El futbolista formado en las divisiones juveniles de Nacional aportaría a los 70' el gol del empate, pero antes ya había empezado a limar la defensa de Peñarol para debilitarla y quebrarla.
Sus corridas por la banda y sus diagonales hacia el arco abrieron el fútbol de los tricolores y dotaron al ataque de otra frescura. Lo sufrió Fabián Estoyanoff a sus espaldas, lo padeció Guillermo Varela -quien custodió el lateral derecho- y lo sufrió Fabricio Formiliano en el gol, porque el zaguero se quedó un instante y el delantero lo sorprendió con su oportunismo y velocidad.
El momento éxtasis de Bueno en el partido se registró cuando Tabaré Viudez desbordó, llegó al fondo, enganchó, metió el centro, falló Bergessio –como toda la tarde-, rechazó Kevin Dawson y en el rebote el puntero solo empujó la pelota para inflar la red y marcar el empate.
El de este domingo fue el segundo gol de Bueno a Peñarol en un clásico con la camiseta de Nacional, el anterior había sido en 2011, con Medina de compañero de ataque. Sin embargo, los hinchas de Peñarol no se olvidan cuando en 2016 el delantero le anotó tres goles en el Franzini, defendiendo a Defensor Sporting, y le dio un triunfo muy celebrado por los violetas y que fue el que abrió las puertas para su regreso al club que lo vio nacer.
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