El mundo del fútbol en Argentina se viste de luto por la partida de Ernesto Enrique Mastrángelo, quien dejó una huella imborrable en los queridos años '70. Con su velocidad, astucia, desbordes y capacidad goleadora, Mastrángelo se convirtió en una figura destacada en el ámbito deportivo. Aunque inició su carrera en Atlanta en 1968 y luego jugó en River Plate entre 1972 y 1974, fue en Boca Juniors, bajo la dirección de Juan Carlos Lorenzo, donde forjó su fama y popularidad.
El "Heber", como cariñosamente era conocido en el ambiente futbolístico, fue parte esencial del equipo rocoso y ganador que logró los campeonatos Metropolitano y Nacional de 1976, las dos primeras Copas Libertadores de Boca en 1977 y 1978, y la Intercontinental de 1978. Este sábado, a la edad de 75 años, Mastrángelo nos dejó, y la bandera azul y oro ondea a media asta en los mástiles, mientras los hinchas del fútbol lo recuerdan emocionados.
El Club Atlético Boca Juniors lamenta profundamente el fallecimiento de Ernesto Enrique Mastrángelo, bicampeón de América y del mundo con nuestros colores, y ex empleado de la institución. Acompañamos a sus familiares y seres queridos en este triste momento.
— Boca Juniors (@BocaJrsOficial) July 22, 2023
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Nacido el 5 de julio de 1948 en Rufino, provincia de Santa Fe, Mastrángelo brilló en sus comienzos en Atlanta, donde anotó 26 goles en 74 partidos entre 1968 y 1971. Luego, en 1972, tras un breve paso por la Selección Argentina, se unió a River Plate, formando un ataque poderoso junto a Carlos Morete, Oscar Más y Jorge Ghiso, entre otros. Durante un inolvidable Superclásico de 1972 en Liniers, donde River venció 5 a 4, Mastrángelo dejó su marca al anotar el primer gol riverplatense. En total, convirtió 33 goles en 90 partidos con la banda roja.
En 1975, con la llegada de Ángel Labruna como director técnico, Mastrángelo aceptó la propuesta de Juan Carlos Lorenzo para unirse a Unión de Santa Fe. Pero su trascendencia en el fútbol alcanzó su punto más alto cuando Lorenzo firmó contrato con Boca y llevó consigo a Mastrángelo, Hugo Gatti y Rubén Suñé. Esta combinación resultó ser un éxito rotundo, especialmente a partir del Nacional de 1976, cuando los pases exquisitos de Mario Nicasio Zanabria conectaron perfectamente con las diagonales de Mastrángelo, convirtiéndolas en medio gol.
Dotado de una definición fría y certera en los mano a mano y un olfato oportunista dentro del área, Mastrángelo aportó 47 goles en 103 partidos y se convirtió en una figura clave en los cinco títulos obtenidos por Boca durante el ciclo de Lorenzo. Su nombre quedó grabado en la historia del club al marcar un gol en la final intercontinental de 1978, donde Boca venció 3-0 al Borussia Mönchengladbach en Karlsruhe. Además, fue protagonista en la final de la Copa Libertadores de 1978 ante el Deportivo Cali, dirigido por Carlos Bilardo. Uno de los momentos más memorables fue cuando, en la Bombonera, Mastrángelo recibió un largo pase de Suñé, enganchó hacia adentro y con un toque suave de zurda, colocó el balón por encima del arquero colombiano Pedro Zape.
Tras esos años gloriosos en Boca, las lesiones comenzaron a afectarlo, y su protagonismo se fue reduciendo en 1980 con Antonio Ubaldo Rattín como entrenador y en 1981 con Silvio Marzolini. En 1982, dejó Boca con el pase libre e intentó volver al fútbol en Defensor de Montevideo. Sin embargo, su mejor momento ya era parte del pasado. Con 312 partidos y 126 goles en su carrera, Mastrángelo incursionó en la dirección técnica en Los Andes (1989), Almirante Brown (1990) y Chacarita (2004). Junto con Francisco Sá, también se dedicó durante mucho tiempo a la detección y formación de jóvenes talentos para Boca.
En los últimos tiempos, Mastrángelo mantuvo un perfil bajo, por lo que la noticia de su partida sorprendió a muchos. Recordado por su simpatía y chispa fuera de las canchas y su velocidad y contundencia adentro, "Heber" Mastrángelo siempre será recordado como una postal del fútbol de los años 70, con su grito de gol resonando en los labios y el alarido de las tribunas como música de fondo. Hoy, el fútbol argentino lo despide con cariño y gratitud por su legado en el deporte que tanto amó.
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