Con defensa firme, dientes apretados, un golero determinante y una gran optimización de sus recursos ofensivos, Defensor Sporting le robó un empate a Gremio, el flamante campeón de América y de la Recopa, además de vicecampeón del Mundial de Clubes, en el arranque de la actividad del grupo 1 de la
Copa Libertadores.
Eduardo Acevedo apeló a su versión más defensiva para plantearle el partido al elenco gaúcho. Suspendido Matías Cabrera (por su expulsión el año pasado ante Liga de Quito por Copa Sudamericana), el entrenador lo sustituyó por un zaguero más, Santiago Carrera.
Así, el violeta se plantó con un 5-4-1 bien recostado sobre su campo cediéndole la pelota al rival y esperándolo en el fondo para doblar numéricamente a sus delanteros.
Entre el minuto 7 y el 14 quedó claro cómo pretendía ofender al visitante: exprimiendo los recursos y activando sus circuitos futbolísticos en forma tan veloz como vertical.
A los 7' Germán Rivero recepcionó un balón largo de Guillermo Reyes y probó de lejos a un seguro Marcelo Grohe. A los 14', Facundo Castro –el que se atrevió a más con la pelota en los pies– se combinó con Mathías Suárez y Ayrton Cougo completó la jugada por la banda opuesta con un zurdazo cruzado que pasó cerca.
Antes y después, la pelota pasó por el doble 5 visitante: quienes intentaron entre los dos 166 pases, justo el doble de los que intentó todo el equipo de
Defensor Sporting (83) en los primeros 45'.
La posesión de la visita fue abrumadora: 76%. Pero el daño que le hzo a Defensor fue nulo ya que la retaguardia estuvo firme y atenta a cualquier pase filtrado y salvo un intento de afuera del área del veloz Everton, Guillermo Reyes no pasó apuros.
Gremio, paciente y fiel a su línea de juego, buscó el espacio ampliando todo el frente de ataque con laterales (Madson por derecha y Bruno Cortez por izquierda) permanentemente plegados al ataque junto a los extremos (Cícero y Everton).
El centrodelantero Luan nunca fue una referencia neta de ataque debido a la densidad de la población defensiva del equipo uruguayo. Por eso se lo vio flotar siempre entre líneas –la de los extremos y el doble cinco– buscando tejer sociedades de juego.
No hubo caso. Ni tiempo ni espacio encontró Gremio para resolver en las cercanías del área de la viola que cada vez que obtuvo oxígeno soltando a sus carrileros (mucho más Mathías Suárez por derecha que Ernesto Goñi por izquierda) y dio el paso al frente a través de Mathías Cardacio por el callejón central, logró rodear bien a Castro y Cougo como para tener en jaque al campeón de América.
Los primeros 45' se fueron así con una posesión inocua de Gremio y con Defensor imponiendo el control de la situación. ¿Es posible controlar el juego sin la pelota? Sí, cuando la firmeza defensiva relativiza la tenencia y a su vez se logran generar situaciones de peligro atacando los espacios que deja el rival en su afán ofensivo.
Cambió el viento en el comienzo del segundo tiempo. Primero porque Gremio aceleró el paso en comienzo y generó rápidamente un par de situaciones de gol: un tiro libre de Cícero y un remate cruzado del lateral Madson.
Y después porque el entrenador Renato Portaluppi se jugó cartas a ganador metiendo a Alisson para darle más velocidad a la punta derecha y luego a Jael, un típico centrodelantero de área, dispuesto a pelear con sus 1,88 metros el dominio aéreo ejercido por los tres centrales: Gonzalo Maulella, Nicolás Correa y Santiago Carrera.
La cancha se le fue inclinando a Defensor y obligó a su retaguardia a una participación mucho más activa y reiterada. El mediocampo fue cediendo control y la zaga quedó expuesta a las resoluciones personales del extremo izquierdo Everton, veloz, incisivo y hábil.
Maulella y Suárez realizaron cierres brillantes para evitar la ejecución de Reyes que luego fue probado por dos remates mortíferos de Alisson y Victor Cortez.
Pero de tanto golpear la puerta, Gremio llegó al gol, obra de Maicon que empaló magistralmente una pelota al borde del área y capitalizó el rebote luego que Maulella se revolcara sobre la línea para salvarla.
El escenario planteado sumado a la desventaja eran a esa altura del partido, minuto 80', una montaña imposible de escalar. Pero Maulella se hizo el distraído en un córner y lo empató de cabeza a los 84'. Un premio al día en que Defensor sacó a relucir su vieja escuela para llevarse un puntazo.