Antes del partido entre Holanda y Costa Rica por cuartos de final de la Copa del Mundo, el entrenador holandés Louis Van Gaal convocó a su entrenador de arqueros, Frans Hoek, y a Tim Krul, arquero suplente del equipo. Allí le avisaron a Krul que en caso de que el partido acabara en empate, le tocaría entrar al campo con la específica misión de atajar penales.
Esta elección no se debió a una particular habilidad de Krul en la materia. De hecho, de los últimos 20 penales que le habían pateado, solo atajó dos. Pero su físico le otorga una ventaja, y Hoek convenció a Van Gaal para aprovecharla. “Cada uno en el equipo tiene ciertas cualidades y no siempre aparecen. Encontramos que entre los arqueros Tim Krul era el mejor para atajar los penales debido a que tiene un mayor alcance en sus brazos y porque observó los penales de Costa Rica”, explicaría luego Van Gaal.
Ya durante el partido contra los ticos, Krul comenzó a calentar, sorprendiendo incluso a sus compañeros. Jasper Cillessen, el arquero titular, también lo vio, aunque no le dio demasiada importancia.
Hasta que llegado el último minuto del alargue, y previendo que el partido se resolvería desde los 12 pasos, Van Gaal utilizó el último cambio que tenía disponible y metió a Krul. Lógicamente, Cillessen se retiró enojado de la cancha, pateando botellas de agua contra el banco de suplentes, aunque la movida de Van Gaal tuvo efecto. El ingresado atajó dos penales en la tanda y se tiró correctamente en los otros tres.
“No le dije a Jasper Cillessen sobre el plan antes del partido, porque no quise distraerlo”, explicó el DT holandés. Cillessen, que festejó la clasificación junto a sus compañeros, e incluso fue de los primeros en abrazar a Krul, pidió disculpas por su enojo al conocer el plan de su entrenador. “No sabía que era una situación ya prevista. Y supuso un shock para mi”, manifestó el arquero titular.
Antes de los penales de los costarricenses, Krul, que que se desempeña en Newcastle, caminaba frente a los tiradores, los señalaba y les hablaba. “No me comporté de manera agresiva, solo le decía al rival que los había estudiado. Y funcionó”, explicó el futbolista, que se convirtió en el héroe de la clasificación holandesa a semifinales.
Antecedentes
Esto último marca que los penales no son una “lotería”, sino que son una parte más del juego y como tal pueden ser estudiados y preparados en profundidad por los entrenadores, además de tener un importante contenido psicológico. Por ejemplo, en el Argentina-Alemania en cuartos de final del mundial de 2006, el arquero germano Jens Lehmann tenía en su media un papel con los posibles tiradores de penales de su rival, así como la posible trayectoria de los remates. Lehmann miraba el papel antes de cada tiro, poniendo nerviosos a los argentinos. El alemán atajó dos tiros y clasificó a su selección a semifinales.
La situación de Krul fue novedosa en un mundial, pero no es la primera vez que sucede algo similar. En la Recopa Sudamericana de 1992, disputada por Colo-Colo y Cruzeiro, el entrenador Mirko Jozic, del club chileno, reemplazó al arquero Daniel Morón por Marcelo Ramírez para la definición por penales, lo que acabaría dando sus frutos cuando el sustituto atajó un penal que permitió al equipo chileno salir campeón.
Van Gaal, un entrenador metódico que ha pasado por las mejores escuelas del mundo (Ajax, Barcelona, Bayern Múnich) volvió a demostrar que en el fútbol eso de que “está todo inventado”, es puro cuento.
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