Zamora enamora las calles

En damas, la vencedora fue Camila De Mello con un tiempo de 37’42’’, seguida de Cecilia Cabrera (37’54’’) y Alison Wakely (38’18’’), una atleta británica que vive en Rocha.

Eduardo Dutra y Lourdes Porro ganaron sus respectivas categorías en silla de ruedas, y Albarracin se quedó con el primer puesto entre los no videntes.

Pablo Sanmartino, presidente de la Confederación Atlética del Uruguay (CAU), destacó la importancia que ha tenido el cubano Rojas en el crecimiento de los corredores de fondo de Uruguay: “Que dos atletas hayan bajado los 30 minutos es para resaltar. La llegada de Aguelmis ha mejorado mucho el fondo uruguayo” dijo Sanmartino a El Observador.

Agregó que “es fundamental el trabajo de un atleta de nivel olímpico” como el cubano. Ayuda al crecimiento de “los corredores y también de los entrenadores”.

Zamora, que fue el ganador de esta edición de la Reebok, se preparó en la altura de Salta para conseguir su mejor rendimiento: “Antes andaba en los 30, 31 minutos, y ahora bajó esa marca”, señaló el dirigente.

En una tarde espectacular, con una concurrencia que superó ampliamente los 5.000 participantes, la tarde se tiño de amarillo fluorescente, el color elegido este año por los organizadores.

El recorrido fue el mismo de los últimos años y que hace de la Reebok una de las competencias que presenta una de las escenografías más bellas. La largada se registró en las cercanías del hotel Casino Carrasco, los atletas tomaron por la rambla rumbo a Giannattasio, pasaron luego por el puente de las Américas, Barradas y nuevamente la rambla para desandar el camino hasta la meta en el mismo lugar del inicio.

El mismo podio

El podio de ayer fue exactamente el mismo que en la edición 2009. En aquella oportunidad ganó Andrés Zamora con un tiempo de 30’04’’, seguido por Rojas (30’19’’) y Casco (30’30’’).

Rojas ganó las ediciones de 2010 (30’32’’), 2011 (30’37’’) y 2012 (30’07’’). El año pasado el vencedor fue Santiago Casco con un tiempo de 29’40’’).

Pero más allá de la competición de los atletas de élite, la inmensa mayoría de los participantes son corredores amateurs que año a año se suman a la fiesta con el deseo disfrutar de la carrera y sobre todo, de empezarla y terminarla para colgarse la medalla que testimonia su presencia.

Desde hace muchos años las carreras de calle son una tradición en Uruguay. Cuando asoman los primeros rayos del sol primaveral, miles de personas se preparan en el Prado, en la rambla y en otros diversos lugares, para llegar en forma.

Las redes sociales se inundan con fotografías que muestran cuando reciben los kits y cómo se preparan el gran día para vivir la emoción de correr.