La lluvia le dio una mano a los grandes

Si bien todos coinciden en que era imposible poder jugar este domingo debido al estado de las canchas –solo Belvedere en el que se iba a jugar Liverpool-Torque, tiene drenaje–, y a las tormentas eléctricas, el hecho de que ahora Peñarol deba jugar el miércoles y Nacional el jueves por la octava fecha y que se hayan pospuestos sus respectivos encuentros de este domingo en el Tróccoli ante Cerro y en el Nasazzi contra Racing, respectivamente, le dan más tiempo de recuperación a los grandes.

Peñarol llegó extremadamente cansado el viernes a la tardecita a Montevideo luego de haber jugado nada menos que en la altura de La Paz a 3.600 metros ante The Strongest, con todo el esfuerzo que eso conlleva. Entre los 90 minutos y el viaje, los jugadores llegaron realmente extenuados y debían jugar a las 48 horas de haber arribado.

De haberse jugado, este domingo igualmente hubieran estado en el pesado piso del Tróccoli como estaba previsto y con los ingresos de Lucas Hernández y Maximiliano Rodríguez, quienes no viajaron a La Paz. Ahora deberá afrontar la octava fecha viajando a Maldonado para enfrentar como visitante a Atenas de San Carlos el próximo miércoles a la hora 20.30.

Nacional regresó antes de su viaje a Santos pero también había jugado a la misma hora del juevess, y tiene lesionado a uno de sus referentes, Diego Arismendi, por lo que también este parate de unos días debido a esta suspensión dominguera, le da una mano.

Tanto es así, que el técnico albo, Alexander Medina, ya había determinado volver a la rotación de futbolistas, cosa que ahora, posiblemente no haga para el encuentro del jueves por la octava fecha contra River Plate en el Gran Parque Central a la hora 20.30.