Juan José Díaz
Twitter/diazjuanjose
Michael Santos avanzó por la derecha con el espíritu de Alcides Ghiggia en sus pies. El golero brasileño intentó taparle la visión, pero el delantero de River Plate la colocó contra un palo. Un gol a los 86 minutos para darle vuelta el partido a Brasil, ganar 2-1 y asegurarse una medalla panamericana en la final del domingo.
Pero ese gol de Santos tuvo una escenografía que lo hizo aún más emotivo. Uruguay jugó desde los 10 minutos con un jugador menos por la irresponsabilidad de Mauricio Lemos, Brasil se puso en ventaja a los 73 minutos en el rebote de un penal que había atajado Guillermo De Amores y el empate celeste llegó a los 85 minutos por intermedio de Andrés Schetino cuando los celestes jugaban con la reserva de energías.
Pero hay más: Fabián Coito tuvo que armar el equipo inicial con la baja de los dos zagueros titulares (Fabricio Formiliano y Sebastián Gorga) por acumulación de dos amarillas y antes del final del primer tiempo se lesionó Fernando Gorriarán.
Por eso, porque afrontó la semifinal con un equipo desmembrado, con un jugador menos durante 70 minutos (cuando Uruguay hizo los goles Brasil también estaba con 10 por la expulsión de Dodo a los 80') y porque lo dio vuelta en un minuto, es que explotó el corazón de los uruguayos que estaban en el estadio y de los que miraban por televisión.
El entusiasmo que ponen los uruguayos en las situaciones más adversas puede transformar un partido de escasa importancia en un hito inimaginable.
El fervor y la pasión que pusieron estos futbolistas vestidos de celeste en Canadá, integrantes de una selección que se armó con retazos y que sufrió, por ejemplo, la descortesía de clubes como Peñarol que negó la participación de Guruceaga y Nández, contagió a todo el país.
El cierre del encuentro fue notable. Después de la expulsión de Lemos (agredió a piñazos a Paulista en el área de Brasil cuando esperaban un tiro libre favorable a Uruguay) el equipo de Coito sufrió durante 10 minutos.
Pero sufrió más que nada porque Brasil tuvo la pelota y el juego se desarrolló en la cancha de Uruguay. Pero no fue angustioso, ni mucho menos, porque las ocasiones que generaron los brasileños fueron, generalmente, a través de remates lejanos.
Después Uruguay se acomodó y logró controlar mejor al rival. Sobre el final del primer tiempo Mascia elaboró un contragolpe, pero llegó agotado a definir.
En el segundo tiempo Brasil se puso en ventaja después de un penal que le sancionaron a De Amores. El golero contuvo el remate de Clayton, pero el rebote le quedó servido al brasileño.
Pero llegó la reacción. El empate de Schetino tras un córner, la corrida formidable de Santos y Uruguay a la final.
Estadio: CIBC Hamilton Stadium, Hamilton
Hora: 18:35h
Árbitro: José Peñaloza (Méx)
Uruguay
1 - Guillermo De Amores
17 - Mathías Suárez
4 – Mauricio Lemos
13 – Erick Cabaco
3 - Federico Ricca
14 – Gastón Faber
15 - Fernando Gorriarán
16 - Nicolás Albarracín
18 - Brian Lozano
10 - Michael Santos
8 – Juan Cruz Mascia
12 – Andrey Da Silva
3 – Matheus Simonete "Bressan"
4 – Luan Garcia
13 – Guilherme De Jesus "Tinga"
15 – Elosman Silva "Euller"
5 – Bruno Jacinto "Paulista"
7 – Gustavo Bonatto "Barreto"
8 – Raphael Guimaraes "Dodo"
10 – Lucas Dominguez "Piazon"
11 – Clayton Da Silveira "Clayton"
16 – Romulo Pacheco
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