Golpeado por la derrota sufrida en Tucumán por la Copa Libertadores, conmovido por la dorolosa lesión de Mathías Corujo y con varios jugadores entre algodones y desgastados por la continuidad, Peñarol llega al Campeón del Siglo para enfrentar a uno de los rivales más peligrosos del campeonato como Defensor Sporting.
Los aurinegros no tienen opciones: deben ganar y terminar con la radio prendida al oído para saber el resultado de Nacional en Jardines del Hipódromo.
De lo que pase en Maroñas dependerá su suerte y su futuro en el campeonato. Si gana y pierde Nacional será campeón. Si gana y empata Nacional jugará una final ante los tricolores. El único resultado que no le sirve es un triunfo de los tricolores.
En los últimos encuentros quedó claramente evidenciado que los aurinegros bajaron su producción futbolística. Algunos integrantes del equipo dejaron la sensación de estar sintiendo el desgaste que genera la doble actividad.
A ello se sumaron una serie de lesiones como la rotura de ligamentos cruzados de rodilla de Matías Corujo, el desgarro de Giovanni González y la lumbalgia del Lolo Estoyanoff y las contracturas musculares de Agustín Canobbio, Kevin Dawson y Lucas Hernández. Por estos dos últimos jugarán Thiago Cardozo, quien debutará en el arco mirasol, y Rodrigo Rojo.
Ramos ya afrontó todo el torneo sin Lucas Viatri y en el medio de la batalla se bajó Walter Gargano con una grave lesión. En sus últimas presentaciones Peñarol no mostró su habitual intensidad. Asimismo, no pudo gravitar de la misma forma por las bandas como lo hizo en la mayor parte del torneo. En Defensor Sporting tendrá un hueso duro de roer. Los violetas siempre le complican los partidos a los grandes.
El equipo de Eduardo Acevedo llega en óptimas condiciones y con la única baja de Carlos Benavídez en el mediocampo. Su lugar será ocupado por el experimentado Claudio Rivero o Ramiro Cristóbal. El resto de la oncena se estima será la misma que venía jugando. Se manejó la duda de que Acevedo pueda plantar el equipo que línea de tres en el fondo dando ingreso a Gonzalo Maulella o Santiago Carrera, pero todo hace indicar que los violetas jugarán con el mismo sistema con el que venían jugando, es decir con línea de cuatro en el fondo.
Al igual que el de Jardines, el del Campeón del Siglo es otro encuentro de resultado incierto por la paridad de ambos equipos. Se puede afirmar que Defensor llega con más horas de desgaste pero también que Peñarol tiene armas como para poder sobreponerse al golpe sufriedo en Tucumán por la Libertadores. Será un juego de ajedrez, de estrategias y de ver cual de las dos bancas es la que genera el desequilibrio teniendo en cuenta que Peñarol llega con Varela y Rojo, y Defensor lo hace de forma permanente cada vez que se desprende Cougo por la izquierda. En el área los dos tienen peso propio.
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