Brillante triunfo de Progreso

En la platea, el hincha de Progreso tiene la 10 de Lionel Messi basada en la senyera roja y amarilla que utilizó como alternativa Barcelona. En el césped del Nasazzi, el 10 que lleva la aurirroja de los Gauchos es Ignacio Lemmo. La comparación entre ambos futbolistas es muy lejana, obviamente, pero en el juego que se vio en la cancha del estadio papal, el conjunto de La Teja por varios momentos le puso un toque catalán y aferrado a esa idea le ganó 2-1 a Nacional, un resultado que incluso, por lo visto, debió ser más amplio.

El equipo de Marcelo Méndez, que ya venía asomando como revelación del Apertura, salió a jugarle de igual a igual al tricolor, que llegaba invicto y con puntaje perfecto. De entrada, al ver cómo se paró el equipo, dejó en claro que iba a ser así. La propuesta de los Gauchos fue con un 4-3-3 o 4-2-3-1, una sistema espejo al 4-3-3 que utilizó Alexander Medina con su equipo "local".

Y desde al arranque, Progreso salió a robarle el protagonismo a los albos, lo que comenzó a marcar el clima del partido, con un equipo local que arriesgaba y llegaba con peligro y con otro que se ofuscaba y se nublaba.

Sebastián Rodríguez, el volante albo que había sido figura en la pasada fecha, no estuvo claro y Nacional lo sintió en su generación de fútbol, lo que recién mejoró un poco con el ingreso de Zunino por el lesionado Peruzzi.

Progreso cuidó la pelota y atacó por la derecha en los primeros minutos, con Rosso complicando a Espino y con Asconeguy sumándose al ataque. El arma gaucha fue el centro al área, y también los pases a las espaldas de los zagueros. Pero fallaba en el toque final para culminar las jugadas.

Nacional, cuando progresaba en la cancha, se quedaba sin conexión en los últimos tres cuartos. Luis Aguiar, con un tiro desde afuera del área, tuvo la más clara pero le tapó el arquero rival.

Cuando el encuentro llegaba al descanso, de un tiro de equina Progreso se puso 1-0 con un cabezazo de Gastón Colman que se le metió por arriba a Luis Mejía.

El resultado era acorde al dominio de los Gauchos, pero enseguida, al intentar salir por abajo y sin reventarla, perdieron una pelota, Bergessio habilitó a Bueno y el Zorrito no perdonó para empatarlo 1-1.

El gol de la igualdad no cambió los planes de Progreso que siguió con su propuesta de posesión y cuidado del balón, por momentos con muchos toques, lo que hizo deleitar a sus hinchas. Y también siguió atacando, dominando claramente a los albos en ese rubro de las estadísticas (ver detalles).

Medina paró a su equipo con un 4-2-4 y le dejó más espacio al rival que pasaba sin peaje por el medio, con Viega y Gottesman por la medular, o con Onetto, Rosso y Asconeguy por las bandas.

Llegaba más y con mayor claridad Progreso, pero le fallaba la puntería o Mejía respondía con grandes intervenciones.

Hasta que en una de las últimas, Makuka se fue de área a área en un contragolpe, le cometieron penal y Cóccaro, que había ingresado, puso el 2-1 para liquidarlo.

Así, Progreso sumó una victoria que por momentos tuvo baile, la que será recordada por sus hinchas por muchos años. Y dejó sin invicto y con muchas dudas al Nacional de Medina, que venía expreso y que, en una semana sin copa, tendrá días de reflexión para intentar reacomodarse.