En silencio, así como llegó a Peñarol, Fabricio Formiliano armó el bolso y se fue. El jueves de la semana pasada se puso por última vez la camiseta aurinegra. El viernes se despidió por lo que el domingo ya no estuvo a la orden ante Liverpool. El lunes pasó la prueba médica y el miércoles, de noche, se puso la nueva camiseta, la de Necaxa de México.
El zaguero de 28 años emigró seis meses antes de que se terminara su contrato con Peñarol. En abril ya había declarado que sentía que el ciclo con el club se estaba terminando y auguró una salida al extranjero para buscar mejores horizontes económicos.
A fines de junio, la oferta llegó: tres años de contrato en Necaxa. Se la presentó a los dirigentes, pero se encontró con una respuesta firme del otro lado del mostrador: "hasta que no se jueguen los clásicos de la Copa Sudamericana de acá no se va nadie". El futbolista, que venía con altibajos futbolísticos producto de una rebelde lesión en el tobillo, estuvo en varios partidos importantes en el banco de suplentes, incluido el clásico del Apertura en el que Nacional ganó 2 a 0 en el Gran Parque Central.
Fue entonces que demostró el gran compromiso que tuvo con Peñarol desde su llegada al club a mediados de 2017. Volvió a jugar, contra Cerrito, y estuvo a la orden en los dos clásicos por Copa Sudamericana donde fue una buena figura defensiva en los dos partidos. El aurinegro ganó 2 a 1 de visitante y perdió 1 a 0 de local avanzando a cuartos de final dándose al mismo tiempo el gran gusto de eliminar a su clásico rival en un duelo internacional y directo.
En el primer clásico metió un cabezazo en el palo y erró un gol tras un fallo de Sergio Rochet en un tiro de esquina. En el segundo partido cumplió ganándole todos los duelos que tuvo contra Leandro Fernández y Gonzalo Bergessio.
En Peñarol, según confiaron a Referí, valoraron el gesto que tuvo de volver a jugar partidos tan importantes arriesgando a que se pudiera lesionar cuando ya tenía un contrato arreglado de palabra.
Así lo despidió el club tras la clasificación contra Nacional:
Tuvo también la suerte de que Necaxa lo esperara. El equipo mexicano debutó el pasado fin de semana y perdió 3 a 0 contra Santos Laguna. Necesita urgente mejorar en faz defensiva.
Y allá llevó Formiliano toda su experiencia. En Peñarol jugó 147 partidos y anotó 17 goles, una cifra muy importante tratándose de un zaguero central.
Fue campeón uruguayo en 2017 y 2018, también de la Supercopa 2018. Jugó 18 clásicos contra Nacional de los que ganó siete, empató seis y perdió los cinco restantes. Hizo tres goles contra los tricolores, uno en la final del Uruguayo 2017.
Peñarol deberá ahora encontrar un zaguero que esté a la altura de todo lo que Formiliano le dio a Peñarol.
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