Nacional les gana desde la tribuna

Están todos de pie. Dispuestos a jugarse las palmas y la garganta para hacer retumbar el Palacio Peñarol. No es la magia de Anthony Danridge, no es la muñeca de Santiago Moglia ni la inspiración de Leandro Taboada. Tampoco la forma en que Gonzalo Fernández piensa, ejecuta y maniata el potencial de los rivales. No, el secreto del básquetbol de Nacional está en la tribuna. En el empuje de su gente.

Así protagoniza una campaña histórica en la Liga Uruguaya. Evitó, con luz, el descenso. Se metió en los playoffs y eliminó al Welcome de Esteban Batista. Sí, el que jugó en la NBA, el que disputó una final de Euroliga y el que volvió campeón de Italia.

Y este jueves arrancó la serie semifinal contra Aguada con un resonante triunfo: 81 a 76. Cinco puntos de diferencia que no expresan lo bien que jugó el tricolor.

Porque en el arranque fue una aplanadora. Defendió duro con un Callistus Eziukwu impenetrable, corrió la cancha con un Danridge que es inmarcable en el uno contra uno y lastimó como nunca del perímetro con Taboada y Moglia prendidos fuego.

Redujo a Aguada, que es de los equipos que mejor se pasa la pelota, a una mínima expresión. Y así le terminó cortando una racha de nueve victorias consecutivas.

Show en las tribunas y en la cancha. "No tengas miedo, podés cantar", le cantó en ese primer cuarto la hinchada de Nacional a la de Aguada. Y la de Aguada no es cualquier hinchada. Es esa que en el mundo del básquetbol –junto a la de Goes– impone condiciones: nervios sobre la precisión rival, motivación pura para los suyos.

"Hinchada, hinchada, hinchada hay una sola, hinchada es la del bolso...", rugía el Palacio Peñarol. Y así cómo no iban a entrar todos los triples que tiró Taboada en ese primer tiempo. Y solo así se explica el rendimiento que tuvo el Tico Delgado, un jugador que suple a corazón sus propias limitaciones. Hizo 15 puntos y bajó nueve rebotes. Sí, 9. Ahí abajo, contra Jeremis Smith y Andrew Feeley.

Fue el pívot aguatero el que hizo levantar a su equipo cuando ingresó Diego García en lugar de un desconocido Federico Bavosi.

Le dio otro tono defensivo García, abrió las vías para el gol perimetral y empezó a activar los circuitos de juego de Aguada.

Lo que era festival tricolor (14 puntos de ventaja) llegó a ser una posesión de distancia (dos puntos) promediado el tercer cuarto.

Pero Nacional no bajó sus revoluciones. Mateo Sarni redobló la consistencia defensiva y sorprendió a todos para tomar cuatro rebotes ofensivos y para darle tiros de segunda oportunidad al equipo.

Danridge soportó la intensa marca de Miguel Barriola y cuando el equipo se puso a prueba de la profundidad de nombres y recursos de Aguada se fue derecho al triunfo.

Mucho más exiguo de lo que jugó uno y otro equipo. Todo el quinteto titular del bolso terminó en dos dígitos en puntos (18 Taboada y Danridge, 15 Moglia que fue determinante en el cierre, 15 Delgado y 10 Eziukwu).

Y el hincha celebró. Ni sabe que el artículo 49 del Estatuto de Nacional establece que es un deber del socio "mantener en forma permanente e inalterable su adhesión a la causa de la Institución, exteriorizando su apoyo partidario y sin reservas, a favor de las representaciones del Club que compiten en cualquier actividad". No necesita saberlo, el hincha no lo hace por estatuto. Lo hace de corazón.

Primer cuarto: Nacional: 30-21

Segundo cuarto: Nacional 47-40

Tercer cuarto: Nacional 63-55

Final: Nacional 81-76

Andrew Feeley fue goleador del partido con 21 puntos. Los de Nacional fueron Leandro Taboada y Anthony Danridge con 18.

Jeremis Smith y Andrew Feeley (único jugador de la noche con doble-doble) bajaron 14 rebotes. En Nacional el mejor fue Callistus Eziukwu con nueve.

Anthony Danridge fue el jugador que repartió más asistencias. No solo es un fenómeno encestando y es indefendible cuando corre hacia el aro, sino que también lee muy bien el juego y potencia y eleva el rendimiento de sus compañeros.