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Uruguay emparcha y sigue tras la clasificación
Con el envión anímico que brindaron los últimos triunfos, Uruguay afrontará el martes la antepenúltima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas ante Colombia en medio de una situación inesperada: Tabárez tiene que realizar cuatro cambios obligados, hacer debutar a un juvenil de 18 años en la zaga y, como si fuera poco, decidió modificar casi toda la estructura defensiva del equipo para buscar mayor estabilidad. Todo eso, en medio de las necesidades que tiene el combinado celeste de ganar para seguir en carrera por el Mundial de Brasil 2014. Si los celestes ganan, y pierde Ecuador en Bolivia, quedarán cuartos en la tabla de las Eliminatorias y en zona de clasificación directa, en caso contrario, según los resultados que se registren pueden mantenerse quinto (repechaje) o caer al sexto lugar (fuera de zona de clasificación).
Las cuatro bajas que sufrirá Uruguay son la de los suspendidos por acumular dos tarjetas amarillas, Diego Lugano y Diego Godín, el lesionado Martín Cáceres (ver página 6) y de Diego Forlán, que sufre una torcedura de tobillo que lo mantiene en duda.
En ese contexto, sin los zagueros mencionados, ni Sebastián Coates, también lesionado, Tabárez recurrió para el decisivo partido del martes y ante el todopoderoso ataque colombiano, al zaguero de Atlético de Madrid, de gran trabajo en el Mundial sub 20 de Turquía y a Andrés Scotti, el veterano que resolvió mil situaciones de emergencia y que el martes estará en los 11 que comienzan. Además, Jorge Fucile irá por izquierda.
Tabárez expresó el domingo que jamás se detiene a mirar para atrás. No pierde el tiempo en los problemas sino que concentra sus energías en la búsqueda de las soluciones. Por eso, pensando en cobijar a los tres cambios que realiza en la defensa, reestructuró el equipo para esta noche y manda a la cancha a Álvaro González y Nicolás Lodeiro. Con estos hombres plantea un 4-4-2.
Tata González ingresa por Walter Gargano, de gran despliegue en Perú. Y Nicolás Lodeiro ocupa el lugar de Diego Forlán, lesionado. En este último caso, el sanducero le da a la formación fútbol y balance defensivo.
Además de lo estratégico, hay un detalle en el que el conductor de Uruguay pondrá especial atención y en el que tuvo que mirar atrás para evitar cometer los errores del pasado: manejar la presión de ser local.
Parece mentira pero la selección, tan acostumbrada a jugar ahogada por la tabla de posiciones, no pudo encontrar la vuelta para evitar la presión de ser local en el Estadio Centenario.
“Hemos tenido problemas y es otra prueba jugar como local. Tenemos que calmarnos, hay cosas que no pueden ocurrir, como perder pelotas fáciles. Y después salir a jugar el partido con todo y ver lo que pasa, que es difícil, sí, pero nada imposible”, dijo el entrenador una vez concluido el partido contra Perú en Lima.
A la fecha los celestes disputaron seis encuentros como locales, de los cuales ganaron tres y perdieron los tres restantes. Tabárez pretende que el punto de partida sea el juego contra Colombia.
Para ello los jugadores se encargaron de pedirle paciencia a la gente. Es que el rival que marca el calendario es de los que mejor maneja la pelota en el continente.
“Ojalá que la gente sepa entenderlo, porque transmite ansiedad. Vamos a tener momentos complicados en el partido”, anunció Andrés Scotti.
Así las cosas, Tabárez se enfrenta a la obligación de no dejar más puntos en casa con un equipo renovado.
Uruguay afronta el duelo contra Colombia con el envión anímico de los triunfos conquistados en Venezuela y Perú.
Cerrar el ciclo con una victoria ante los cafeteros “entraría en el mejor de los sueños”, dijo el entrenador Tabárez. Es que, de lograrlo, Uruguay se puede permitir soñar con alcanzar el cuarto puesto, lugar que permite sellar el pasaporte directo al Mundial sin tener que pasar por la aduana del repechaje.
