Y ahora, al desierto ante Chile...

Dicen que a cierta hora del día en Calama se te seca la boca. Que el polvillo de las minas dificulta la respiración. Y que por esa razón Cobreloa pone especial atención en la hora de fijación de sus partidos.

Allí el elenco naranja mantuvo durante años su condición de invicto.

Calama, la ciudad enclavada en el desierto a 2.275 metros sobre el nivel del mar, puede ser la nueva sede de Chile para oficiar de local en las Eliminatorias.

La roja aspira a jugar en el remodelado escenario municipal para aprovechar su condición de local ante Argentina, Brasil y Uruguay.

El único contratiempo sería la capacidad del escenario que tiene apenas 12.500 butacas y se estrenará el 26 de octubre.

“Es una idea que está dando vuelta como planificación para las Eliminatorias, donde los partidos como local serán determinantes. Si decidimos que la localía de Calama es la ideal, sería un argumento más para pelear la futura Eliminatoria. Nos da la posibilidad frente a algunos equipos que han mostrado merma en la altura como Brasil, Argentina, a veces Uruguay, en La Paz y en Quito. Solo está en estudio, si es lo más conveniente, lo intentaremos hacer... Le comunicamos la idea al directorio que es el que tomará la decisión. Nuestra obligación es tener un abanico de opciones”, dijo el técnico de la roja Jorge Sampaoli justificando su deseo de hacerse fuerte de local.

“Tenemos tiempo para tomar una decisión sobre el estadio de Calama como alternativa para estas Eliminatorias, que van a ser más parejas y complicadas. Vemos que otros países aprovechan la altura, la temperatura, la humedad y exigen jugar a las 15.30, por ejemplo. Dadas las condiciones geográficas de Chile, vamos a analizar esa posibilidad”, le confesó al diario La Tercera el secretario general de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, Nibaldo Jaque.

El técnico de Uruguay tiene claro lo que le espera.

El día de su presentación, tras firmar contrato, comentó: “Sigo pensando que es la Eliminatoria más difícil”.

Y apuntó los motivos de su afirmación: “No tenemos los calores de Barranquilla ni siquiera una altura media para poder hacer una preparación, y además de eso tenemos un porcentaje muy alto de futbolistas en el exterior. Así que espero que sea tan dificultosa como la anterior”.

Altura y calor, un drama
Calama se puede sumar a las dificultades que padece Uruguay cuando tiene que jugar de visitante. Es que, como lo dijo el propio entrenador, la celeste no tiene la opción de realizar una aclimatación a casi ninguna de las ciudades que le tocan en suerte.

Cada vez que el equipo tiene que subir a La Paz es un drama. Ya no ocurre lo mismo con Quito porque no se siente tanto la altura.

El calor y la humedad de Barranquilla y Maracaibo, donde juegan habitualmente Colombia y Venezuela, son un padecimiento. Los jugadores entran aplastados a la cancha.

A ello se suman las duras misiones de tener que rescatar puntos en Argentina o Brasil. Todo esto marca lo dura que será la futura Eliminatoria y la obligación que tendrá el equipo de hacerse fuerte en el Centenario.