Danubio, ¿qué te pasa?

El que lo mira desde afuera tiene la sensación de que Danubio es un gigante que después de salir campeón en 2014, se echó a dormir. La pregunta habitual es ¿qué pasa con Danubio?

¿Pasa algo? Después de ganar su cuarto título uruguayo en la temporada 2013-2014, terminó cuarto, 12º, tercero y octavo en las temporadas siguientes. Además, pasaron seis técnicos en estos tres años y medio: Jorge Castelli, Luis González, Pablo Gaglianone, Leonardo Ramos, Pablo Rodríguez y Gastón Machado. Y el presidente electo en diciembre de 2016, Boris Igelka, renunció a su cargo unos meses después porque "no se adaptó a los mecanismos internos del fútbol", según confiaron a Referí desde el club.

Esa es la realidad (que puede ser virtual o no) que se aprecia desde afuera. Como dijo a Referí Leonardo Goicoechea, sucesor de Igelka en la presidencia, "el club se ve totalmente distinto de afuera o desde la tribuna que desde adentro de la mesa de directiva; son dos perspectivas diferentes".

El presupuesto mensual de la institución es de US$ 300 mil y no tiene deudas con técnicos, jugadores ni funcionarios.

El hecho de salir campeón en un cuadro menor "es casi un acto de fe", reconoció el presidente y agregó que "hay clubes muy importantes que invierten en juveniles tanto como nosotros y no han logrado ser campeones ni una sola vez, como Wanderers, River o Liverpool. Y Danubio en este siglo salió campeón tres veces y Defensor una. Eso de las campañas es relativo, depende del ojo que lo mira. Pero hay veces que la diferencia es descomunal; solo por (derechos de) televisión los grandes (Nacional y Peñarol) cobran 10 veces más que un cuadro chico. Por definición sabemos que tienen el 90% de los hinchas de todo el país. Por eso digo, se tienen que alinear mucho los astros para que pasen las cosas".

Danubio destina el 60% de su presupuesto para las divisiones formativas, pero se da de bruces contra los reglamentos: "La reglamentación internacional va en contra de los clubes formadores de jugadores, porque si no tenés contrato no tenés jugador. Nos ha pasado de hacerle contratos a muchachos que de repente en Quinta eran descollantes y decir 'vamos a asegurarnos a este gurí, hacerle contrato' y resulta que en Primera nunca lograron explotar. Y tenés que hacer frente a un contrato de $ 70 mil u $ 80 mil por mes, y después el jugador no dio lo que todo el mundo esperaba. Es un poco una timba también".

Con la AUF pasa algo similar: "En la Asociación se pueden tener 35 contratos profesionales registrados. Solo de Primera División tenés entre 23 y 25, más lo que tenés de previsión por las dudas que exploten después. Entonces cuando querés acordar estás pasado del cupo".

Por ese motivo es que a veces deben liberar cupos dándoles la libertad o cediendo juveniles a préstamo, como pasará este año con Agustín Navarro, una decisión que para los hinchas es antipática. Navarro es hijo del exgolero Sergio Navarro y ha tenido destacadas actuaciones en las divisiones juveniles.

Negociar con los representantes de futbolistas es otra lucha que tiene Danubio habitualmente. Un ejemplo es lo que pasó con Joaquín Ardaiz, uno de los últimos juveniles transferidos. "Cuando terminó el baby fútbol en Danubio y había que ficharlo en Séptima División, tenía 13 años y vino con un representante que decía que lo dejaba fichar en Danubio si le daba el 30%. A eso no hay manera de evitarlo", contó Goicoechea.

La venta de jugadores es la mayor ganancia que tiene Danubio para subsistir. En ese sentido, actualmente los laterales José Luis Rodríguez y Martín Marta son los de mayor proyección.

A grandes rasgos, Danubio está al día, sigue apostando a su universidad de juveniles, peleando con las armas que posee y agazapado, esperando dar el zarpazo.