Ligamentos cruzados rotos, el mal de moda del fútbol uruguayo

Primero se escucha un ¡crac! Después se siente una sensación de quemazón o un pinchazo fuerte. Los futbolistas coinciden en los síntomas que indican la rotura de ligamentos en la rodilla, una lesión que antaño no se daba con tanta frecuencia y que ahora, en 11 fechas del Torneo Apertura, ya suma siete víctimas. Esta semana la sufrió el delantero de Progreso Joel Burgueño y antes fueron Walter Gargano (Peñarol), Iván Silva (River Plate), Leandro Onetto (Progreso), Leandro Ezquerra (Torque), Facundo Waller y Leandro Otormín (Nacional).

 

 

Los motivos de la lesión son diversos y los profesionales que trabajan en el fútbol concuerdan en que los más perjudiciales son las exigentes pretemporadas que se realizan en la actualidad, la agresión que sufren los físicos con algunos métodos de entrenamientos que están de moda, el escaso tiempo para realizar el acondicionamiento físico, la cantidad de partidos exigentes que en algunos casos se ha duplicado y también el mal estado de los campos de juego.

 

El médico de Rentistas Juan Calimaris explicó a Referí algunos de los factores que terminan con la rotura de ligamentos: "Al comenzar los campeonatos los organismos necesitan una adaptación para la competencia, pero vienen de la pretemporada donde se realizan ejercicios más físicos que competitivos y eso es perjudicial. También influyen los terrenos de juego y la tendencia indica que a mitad de año, cuando los jugadores están cansados, también suelen lesionarse. Otro factor es la doble actividad".

 

En dos meses de competencia en Uruguay ya hay siete jugadores con rotura de ligamentos, sin embargo la cantidad no sorprende a Calimaris: "El número se ha mantenido, no me sorprende. En 2014 hubo bastante roturas de ligamentos, meniscos, esguinces de cuello de pie, en este caso se da mucho por el estado de los terrenos de juego".

 

 

Otra razón que ayuda poco son las modas: "Los estímulos que se colocan, como el crossfit, las planchitas. Uno entrena jugadores de fútbol y la musculación es importante, pero la fuerza específica para futbolistas, que corra y sea potente, tiene una parte positiva y otra negativa. Pero además se hacen otro tipo de entrenamientos, van al gimnasio, ejercicios en posiciones invertidas que jamás van a utilizar en la cancha. Para el biotipo del jugador uruguayo tampoco es aconsejable tanta intensidad", señaló Arismendi.

 

El profesional que trabajó en Nacional, Peñarol, River Plate y Juventud entre otros clubes, dijo que muchos futbolistas van al gimnasio además de entrenar con el equipo y eso puede ser perjudicial si no están supervisados: "A veces un jugador se fue bien del entrenamiento y vuelve lesionado, y es porque se fue al gimnasio y uno no sabe lo que hizo".

 

Calimaris dijo que el tiempo ideal de recuperación de un futbolista que se rompe los ligamentos cruzados es de entre ocho y nueve meses: "El deportista de alta competencia que se rompe el cruzado necesita una cirugía y para eso la rodilla tiene que estar en óptimas condiciones, desinflamada y con buena musculatura. Después lleva un tiempo de posoperatorio y para que el nuevo ligamento esté óptimo se necesitan ocho o nueve meses, es un plazo acatado a nivel internacional. La idea es que el ligamento no se vuelva a romper".

 

El médico recordó el caso del futbolista argentino Fernando Gago, al que apuraron y se volvió a lesionar. Una situación parecida también le pasó al ahora jugador de Nacional Facundo Waller (ver aparte). La parte anímica también suele ser importante, para calmar la ansiedad de volver, dijo Calimaris.

 

En cambio, la rotura del ligamento lateral (esguince de rodilla), la recuperación lleva menos de tres semanas.

 

Para Arismendi los períodos son importantes: "Antes se hacía acondicionamiento físico básico, precompetitivo y competitivo. Ahora no hay tiempo para todo eso".

 

El lapso de recuperación obedece a distintas variables: "Depende de la lesión, del tono muscular que perdió, si no tuvo lesión de cuádriceps o de gemelos" y también de la infraestructura de los clubes: "Si puede hacer recuperación en piscina con medidas como para desplazarse, si tiene atención personalizada de fisioterapeuta y médico, de electroestimuladores para usar en la casa". Pero lo fundamental, para el preparador físico, es "no apurarse".

 

 

Onetto, delantero de Progreso que brilló en las primeras fechas del torneo, contó a Referí qué sintió cuando se lesionó en la quinta fecha del Apertura contra Nacional: "Yo venía corriendo y Neves (Gabriel, jugador tricolor) me desestabilizó con un empujón. La rodilla se me fue para adentro y se me trancó en el piso. Sonó y pensé que me había roto un hueso. Sentí que me quemaba. Ese fue el peor momento, porque te pasan muchas cosas por la cabeza, que no vas a jugar más. Después, ya en la ambulancia asimilé que era rotura de ligamentos y ya estaba pensando en cuándo me podía operar y en recuperarme cuanto antes. En este tiempo es importante que te aguanten la cabeza".