Fredy Clavijo y su esposa Hilda en el Cañón del Colorado

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Vivir con la puerta sin llave

Fredy Clavijo, el exarquero de Defensor de 1976, está en Estados Unidos, es DT en un liceo y se salvó del huracán Katrina
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24 de abril de 2017 a las 05:00

Prócer del arco del Defensor que rompió la historia en 1976, Fredy Clavijo se subió a un avión con su familia en 2001 rumbo a Estados Unidos y no volvió más.

Además de su esposa Hilda, tiene tres hijos: Gonzalo de 35 que es el que aún vive con ellos, Mariana de 30 quien está en Miami y Gustavo de 29, que trabaja en Los Ángeles.

Llegó a Miami y alquiló una cancha de tenis que había en un complejo de golf e instaló una cancha de fútbol indoor. "Fue un éxito bárbaro. Hay mucho latino y juegan al fútbol. Cobraba US$ 100 la hora, pero como ahí llovía mucho, había días que me perdía US$ 700", recordó Clavijo a Referí.

Durante los primeros años le fue muy bien, pero él le arrendaba a una persona que no le pagaba a los dueños del complejo, por lo que "me dejaron adentro con la plata. Pero como no hay mal que por bien no venga, me consiguieron trabajo y nada menos que la residencia (los papeles) para poder vivir en Estados Unidos y me mudé a Missisippi".

Fredy hoy da clase de educación física en una escuela, y de fútbol (soccer para ellos) en el Gulfport High School. "Soy coach de arqueros y coach general", dice.

También trabaja en un club de niños pequeños "como si fuera de baby fútbol pero profesional, con chicos de 8 años y chicas de 16".

Fredy Clavijo
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Dice que si bien los padres gritan por sus hijos, "no es como en Uruguay que insultan. Acá ni se les pasa por la cabeza que jueguen en la MLS cuando sean grandes, pero sí buscan conseguir una beca para que vayan a la universidad".

Cuando en 2005 llegó el huracán Katrina al lugar, "una amiga que nos ayudó mucho con los papeles y el laburo, nos dijo: '¡Váyanse porque lo que viene, parece que es impresionante!'". Dejaron su apartamento y se fueron a Miami durante 15 días. Se fueron un día antes de que llegara y cuando regresaron, encontraron todas las construcciones de la costa destruidas. "Vinimos entregados, pensando en que habíamos perdido todo, pero zafamos. Unos amigos que vivían más sobre la costa, se quedaron sin nada. Fue una catástrofe", recuerda Clavijo. Es cierto. Murieron más de 1.800 personas.

Viven cerca de Nueva Orleans y varias veces fueron a pasear. Conocieron el famoso Mardi Gras de esa ciudad, como le llaman al carnaval. "Es algo hermoso, pero en esa época, está lleno de gente. Es una ciudad muy bohemia, con muy buena música", explica.

Clavijo que siente bien uruguayo y entonces dice que le gusta "sacar pecho en el high school con Suárez y Cavani. No sabés cómo ayudan porque los estudiantes no tienen idea de dónde queda Uruguay. La vez pasada, para motivarlos, les conté la historia de Maracaná en 1950 y el coach que estaba conmigo se emocionó. Se lo contamos a los gurises para que salieran con más confianza y salimos campeones estatales. Le ganamos a Jackson, el equipo de la capital, con el cual siempre jugamos como un clásico".

Fredy Clavijo
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En esa ocasión, la ciudad les hizo un homenaje y estuvo el Mayor (lo que sería el intendente)

Cuando llegó, sabía inglés "de básico para abajo", pero estudió en internet y hoy lo entiende muy bien.

Hoy ya tiene algunas costumbres estadounidenses como tomar té helado. "Sí, (sonríe) me acostumbré. También hacemos asados en la barbecue que es una parrilla a gas y también sirve de horno. En Miami, cuando visito a mi hija, como buena carne, pero acá en Mississippi, se complica".

Asimismo, festeja el Día de Acción de Gracias en noviembre. "Es otra costumbre que se nos pegó. Vamos siempre a Tampa y pasamos con los padres del marido de mi hija. Comemos el pavo relleno que es toda una tradición", indicó.

Obviamente que le gusta conocer otros lugares de ese país-continente y cuando tiene tiempo, viaja con su familia.

El año pasado fue hasta Arizona para ver a Uruguay en la Copa América Centenario. Allí pasó por el Cañón del Colorado y quedó extasiado. "Me emocioné cuando llegué. Es un lugar que no se puede explicar con palabras", recuerda.

Pero hay otros lugares que le han fascinado de Estados Unidos. "California es una potencia, tiene todo. Representa la economía de Europa. Me encantó San Francisco –que es carísima, pero espectacular–, y también Los Ángeles y Santa Bárbara".

Sigue por televisión a Defensor Sporting y esta buena campaña del Apertura.

"Sufro un poco con Defensor, pero anda bien. Me gustaría que estuviera todos los años peleando el título. Ahora tiene gran chance, sobre todo, si le ganan a Nacional. Pero Acevedito (sic) lo va a preparar bien", indicó.

Fredy Clavijo
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Cuando está en el gimnasio en su trabajo, no se queda quieto.

"Juego al básquetbol, como lo hacía con mis compañeros en Defensor. Hacemos campeonatos de libres con los coaches y meto 15 seguidos. Apostamos almuerzos y gané varias veces", dice.

Pero no solo se queda en eso: "También me mezclo y juego fútbol americano. En realidad, jodo un poco. Lo hago de quarterback (en español, mariscal de campo, que es el líder ofensivo del equipo, quien mete los pases milimétricos a varias yardas de distancia)".

Y no puede faltar el fútbol. "Me prendo en partidos siete contra siete con arcos chiquitos de esos que hay en las prácticas de fútbol, sin arquero. Juego en todos los puestos. Pero un día, hacía un calor tremendo, llegué a casa y al rato me dio un calambre fortísimo en una pierna. Nunca en mi vida me había dado un calambre. Me caí al suelo y estaba mi hija Mariana y empezó a los gritos. Pensó que era un ataque al corazón. Con ese calor, no jugué más".

En materia de seguridad, Clavijo, de 61 años, recuerda su infancia en Rosario, Colonia. "Me hace acordar a cuando era un botija. Es que acá dejamos la puerta sin llave", añade.

Hace dos meses tuvo que estudiar toda la historia de Estados Unidos, salvó el examen y le dieron la ciudadanía. Fredy extraña Uruguay, pero vive su presente en Mississippi, en donde es muy feliz.

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