El entrenador de Uruguay en el Centro de Entrenamiento de la celeste
La selección dirigida por Marcelo Signorelli jugará dos amistosos ante Argentina en Biguá.<br>

Básquetbol > ENTREVISTA A MARCELO SIGNORELLI

Uruguay vuelve a ser local tras 14 años en básquetbol: "Es la oportunidad de llegarle a la gente"

La Copa América será el banco de pruebas y la forma de volver a conquistar al hincha
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25 de junio de 2017 a las 05:00
Un centro de entrenamiento como nunca había tenido la selección de básquetbol de Uruguay devuelve una imagen impropia para la historia reciente del combinado celeste y su estructura de selecciones, en la que vivir como gitanos durante la preparación para un Premundial o Preolímpico era práctica común.

Con cada detalle cuidado, en la sala de aparatos entrena el plantel femenino –que media hora después saltará a la cancha–, en el gimnasio trabaja el equipo masculino U14, mientras el de U17 realiza la sesión de hidroterapia (en las dos piletas, de agua fría y caliente), para recuperar después de un largo trabajo. Se respira básquetbol y se vive en medio de una infraestructura profesional.

Hay organización, hay procesos a largo plazo, que el entrenador jefe del proyecto celeste, Marcelo Signorelli, aprovecha para imponer su impronta.

¿Qué le está brindando el nuevo Centro de Entrenamientos a usted como entrenador y a los jugadores?
Primero es un lugar en el que tenemos toda la infraestructura que se necesita para desarrollar un proyecto de selecciones. Una sala de aparatos nueva, y para ello se compraron aparatos de acuerdo a lo que pidieron los profes. Disponemos de toda la indumentaria que se necesita. Tenemos un lugar nuestro. Nuestra casa. Nosotros nos sentimos así. Y veo que los jugadores se encuentran más cómodos que nosotros, que es en definitiva lo más importante. Fijate que llegan los chicos a entrenar y los equipiers le tienen todo pronto, tienen su vestuario, su lugar. En cada break tienen las frutas para comer. Tienen su lugar para charlar, para hablar, se relacionan. Están como en su casa, completa. No nos falta nada.

¿De alguna forma comienzan a generar sentido de pertenencia?
Es lo que estamos buscando y tenemos que mostrarlo desde la cabeza, que es de donde comienzan a bajar las señales. En el cuerpo técnico tenemos un muy buen grupo de trabajo, en un buen ambiente, y eso llega a los jugadores. Debemos inculcarle lo que sentimos. (Se gira y muestra un enorme pizarrón colmado de frases de motivación escritas a mano). Ya ves el pizarrón, todo escrito. Vamos dando las pautas de trabajo, organizado, planificado, totalmente profesional y en el que los jugadores lo sienten así. ¿Sabés cómo te das cuenta de que les llega lo que estamos haciendo? En la forma. ¡Vienen una hora y media antes del entrenamiento a tirar o a hacer ejercicios de prevención! Cuando no existe compromiso, vienen a la hora fijada, entrenan y se van. Y para nosotros eso es lo más gratificante hasta ahora.

¿Qué le gratificará más?
Seguir subiendo niveles en el proyecto.

Lleva un año y tres meses en la selección, en la que hasta diciembre anduvo de gitano, de cancha en cancha, y desde enero en el CEFUBB.
Se notó, sobre todo en la respuesta de los jugadores. En el compromiso que asumieron los de la mayor, a los que llamamos y en algunos casos ya están entrenando. También en los juveniles, que dejan todo por entrar en las citaciones. O en los sub 23, que entran y salen, debido a que juegan el Metro y no los podés forzar con tantos entrenamientos, pero también quieren estar. Fijate que al día siguiente de los partidos vienen a hacer los trabajos regenerativos aquí, hidroterapia en la sala que se montó especialmente, trabajan con los preparadores físicos. Siempre están acá. Se quedan antes y después de los entrenamientos. Descubrieron que esta es su casa. Nosotros la tomamos prestada, porque es parte de un acuerdo de la Federación con la Secretaría Nacional de Deporte, pero los jugadores sienten que ya es propia, y eso está bueno. Porque se respira básquetbol desde que entrás hasta que salís y ves pasar a todas las categorías. Eso es genial porque te relacionás con las chicas y chicos de la U14 y U17.

En cierta forma es lo que sucede con el fútbol.
Esa es la idea. Y que este lugar sea para jugadores y entrenadores. Esta semana estuvieron Nico Mazzarino, García Morales, el lunes próximo viene Martín Osimani a dar una charla. Queremos involucrar a todos los actores. También a las viejas glorias, a los olímpicos Tato López, Carlos Peinado, Fefo Ruiz, para que vengan y cuentan su historia. Invitamos a todos los actores. Es un Centro de Entrenamiento de puertas abiertas. Los entrenadores vienen a ver las prácticas y después nos quedamos charlando sobre lo que vieron. Eso es muy saludable.

¿Cuáles son las palabras que definen el proceso?
Respeto, compromiso y pasión.

¿Qué está más acentuado o incorporado?
Depende en qué nivel. La pasión está, el respeto también, quizás deberíamos ganar un poco más en compromiso.

Usted vivió en la década de 1980 cuando el respeto, compromiso y pasión estaban incorporados en la selección de básquetbol, y los últimos tiempos en los que algunos de esos ítems parecían descuidados a nivel de selección.
Es cierto, por eso atacamos desde la base, en los chiquilines que hoy son 2003 y 2004, y en unos años van a integrar la selección mayor.

¿Lo que están haciendo se ve reflejado en algún gesto?
En muchos aspectos. En que llegan una hora y media antes a entrenar, como te comenté, o se quedan otro tanto después. También en la intensidad de los entrenamientos, en el respeto. Los chicos hacen máximos esfuerzos para estar, incluso por ejemplo, cuando piden cartas para presentar en los liceos con el fin de justificar una falta por entrenamiento o partido y se encuentran con que no tienen las mismas ventajas que en el fútbol. Porque en el básquetbol no te sacan la falta, como en el fútbol. De todas formas, no nos detenemos en eso: lo que intentamos es que los chiquilines no pierdan entrenamientos, pero mucho menos asistir a clases, porque la actividad curricular es muy importante. Controlamos si tienen bajas, cómo les va, y hablamos con los padres, quienes están muy presentes. Y cuando tienen determinada cantidad de bajas, le cortamos el entrenamiento y hasta tanto no recuperen no vuelven a entrenar aquí.

Ese es un trabajo de largo plazo, ¿existe paciencia para esperar la maduración de este ciclo?
Como en todo deporte, los resultados son claves. Esperemos también que exista la paciencia que requiere un proyecto de estas características.

¿El gran déficit de Uruguay siguen siendo los jugadores altos? ¿Cómo lo piensa solucionar?
No hay fórmulas mágicas. Esto sucedió siempre. No obstante, en la generación 2003 y 2004 tenemos jugadores con buena altura. Estamos estudiando a dos chiquilines de 2002 para ver cuánto pueden medir. Trabajamos en un plan piloto que nos permitirá medir a unos 100 jugadores, para tener registros para saber hasta cuánto pueden crecer. Es un trabajo que realiza el cuerpo médico.

Marcelo Signorelli
Signorelli lleva 15 meses de trabajo en el CEFUBB
Signorelli lleva 15 meses de trabajo en el CEFUBB

¿Cómo va a tomar la Copa América?
Es un banco de pruebas para las Eliminatorias para el Mundial. Se trata de una instancia muy importante con Estados Unidos, Dominicana y Panamá. Además a Panamá lo tendremos nuevamente en noviembre aquí, cuando debutamos en el clasificatorio para el Mundial. Será un banco de prueba y la oportunidad de volver a identificarnos y para llegar a la gente. Hay algo que es importante para entender la situación: desde 2003 no se juega un torneo en nuestro país y los jóvenes no vieron a la selección en Uruguay en básquetbol. No deben saber ni quién juega. Cuando digo que es un gran banco de pruebas lo hago porque debemos preparar a la selección para las Eliminatorias, debido a que nuestro gran objetivo el Mundial de Beijing 2019.

¿Qué Uruguay se verá?
Un equipo intenso y defensivo, sin dudas. Bien identificado en roles y un equipo muy inteligente. Cuando digo bien definido los roles, me refiero a hacer realidad una frase que para mí es muy importante y que traducida al español es: 'Que las oportunidades ofensivas sean iguales'. De eso se trata. De repartir bien el juego, en el que todos tengan sistemas y oportunidades de anotar. Eso debe ser Uruguay para sufrir la falta de hombres grandes que tenemos. Aunque tampoco estamos tan mal en altura, porque estará Esteban (Batista), Calfani. Vamos a tratar de darle la identidad que parcialmente logramos en el Sudamericano de Venezuela, en el que subimos al podio. Pero
queremos más.

Va a estar Granger. ¿Será la primera vez de esta generación con sus mejores jugadores juntos?
La idea es que estén los mejores y a eso apuntamos.

¿Qué le dijeron Granger y Batista?
Quieren jugar. Esteban siempre quiere estar, estuvo en el Sudamericano, salió campeón en Italia y tendrá su descanso. Jason es muy importante porque tiene un nivel muy alto, con Euroliga, una buena temporada en Effes, viene muy cargado con 60 partidos entre Liga y Euro. Es un jugador muy importante para Uruguay.

¿Pensar en ganar la serie en la Copa América, con Estados Unidos, es una utopía?
No sé quiénes jugarán en la selección, pero venga quien venga estamos 20 o 30 puntos abajo. De todas formas le vamos a hacer un partido digno y vamos a intentar ganar.

¿Cómo se llega al Mundial?
Con mucho trabajo. Logrando la identidad que queremos en los 30 días que vamos a tener por delante para entrenar desde mediado de julio, previo a la Copa América. Después, en las ventanas FIBA tendremos a los jugadores solo tres o cuatro días para jugar. En la primera fase jugamos con Panamá, Argentina y Paraguay, y pasan tres. Luego enfrentamos a tres de Estados Unidos, México, Puerto Rico y Cuba. Es difícil, aunque en los papeles estaríamos peleando ese sexto o séptimo lugar en la tabla que nos colocaría en el Mundial.

¿Cómo va a manejar la ficha de nacionalizados en la selección mayor? ¿Quén la va a ocupar? ¿Qué perfil busca?
Hay que esperar por Hatila Passos, si llega con los papeles de FIBA. Lo que necesitamos con esa ficha es sumar talla para competir a nivel internacional.

El interior: la materia pendiente del proyecto celeste

Autocrítico como siempre, Marcelo Signorelli no se conforma con el brillo de tantas luces en el Centro de Entrenamiento de la FUBB ni con el ritmo de trabajo que comienzan a lograr las selecciones juveniles. Por esa razón en la charla con Referí profundiza en un punto que aún no atendió en la medida que quería. "En algunos aspectos no hemos logrado lo que queríamos y no estoy contento, como por ejemplo con la parte del proyecto que teníamos para el interior", explica.

El entrenador pretendía llegar al Uruguay profundo. Para ello dividió el país en cinco zonas y acercó cada uno de los puntos del interior para que compitan y se perfeccionen, en busca de elevar el nivel.
"No he llegado a todos los puntos a los que quería, ni he reestructurado el interior como hubiese querido, pero vamos en ese camino", dijo, y agregó: "Ahora me tengo que meter de lleno en la preparación de la Copa América y eso quedará para dentro de unos meses. Así que estimo que en setiembre voy a tener una reestructura del interior como quería, con más campus, con más involucramiento de los entrenadores".

"El tiempo pasó volando, pero estoy seguro que este año cerraremos como queríamos en el proyecto que teníamos para el interior, y que es una pata muy importante en el crecimiento y desarrollo del básquetbol y sus selecciones", destaca el entrenador.

Consultado acerca del trabajo que ya hicieron en el interior, comentó: "Fuimos a las regiones y en estas semanas vamos a organizar unos torneos para que compitan entre ellos en U13 y U14. Estimo que antes de fin de año lo voy a tener encaminado como lo soñé y percibí".

Desde siempre el básquetbol uruguayo se alimentó de los jugadores del interior. En todas las conquistas siempre hubo representantes de fuera de Montevideo, en general del litoral, donde están los mejores exponentes después de la capital, donde se concentra toda la actividad.

Bajo la presidencia de Ney Castillo la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB) le dio un gran espacio al básquetbol del interior en las competencias de clubes, en la Liga Uruguaya, pero tras un gran impulso inicial los clubes del interior desaparecieron.

Con la llegada de Ricardo Vairo, actual titular de la FUBB y el arribo de Signorelli, comenzaron a trabajar en un proyecto integral de selecciones, que apunta a hacer crecer a Uruguay desde el semillero, y que será la que brindará los pilares para el futuro del combinado.

Tres cifras a tener en cuenta

14 de julio
La fecha prevista por Signorelli para el comienzo de los entrenamientos de la selección de básquetbol para el grupo C de la Copa América.

6 amistosos
Jugará el combinado celeste. Están cerrando los partidos, que serían en Montevideo, en Argentina y en Brasil.

15 meses de trabajo
El entrenador de la selección, que elaboró un proyecto integral para las selecciones de la FUBB, ya acumula un año y tres meses de trabajo.

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