Lo bueno: Uruguay siempre está bien parado atrás

Aunque luego tomó el protagonismo, el equipo empezó los dos partidos esperando en campo propio. Les dio la pelota y gestó sus ofensivas desde ahí. Frente a Egipto la posesión final tuvo a Uruguay con un porcentaje mayor, pero de todas maneras alternó momentos de dominio y otros en los que cedió la iniciativa, sobre todo en el primer tiempo. Por su parte, ante uno de los equipos de menor poderío en el Mundial, como lo es Arabia Saudita el balón fue manejado por los asiáticos en un 53%, además de tener 84 pases acertados más que el conjunto de Oscar Washington Tabárez. La lectura puede ser negativa, pero también muestra paciencia de la selección.

Todos los enfrentamientos individuales entre los delanteros árabes y los zagueros uruguayos quedaron para los celestes. Tanto Diego Godín como Jose María Giménez fueron encarados en varias oportunidades, pero no pasó a mayores. En el centro o por las bandas, ambos salieron triunfantes, al demostrar en cada oportunidad que tienen una mixtura muy importante. La mezcla entre la agresividad con la que van a acada pelota y la clase para cortar una jugada en el tiempo exacto, le brindan a ambos un rendimiento en cada match de seis puntos para arriba. Los laterales al ser atacados alternaron buenas y malas

La celeste retrocedió y le dio la pelota al rival en varios pasajes del cotejo. En la segunda parte, a falta de 15 minutos para el cierre, Uruguay tuvo momentos en los que defendió con una línea de cinco. El Maestro ubicó para ofender a Diego Laxalt como volante por izquierda, pero también para defender como lateral cuando fuera necesario. Martín Cáceres, que arrancó como marcador zurdo, se volcó al centro para formar una paralela de tres zagueros junto a los dos jugadores de Atlético Madrid. Si este cambio de formación se dio frente a los árabes, no sería nada descabellado esperar la misma táctica para diferentes momentos de los próximos partidos.

Durante el primer tiempo el lateral derecho Guillermo Varela perdió una pelota en la mitad de la cancha que podía dejar mal parado a la celeste. Arabia sacó un contraataque pero la defensa se pudo recuperar, con intensidad, y entre Diego Godín y Fernando Muslera desactivaron la bomba. Otro contragolpe llegó luego de un tiro libre mal ejecutado por Carlos Sánchez, a pocos metros del área rival. Los halcones verdes salieron con todo, con pelota dominada, pero la velocidad defensiva marcó la supremacía de presencia uruguaya. La jugada tuvo que bajar el ritmo porque llegaron tres árabes contra cinco sudamericanos y la pelota terminó en un robo más de Josema Giménez.

Cada error de algún futbolista celeste que terminó con un ataque del rival fue maquillado por el sector defensivo. La distribución del balón durante este Mundial no fue de gran eficacia y las pérdidas inclinaron la balanza para el juego poco vistoso demostrado. Pero en cada una de las ocasiones, el comando de marca estuvo atento y salvó las fallas. El volante de Peñarol Critian Rodríguez fue el que más porcentaje de pérdidas tuvo en la mitad de la cancha al intentar 20 entregas con nueve fallas. Por su lado, el jugador de Juventus tuvo 80 pases acertados y nueve equivocados, llegando al 89% de efectividad.

La rapidez de Fahad Almuwallad inquietó pero no lastimó. El delantero se mostró con mayor velocidad que los zagueros uruguayos y trató de romper la línea con pelotas profundas, puestas por sus compañeros. En todo momento fue bien contenido por los defensas celestes, al ser marcado o dejado en evidencia, en dos oportunidades, en fuera de juego. Durante los 90 minutos, en las estadísticas de Uruguay, se contabilizaron un total de 19 despejes, cinco más que los árabes, y una vez más Godín y Giménez tuvieron la bandera, quienes además cometieron solamente dos infracciones, repartidas una para cada uno.

El juego aéreo le brindó grandes resultados, históricamente, al fútbol uruguayo y en este Mundial nuevamente el equipo de Tabárez se aprovechó de esa virtud. En ofensiva los dos goles convertidos llegaron por esta vía. Mientras que el sector defensivo fue implacable en la materia, sin perder centros y balones divididos en el área. Ante los árabes no fue la excepción, la oncena dirigida por Juan Pizzi contó con cuatro tiros de esquina para tratar de batir el arco de Muslera, pero ninguna se transformó en peligro. No solamente los zagueros son especialistas, sino que también Cáceres, Bentancur y Edinson Cavani dan una buena mano.

Ambos volantes cumplieron labores defensivas que estuvieron a la vista y también en silencio. El jugador de Juventus tuvo un partido sin brillo exterior pero con un valioso aporte en la zona de atrás. Relevos y quites continuos, limpios y con un timing increíble, demuestran la calidad internacional con la que Bentancur encara cada partido . Por su parte, Torreira le dio a la celeste contención e ida y vuelta. Los ingresos que tuvo en la selección, frente a Ubekistán en amistoso, y ante Egipto y Arabia, siempre terminaron con excelente nota. El "Pac-Man" de Sampdoria gana argumentos para ser titular contra Rusia, gracias a sus grandes ingresos desde el banco.