La oferta de asado en las carnicerías, en medio del invierno, se caracteriza por un volumen adecuado a las necesidades del mercado, con un amplio abanico de precios, destacó a El Observador Rafael Rodríguez, vicepresidente de la Unión de Vendedores de Carne (UVC).
En el acto de conmemoración del Día Nacional del Carnicero, el viernes 14 de julio, Rodríguez dijo que el cliente puede adquirir asados que van desde $ 299 a $ 600 el kilo, lo que depende de diversos factores y no solo del tipo de asado, también de la ubicación de la carnicería, por ejemplo.
“Hablar de asado, genéricamente, es como hablar de autos… hay muchos tipos de autos y, por lo tanto, de precios, por eso no se puede decir el asado está caro o está barato, depende del asado”, puntualizó.
“Hay por lo menos cinco calidades de asado y siempre hay de esos asados en las carnicerías”, complemento.
Tras decir que en ciertas carnicerías se vende más asado de un tipo que de otro, señaló: “Yo, por ejemplo, vendo mucho asado de exportación, el de la Cuota 481 que va para Europa, una asado delicatessen, que lo yo lo elijo, lo compro y lo preparo”.
Hay asados diferentes, con precios diferentes, porque hay animales de donde se sacan los asados que son diferentes y no es lo mismo un asado congelado que uno con el toque que le pone el carnicero al elegir y preparar, agregó.
Sobre la oferta, “hoy no falta asado, como no faltó para el pico de ventas anual que se da el 1° de Mayo, cuando algunos dijeron que iba a faltar asado, cosa que no pasó”, remarcó.
Del tema precios, dijo que hay asados a mediados de julio desde $ 299 el kilo a $ 600; “el asado de $ 299, que de pronto en algún lado está de oferta a algo menos, es un asado muy barato, en realidad estamos en un momento de precios bajos para las carnes en general”.
También aclaró que el que vende asado a $ 600 no es porque lo compre barato y lo venda caro, es un asado que cuesta más al público porque al carnicero le cuesta más.
Rodríguez dijo que, con base en su experiencia, con un comercio ubicado en el barrio Colón, sobre la avenida Garzón, “lo que más vendo en kilos es asado, milanesas y cuadril”.
“También vendo nalga, pero más de cuadril y milanesas y vendo asado de modo parejo, también vendo mucha carne picada”, complementó.
Admitió que con el paso de los años ha bajado el consumo de carne, pero no por un problema de oferta, ni de calidad o precio, “bajó porque cambiaron las costumbres, hay gente que por ahí se come una hamburguesa, que pesa 120 gramos, pero le pone lechuga, tomate, panceta, huevo, el pan… y se come una y queda muerto, ya está, cuando antes se comía 400 gramos de carne en un churrasco”.
Finalmente, dijo que el asado sigue siendo muy reclamado, aunque la juventud ya no come tanto asado, porque prefiere una picada y ahí no entra el asado. Igual, indicó, “el asado sigue teniendo su magia, el gusto del asado no lo iguala nada, es muy rico, algunos leerán esto y les vendrá ganas de hacer un buen asado y el asado es más que comerlo, está eso tan lindo que es prender el fuego, hacerlo, compartir ese momento”.
“Tengo un cliente que el abuelo de su señora ya era cliente nuestro, ahora él nos encarga el asado cuatro días antes, lo disfruta desde que lo compra y a veces le tengo que recomendar que lleve más porque es tan bueno el asado que la gente come más”.
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