Jorge Fucile festeja el segundo gol como propio; es que tuvo mucho que ver

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Volvió el Fucile de Sudáfrica

El lateral fue determinante en la victoria tricolor que lo ayudó a meter presión entre los que van arriba en el campeonato
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26 de septiembre de 2016 a las 05:00

Se habló mucho entre semana antes del enfrentamiento ante Wanderers. ¿Qué pasó con Alfonso Espino? En el partido pasado estuvo en el banco de suplentes y luego ingresó, pero para el compromiso contra Wanderers no fue citado por el técnico Martín Lasarte.

No se trata de un jugador cualquiera, sino de uno de los mejores exponentes de Nacional en los últimos tiempos. Entonces se abrió un interrogante amplio de por qué el DT lo había sacado hasta del plantel.

Según confió una fuente del club a Referí, hubo una actitud del futbolista que no le cayó bien al DT y por eso decidió no tenerlo en cuenta para este partido. Cosas que suceden en todos los planteles, nada grave.

Pero el sábado nadie recordó al Pacha Espino. ¿Qué hincha de Nacional se acordó del notable lateral izquierdo? Ninguno.

Es que fue tan bueno lo que hizo Jorge Fucile que no solo llevó de las narices al equipo a lograr primero el transitorio empate, sino que fue más que determinante con otro surco suyo por izquierda para que –tras una enorme pared con taco incluido con Kevin Ramírez– Diego Barboza se anotara en contra el 2-1. Allí fue cuando saltó de su platea como si tuviera un resorte el presidente José Luis Rodríguez para festejar. Fue el gol que más celebró y eso que el de Martín Ligüera en el segundo tiempo fue una pinturita.

"Me tocó aportar en los goles. Me siento a gusto por la izquierda, como en el Mundial de Sudáfrica y en otras ocasiones más", afirmó Fucile luego del encuentro.

Y es cierto. Porque en aquel Mundial notable de Uruguay, luego de Diego Forlán, para quien esto escribe, Fucile fue el mejor jugador uruguayo, alternando no solo en ambos laterales, sino también dando una mano en el medio, y subiendo con criterio ante cualquier combinado que estuviera enfrente.

¿Quién no recuerda aquella noche maravillosa de Johannesburgo cuando los celestes derrotaron en un partido épico a Ghana con el penal de Sebastián Abreu? Cómo olvidarlo, ¿no?

¿Y quién no recuerda –de que además de poner las manos al lado de las de Luis Suárez en la jugada en la que terminaba el partido por la que expulsaron al salteño, y Asamoah Gyan en el penal que les daba la victoria, la tiró por arriba del palo de Fernando Muslera– de aquel choque tremendo con Samuel Inkoom, que terminó con la nuca de Fucile pegando en el piso? Todo el Uruguay se horrorizó y pensó cualquier cosa. Sin embargo, se levantó y jugó todo el partido, incluyendo los minutos del alargue. Y lo hizo como lateral por izquierda, al igual que en el Viera el sábado pasado.

Wanderers, merced al gran juego que despliega últimamente, no solo ganaba 1-0, sino que además, dominaba a placer: tocaba, sus jugadores rotaban y complicaba mucho a Nacional que hacía muy poco. Pero esas dos corridas de Fucile –con las que el lateral Mauricio Gómez soñó toda la noche del sábado– dieron vuelta un partido dificilísimo.

Claro que Nacional no fue solo Fucile, pero su labor fue decisiva para estos tres puntos que le dan otra tónica al campeonato.

Esta vez, el equipo de Lasarte puede sacar chapa de que lo ganó con y sin Ligüera. Es decir, que no depende exclusivamente de lo que haga este mago del fútbol para el que los años parecen no llegar ni pesar, al contario.

Porque cuando ingresó el floridense iban 59 minutos y los tricolores ganaban 2-1. Después, con Ligüera, llegó primero el penal que Esteban Conde le contuvo a Matías Santos, y minutos más tarde, el verdadero golazo: apareció la repentización luego de un error de Emiliano Díaz –recién ingresado por la lesión de Gastón Bueno– y sin pararla, miró en donde estaba parado Leonardo Burián y le pegó de primera, de emboquillada, por encima del meta. La pelota entró mansa, mientras todos los bolsos saltaban gritando el tanto antes de que el balón entrara porque ya se veía que así iba a ser.

Nacional no solo rompió la racha de no poder ganar esta temporada en canchas chicas, sino que terminó con 13 partidos del invicto que llevaba Wanderers. No fue un equipo exquisito. Es más, no jugó un gran encuentro, pero tuvo personalidad y también demostró algo nuevo al menos en este torneo: que sabe luchar los partidos.

Fue más duro cuando debió serlo, se defendió demasiado en su cancha, pero tuvo buenos rendimientos ya que a los nombrados, se les puede agregar el Colorado Romero quien de a poco parece querer volver a su nivel.

Lasarte pasó raya y festejó. No era para menos. Paso a paso está logrando su objetivo.

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