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El dinero elimina el factor sorpresa en la Champions

La hegemonía de los poderosos crece al influjo de los millones que la UEFA vuelca a las competencias
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17 de febrero de 2018 a las 05:00
Rory Smith, New York Times News Service

El juego está apretado, sin goles y cada vez más cerca del final, cuando un jugador del Olympiacos le da un fuerte empujón por la espalda a Konstantinos Galanopoulos, un joven mediocampista del AEK Atenas, quien queda desplomado en la cancha.

Sus compañeros rápidamente sacaron la pelota del campo de juego. El árbitro solicita el ingreso de la atención médica. El carro de los servicios de salud entra en acción y, con cuidado, dos auxiliares suben a Galanopoulos.

Sin embargo, en vez de regresar por donde entró, el chofer del carrito se dirige a la línea de meta más lejana. Es una decisión poco común. Durante el traslado, Galanopoulos pasará frente a la parte del estadio donde se reúnen los fanáticos estridentes e intimidantes del Olympiacos.

Mientras pasa el carrito, primero suena una tormenta de chiflidos y después cae una lluvia de objetos y vasos de cerveza. Cuando uno impacta demasiado cerca, Galanopoulos decide que es un blanco fácil, así que salta del carrito y corre el resto del trayecto. Como sienten que sus protestas están justificadas —pues creen que el futbolista está fingiendo—, los ultras claman su desaprobación.

Los partidos entre el Olympiacos y el AEK siempre son tensos, pero este año es excepcional. La mayoría de las veces, incluso en este momento de la temporada, el Olympiacos ya tiene el campeonato en la bolsa. Hace algunos años, ganó la liga con una ventaja de 27 puntos. Su dominio es asombroso: ha ganado el título de Grecia todos los años desde 2010, y en diecinueve de las últimas veintiuna temporadas.

Así que todos los años –hasta este– Olympiacos parece que va un paso más adelante. Cada campeonato implica otra participación en la Liga de Campeones, otro pago multimillonario de la UEFA y otra serie de fichajes que sus rivales no podrán igualar. Es un ciclo que prácticamente garantiza el éxito.

En toda Europa cada vez más ligas están siguiendo el ejemplo de la griega. Aunque ningún equipo pueda igualar la hegemonía del Olympiacos, un número creciente de competencias nacionales empiezan a convertirse en juguete de los clubes todopoderosos.

En la Liga Premier de Bielorrusia, el FC BATE Borisov ha ganado 12 títulos en fila. En Suiza, el FC Basilea ha arrasado con los últimos ocho. En Bulgaria y Escocia, el Ludogorets Razgrad y el Celtic respectivamente han sido intocables durante seis. En Croacia, el Rijeka ganó el campeonato el año pasado, pero los 11 anteriores habían quedado en manos del Dinamo Zagreb. Estas ya no son carreras por el título. Simplemente son procesiones con resultados casi predestinados, temporadas enteras despojadas de drama e intriga.

"A ninguna liga del mundo le hace bien que un equipo gane siempre", afirmó Kostas Katsouranis. Tristemente, Katsouranis, de 38 años y ya retirado, pasó su carrera compitiendo con el Olympiacos. Jugó con todos sus rivales: AEK, PAOK y su némesis, Panathinaikos, cuando disputaba el partido conocido como el Derbi de los Enemigos Inmortales. Según Katsouranis, la explicación de que ninguno de esos equipos pudiera mantener el paso se reduce en principio a un factor: el efecto distorsionado de la Liga de Campeones.

En los últimos cinco años, el Olympiacos ha recibido más de US$ 125 millones gracias a sus apariciones en la Liga de Campeones. El Basilea ha ganado US$ 68 millones. El BATE, por sus tres participaciones en la fase de grupos, ha obtenido US$ 50 millones, y el Dinamo Zagreb, US$ 55 millones.

Para los estándares de la Liga Premier, la Bundesliga y La Liga no son sumas inmensas: hay ocasiones en que es mayor el costo de un solo jugador. Sin embargo, en Bielorrusia, Croacia, Grecia y Suiza, son unas fortunas. En términos financieros, ningún otro club de esos países tiene la más mínima esperanza de competir y, como resultado, pocos se les pueden enfrentar en el campo de juego.

El problema no es que un equipo sea premiado debido a su éxito –eso es natural–, sino que haya un efecto agregado. El premio monetario por haber llegado a la fase de grupos de la Liga de Campeones hace más probable que el equipo tenga éxito al año siguiente. A lo largo de varias temporadas, es básicamente una certeza. El dinero sirve para establecer, y después atrincherar, una dinastía.

La UEFA realiza los denominados "pagos solidarios" –los cuales provienen de las inmensas ganancias de transmisión televisiva de la Liga de Campeones– a otros equipos que participan en esas ligas, pero las cantidades rondan los cientos de miles de dólares: una gota en el océano si se compara con las ganancias directas de los gigantes y absolutamente nada si se consideran los beneficios indirectos.

"El dinero de la Liga de Campeones ha permitido que el BATE se haya sentido seguro en el mercado bielorruso durante muchos años", mencionó Nikolay Hodasevich, un presentador deportivo de la cadena de televisión Belarus 5. "Al año, el club podría comprar a los mejores juveniles del país, desarrollarlos y venderlos en Rusia o en Europa".

Es un plan de negocios que ha perfeccionado el Dinamo Zagreb, el campeón perenne de Croacia durante mucho tiempo. El "negocio central no es el fútbol, sino el desarrollo de talentos para futuras ventas", explicó Aleksandar Holiga, editor del sitio web croata Telesport.

En 2016, cuando Christoph Spycher fue nombrado director deportivo del club suizo Berner Sport Club Young Boys, se percató de que solo de una manera se podía intentar cerrar la brecha con el FC Basilea. Su club no podía contar con el ingreso de la Liga de Campeones, pero podía intentar imitar los beneficios del certamen.

"En los años anteriores, el equipo había probado con muchas estrategias diferentes", señaló. "Había invertido fuertes sumas en jugadores de experiencia, pero nunca había logrado su meta".

En su mente, la solución era sencilla. Young Boys se iba a concentrar en contratar, desarrollar y vender jugadores jóvenes, con lo cual igualaría el invernadero de talento que le genera tantas ganancias al Basilea. Si Young Boys podía ganar dinero en el mercado de transferencias, los ingresos podían reinvertirse en el equipo y se podría minimizar la ventaja financiera del Basilea.

Los efectos han sido impresionantes. Cuando la liga suiza alcanzó la mitad de temporada –y su descanso invernal–, Young Boys era el líder de la tabla, lo cual provocó la esperanza de que el Basilea pudiera ser destronado por primera vez desde 2009. "El año pasado, no hubo mucha tensión en la liga", comentó Spycher. "El Basilea nos llevaba 15 o 16 puntos, y nosotros 12 o 13 al tercer lugar". Este año, las cosas se han puesto "más interesantes", mencionó.

Hay una tendencia similar en Croacia y Bielorrusia, donde escuadras menos brillantes han comenzado a hacerse notar. En Grecia, el Olympiacos –y su dueño que fue enjuiciado con cargos de amaño de partidos– ha tenido algunos percances. No obstante, el efecto es el mismo: un alivio ante un rayo de esperanza para todos los demás que participan en ligas que se han estancado.

El temor –en particular para la UEFA– es que, de la misma manera en que estas ligas pequeñas han comenzado a mostrar síntomas de mayor vida competitiva, los grandes escenarios de Europa están empezando a mostrar signos de poderosas hegemonías.

En Italia, la Juventus ha ganado los últimos seis campeonatos. El Bayern Munich está en camino de obtener su sexto título consecutivo de Bundesliga. El PSG espera establecer una dinastía similar en Francia, pese a perder el título la semana pasada. La promesa de la Liga de Campeones hace que cada uno de estos equipos se haya vuelto más atractivo, fortalezca su escuadra y refuerce su supremacía.

Según información que reunió 21st Club, una consultora de datos de fútbol, la cantidad de puntos por juego que han reunido los campeones de las cuatro ligas más grandes de Europa –la inglesa, la española, la alemana y la italiana– ha crecido de manera constante en años recientes, un síntoma de dominio metastásico.

Entre 2005 y 2008, por ejemplo, el campeón de la Bundesliga obtuvo 2,13 puntos por juego. En las últimas tres temporadas, sumó 2,49 por partido. El patrón es el mismo en la Liga Premier, la Serie A y La Liga. Del mismo modo, en estas ligas el éxito no solo está generando éxito, sino que está empezando a garantizarlo.

Así que, en toda Europa, las competiciones más glamorosas se están convirtiendo en procesiones.

Récord de pases

La inversión total en fichajes durante este mes de enero en Europa aumentó un 49% respecto a la temporada pasada, alcanzando los 945 millones de euros y estableciendo un nuevo récord histórico en el mercado invernal.

Danza de millones

Un informe de FIFA publicado este viernes sobre los fichajes de 2017-2018, destaca que cinco de los 10 más caros de la temporada se realizaron en invierno: Philippe Coutinho (Liverpool a Barcelona por 155 millones de euros), Virgil Van Dijk (Southampton a Liverpool por 79 millones), Diego Costa (Chelsea a Atlético de Madrid por 66 millones), Aymeric Laporte (Athletic Club a Manchester City por 65 millones) y Emerick Aubameyang (Borussia Dortmund a Arsenal por 64 millones).

El 5 de oro

La inversión de las cinco principales Ligas Europeas (Premier League inglesa, La Liga española, Serie A italiana, Bundesliga alemana y Ligue 1 francesa) alcanza un récord histórico: 5.350 millones de euros, un 37% más que la campaña anterior.

Números oficiales

Un informe presentado por FIFA confirma que en el mercado de pases 2017-2018 las 211 asociaciones de la FIFA hicieron 3.317 operaciones.

Defensas que se cotizan

Por primera vez, tres centrales, aparecen en el top 10 de los pases más caros: Virgil Van Dijk (Southampton a Liverpool por 79 millones de euros), Aymeric Laporte (Athletic Club a Manchester City por 65 millones) e Íñigo Martínez (Real Sociedad a Ahtletic Club por 32 millones).

Premier y España

El crecimiento del mercado europeo de invierno fue protagonizado por la Premier y LaLiga con 476 millones de euros invertidos la primera (un 72% más que el invierno anterior) y con 311 millones (17 veces más que el pasado mercado invernal).

Liverpool vendedor

El club inglés se convirtió en el que tuvo más ingresos del invierno en Europa, tras vender a Coutinho al Barça por 155 millones de euros. Southampton (79 millones) y el Borussia Dortmund (74 millones) completan el podio.

Barcelona, la vedete

Barcelona, tras desembolsar 167 millones de euros (155 millones en Coutinho y 12 millones en Yerry Mina), lidera con diferencia el ránking de inversión en Europa en este mercado de pases de invierno, seguido del Liverpool (79 millones), el Manchester City (72 millones), el Atlético de Madrid (66 millones) y el Arsenal (66 millones).


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