Misión cumplida: el análisis de la clasificación uruguaya

Enviado a Rusia

Sin brillo, sin convencer, sin plasmar las ideas con las que desembarcó en Rusia y sin poder potenciar con el juego el potencial de una dupla ofensiva letal, Uruguay derrotó a Arabia Saudita 1-0 y firmó su clasificación a octavos de final por tercer Mundial consecutivo.

El objetivo se cumplió, pero sin que sobre nada. Las debilidad de los rivales ayudaron y este lunes, en Samara, Rusia supondrá un nivel de competencia que está un escalón por encima de los equipos a los cuales les ganó Uruguay como para ir testeando las posibilidades en los playoffs.

Los primeros 45' de la celeste volvieron a ser flojos agudizándose incluso algunos problemas mostrados en el debut ante Egipto.

En primer lugar porque perdió la posesión de la pelota (45% contra 55% de los árabes) y eso conllevó pasar alguna zozobra en defensa.

Una vez más las posesiones no prosperaron ante la defensa plantada del rival (4-1-4-1, cuatro centrales, un tapón, dos internos y dos punteros en repliegue), no se generaron circuitos por afuera con las subidas de los laterales y no se logró, una vez más, abastecer a los puntas.

Los primeros 10' de Arabia fueron muy buenos. Se notó claramente que su tenencia de balón era más rápida y fluida. El problema fue que al pisar el área manifestaron todas las debilidades de la calidad técnica de sus intérpretes.

Uruguay mejoró cuando presionó con agresividad en tres cuartos, sobre la salida rival y cuando encontró en lanzamientos de Rodrigo Bentancur o Matías Vecino, posibilidad de llegar a fondo con los laterales.

Primero lo hizo Martín Cáceres, cuyo centro fue mal rematado por Edinson Cavani. Después lo hizo Guillermo Varela, para habilitar a Luis Suárez que remató sin ángulo.

Cavani saliendo de la posición de ataque fue nuevamente el más claro metiendo un par de pases profundos. De uno de ellos surgió el córner que le permitió a Suárez abrir el marcador tras un grosero error del golero Mohammed Alowais.

Fue la única chance de gol que generó Uruguay en los 45' iniciales. Otra vez de pelota quieta.

En el segundo tiempo el equipo levantó algo. Llevó el partido al terreno enemigo, se equiparó en el manejo del balón (quedó en 53% a favor del equipo de Juan Antonio Pizzi) y generó, esporádicamente y más a impulsos personales que a fluidez colectiva, alguna otra chance para aumentar.

Tabárez volvió a meter mano a los 58 minutos y varió el sistema del equipo con los ingresos de Diego Laxalt y Lucas Torreira conformando una línea de cinco defensores con Varela y Laxalt como carrileros y tres medios: Nández por derecha, Torreira por el centro y Bentancur por izquierda.

Torreira le dio otra chispa al equipo. Recuperó dos pelotas cerca del área (es su fuerte) y se ofreció como un pasador más ágil para combinarse con los puntas.

Un tiro libre de Suárez, un centro de Cavani que encontró solo a Sánchez en el segundo palo y un remate desviado de Torreira al que el Matador le puso la cabeza para cambiarla de palo fueron las chances de gol para Uruguay en el complemento. Poco, sobre todo desde el plano conceptual.

La metáfora perfecta para explicar esa falta de lucidez en los últimos metros del campo fue la chance que se inventó Cavani a los 85' al recuperar una pelota y aprovechar un resbalón del último defensor para terminarla.

Faltó llegar al fondo de la cancha, faltó poner una pelota profunda para los 9 y hasta faltó generar más faltas o tiros de esquina para explotar una de las grandes virtudes del equipo y evidente debilidad del rival.

Así y todo Uruguay está en octavos a falta de un partido, algo que no había conseguido en los pasados mundiales cuando se clasificó en el tercer juego.

El segundo tiempo, en lo defensivo, volvió a ser encomiable con un triángulo final muy solvente. El cierre de Bentancur, con salida y recuperación, condensó en un par de acciones el escaso talento colectivo desplegado.

Uruguay ganó y tratándose de un Mundial siempre es un buen motivo para festejar. Pero ahora empieza una escalera de adversidades que demandarán ideas más claras y un mejoramiento notorio de mitad de cancha en adelante. Respaldarlo sobre una gran solvencia defensiva, salvo los altibajos de Cáceres y dos victorias con el arco en cero, permiten seguir soñando en grande.

Actuación individual

F. Muslera (6): Otra actuación firme y segura. Cortó los centros que cayeron con solvencia y resolvió con mucha tranquilidad la única opción de gol del rival desviando un remate de media distancia.

G. Varela (5): De menos a más. En el primer tiempo se apoyó siempre mal en Sánchez, forzándolo a perder la pelota. En el complemento, con menos intención de proyectarse al ataque se notó más firme y seguro en su tarea.

J. M. Gimenez (6): Correcta tarea para controlar el área.

D. Godín (8): Sin la imponencia que mostró en el debut le bastó para dominar la zaga con autoridad.

M. Cáceres (4): Mostró dificultades cuando lo atacaron y encararon por su sector y, llamativamente, cuando le cruzaron centros al segundo palo siendo su fuerte el juego por elevación. Se proyectó más que en el partido ante Egipto pero solo pudo meter al área una pelota de gol.

C. Sánchez: (5): Participativo y con la intención siempre de jugar la pelota al pie ofreciéndose en sociedad aunque sin resolver siempre de la mejor manera. Clave para la ejecución de la pelota quieta del gol.

Vecino (5): Mejoró en la gestión de la pelota pero puede y debe rendir más.

Bentancur (6): Errando más pases que en el partido debut, volvió a llevar la batuta del equipo, del armado en campo propio y del estilo con el que se pretende jugar. Cerró muy bien el partido con su salida y colaborando en la marca.

C. Rodríguez (5): Le puso más picante a la banda izquierda con desborde y desmarque intentando siempre combinarse con Cáceres y Cavani. No siempre culminó y pasó de la mejor manera.

E. Cavani (6): El mejor del primer tiempo saliendo de las posiciones de ataque y filtrando pases. Se autogestionó una chance sobre el final en la que llegó muy forzado a definir. Luchó todas, como siempre y fue bastante golpeado.

L. Suárez (6): El de siempre. El que hace goles que definen partidos importantes. Mejoró también con la pelota, encaró cuando lo tuvo que hacer y generó un montón de faltas. Determinante.

E. Cavani (6): El mejor del primer tiempo saliendo de las posiciones de ataque y filtrando pases. Se autogestionó una chance sobre el final en la que llegó muy forzado a definir. Luchó todas, como siempre y fue bastante golpeado.

D. Laxalt (5): Correcto partido, aplicado en el recorrido pero sin poder influir en ataque.

L. Torreira (6): Le dio otro toque al equipo. Recuperó dos pelotas dentro y cerca del área mostrando sus fortalezas pero su primer pase rápido le dio al equipo otra chispa con la pelota. ¿Está para titular?

nández (5): Entró para cerrar el partido y formar una línea de tres en el mediocampo que blindó toda posibilidad de reacción del rival.