Italia, aplastado por Francia: la eterna duda que le quedará a Los Teros y el objetivo al que hay que apuntar para 2027

Si el partido era una especie de octavos de final, eso se terminó antes de llegar a los 15 minutos, cuando Francia ya ganaba 17-0 y hacía casi imposible una remontada de los azzurris. En ese arranque lo dominó en el contacto, que siempre fueron hacia adelante, tuvo rucks rápidos, jugó en campo rival ante un rival que perdió lines y 

Italia perdió los dos primeros lines, hizo los tres primeros penales del partido, perdió en el jurgo posicional, salió de punta a marcar, regaló espacios por afuera. Demasiada ventaja para un rival que salió muy fresco a la cancha, aprovechando sus 15 días de descanso, y que tuvo jun Jallibert inspirado, ball carriers que pusieron el equipo adelante y wings decisivos para ganar el uno a uno por afuera y terminar lastimando.

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Italia tuvo una chance de volver, cuando perdiendo ya 24-0 logró por fin obtener la pelota, conservarla, sumar alguna fase y encontrar indisciplinas francesas que le permitieron ir a jugar, por primera vez, profundo en ataque. Y llegó a un try, que el referee Karl Dickson lo dio vuelta a instancias del TMO por una supuesta limpieza ilegal de ruck por parte de su pilar Ferrari, el colmo de un criterio de golpes cuello-cabeza que parece haberse ido para el otro lado, en una jugada en el que el italiano fue a limpiar al pecho de Lucu y el 9 francés cayó como desmayado. Tan poco convencido estaba Dickson que no le sacó tarjeta. Pero fue la sentencia de muerte a cualquier esperanza de volver que tuviera Italia. Y a todo eso con Capuozzo en el protocolo de evaluación de conmoción por un golpe que lo dejó varios segundos en el suelo.

Encima, en la siguiente, tuvo un penal pero Garbisi mandó la patada por linea de fondo. Scrum, penal, line, maul, kick y conexión Jalibert-Penaud que cerró el primer tiempo con el 31-0

El segundo tiempo solo sirvió para que Francia se floreara, hiciera cambios, le diera minutos a todos, sobre todo cuando ya 38-0 Italia desperdició una chance profundo en campo rival por no ponerse techo a un rick, y un contraataque de toda la cancha trajo el 52-0, que terminó siendo un 60-7 tras 20 minutos que le sobraron al partido. 

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Italia fue una sombra de la supuesta mejor versión en la historia, como parecían llegar al Mundial luego de hacer buenos Seis Naciones en los últimos años. Al final, su único brillo fue el segundo tiempo ante Uruguay, en un partido muy especial en el cual influyó la amarilla mal sacada a Vilaseca (admitido por World Rugby) y el muy mal juego con el pie en los primeros 20 de ese complemento. Quedará la eterna duda de qué hubiese pasado de no haber ocurrido eso. 

Pero es una discusión bizantina: lo cierto es que, en los próximos años, Italia tiene que ser el objetivo a alcanzar, junto a Samoam, Georgia, e incluso a Japón y Fiji, aunque ya estén más cerca del Tier 1, uno por dinero y el otro por resultados. 

El techo del Tier 2 está claro. Y sea con mejores competencia o no, hay que ir a buscarlo.