. Roberto fue jugador, técnico y presidente de Artesano. No podía tener otro destino. Como los clubes de la liga no podían tener equipo de baby, Artesano llevó el nombre una calle del pueblo Lucerna. "Jugaba como todo niño a esa edad, le gustaba correr, pero ya se destacaba por la altura", contó Juan Spuntone, su primer entrenador y el hombre que lleva 44 años en un club donde la cancha lleva su nombre.
 

La altura fue todo un tema. Su mamá Cecilia recuerda que los padres de los rivales discutían poniendo en duda su edad.
 

Lolo iba al club con su padre y cuando fue más grandecito empezó a ir por su cuenta, en bicicleta. En Nueva Helvecia todo queda a mano. La Escuela 10, Elías Huber, estaba frente a la sede del club.
Su maestra de inicial, Verónica Soulier, lo recordó como un apasionado de la pelota. "Recuerdo que era el primero en salir al recreo y, a pesar de que era pequeño, en él siempre estaba presente organizar el partido de fútbol", contó a Referí.
 
 
En Lucerna se perdió un año debido a que se radicó en Cardona. Y un hecho que lo marcó fue la experiencia de jugar el Mundialito Danone en 2010 en Sudáfrica.
 
Al poco tiempo, Rodrigo comenzó a ponerse la ropa de los grandes. "Jugaba en el baby y yo lo subía a entrenar. Se veía que tenía pasta", comentó su técnico en juveniles, Carlos Mederos a Referí.
Carlitos, que jugaba de 10, fue 11 años compañero de equipo del papá de Lolo que era puntero.
"En un partido de baby estaban definiendo en la cancha de Nacional contra Escuela Industrial. Perdían 2 a 0 y tuvo un momento de rebeldía donde le pidió la pelota al arquero, eludió a todo el cuadro rival e hizo el gol".
 

El pase a Boca

Y de pronto el destino cambió de suerte para Rodrigo. Un sábado de mañana Artesano era sede de un curso a cargo del profesor Horacio Anselmi, un profesional de dilatada trayectoria en Boca Juniors.
El profe pidió tres botijas de las formativas para hacer la práctica. Entre ellos iba Lolo. Empieza a realizar una serie de trabajos de evaluación y queda sorprendido con uno de los chicos. Cambia el formato de la charla y encara a hacer trabajos específicos con aquel flaco alto. Cuando termina las evaluaciones le dice a los participantes: "Este chico es un diamante en bruto, tiene los parámetros de un jugador de primera división del fútbol argentino". Anselmi fue a Boca y pasó el informe de un tal Rodrigo Bentancur.
 
Con 13 años se lo llevaron a realizar una prueba y quedó. Los temores invadieron a la familia. Vivir y jugar en Argentina era la cuestión. Tenían la ventaja de que la familia de Cecilia reside allá.
"Hoy a lo lejos me digo cómo lo dejamos ir tan chico. Pero estaba contenido", comentó Cecilia.
Y reveló que lo único que pidió fue que terminara los estudios. Al punto tal que cruzó en barco para que rinda historia. O que lo llamó una noche a la concentración y lo retó por no estar estudiando.
 
 

Humildad

Si hay algo que destacan todos de Bentancur es su humildad.
"Yo lo pongo como ejemplo en la escuelita", dice Mederos. Y acota: "Siempre que viene a Nueva Helvecia levanta a las hermanas en la escuela y se viene media hora antes a tomar unos mates conmigo a la cantina del club".
 
Su padrino Rodolfo "Ofi" Vera dice a corazón abierto: "Uno no se da cuenta donde está... Pero el partido de su vida Rodrigo ya lo ganó".
 
 
Tres días antes de fallecer la mamá, cuando ya el desenlace era inevitable, Rodrigo fue elegido mejor compañero y le entregaron la medalla. Además, fue en el cuadro de honor con la bandera de Artigas.
"La mamá no pudo estar, porque era cuestión de días... Eso nos hizo pensar todo lo que le pasó, todo lo que sufrió... No lo pudo ver con la bandera (se emociona hasta las lágrimas)... Pero ahora está con otra bandera y ojalá que la lleve con el mismo orgullo", cerró Cecilia y se volvió a emocionar.
 

Recuerdos

Juan Spuntone (Técnico en Baby fútbol)

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Cacho Spuntone su primer técnico
Cacho Spuntone su primer técnico
"Una cosa que tenía Rodrigo es que era medio distraído, dos por tres se olvidaba de los zapatos. Recuerdo que un día jugamos con la selección y viajamos a Durazno. En la mitad del camino resulta que se enteraron que se había olvidado de los zapatos. Fue un problema bárbaro porque para prestarle zapatos fue imposible por su calzado. Es que para la edad era alto y sus compañeros no tenían el mismo número. Era medio disperso, pero en la cancha era sobresaliente".
 

Carlos Mederos (Técnico en Juveniles)

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Carlos Mederos el técnico que lo llevó a la cancha grande
Carlos Mederos el técnico que lo llevó a la cancha grande

"Había un ayudante nuestro y acá en el fútbol del interior se utiliza mucho eso de: 'Hacé un gol que te doy tanto'. Teníamos tres muy buenos jugadores y fuimos a jugar un partido a San Pedro, Colonia, y les dice: 'Bueno, al que haga un gol le doy tanto por partido'. La cuestión fue que ganamos 11 a 0 e hizo cuatro goles el Lolo. El loco estaba entregado. 'Acá pierdo el sueldo' dijo. Y le grita: 'Bueno Lolo después te pago'. Y el gurí le respondió: 'No, no, dejá, hacé un asado para todos y no me debés nada".
 

Rodolfo "Ofi" Vera, su padrino

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Su padrino Rodolfo Vera
Su padrino Rodolfo Vera

"El hecho de vivir en la Escuela de Lechería, donde había mucha seguridad para andar corriendo detrás de una pelota, marcó la infancia de Rodrigo. Cuando le tocó jugar con 12 años claramente ya estaba a la altura de gente grande. Yo siempre asocio las virtudes de Rodrigo con la competencia que tuvo en la Escuela de Lechería. Todos los días, a las cinco de la tarde, cuando terminaba el horario era el partido. ¡Se jugaba de botas! ¡Lo mataban a patadas! Había que destruir (risas). Era un niño jugando con grandes".
 

El orgullo de Nueva Helvecia

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Los habitantes de Nueva Helvecia no ocultan el orgullo que siente al ver a Bentancur brillar. En el club Artesano lucen sus camisetas como verdaderos trofeos. "Verlo ahora en el Mundial me genera un orgullo enorme porque más allá de sentirme orgulloso que en su formación tuvimos presentes, para las nuevas generaciones del club y del pueblo, un pueblo de 14 mil habitantes, tener un jugador tan representativo, es un orgullo. Como dijo la alcaldesa es un embajador de Nueva Helvecia. Va a movilizar a la ciudad", dijo Carlos Mederos.
 

Cristina Hernández (Directora Escuela 10)

Al mediodía, cuando está en Nueva Helvecia, Rodrigo va a buscar a sus hermanitas a la Escuela 10. La directora Cristina Hernández reveló a Referí: "Lo tuvimos como alumno, un muy buen compañero, muy estudioso que fue abanderado y eso es un ejemplo para nuestros niños de que no es solo fútbol sino que también hay que formarse". La maestra Natalia Zendri recordó que "Rodrigo me invitó a su cumpleaños de 10 años".

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