Largó noveno y llegó segundo. Adelantó varios autos con maniobras para enmarcar y no se benefició de abandonos de sus rivales. Exprimió su Dallara-Toyota al máximo y marcó varias veces el record de vuelta. Más que un relato pormenorizado, importa conceptualizar por qué su destacada actuación vale más que una victoria.
Las dificultades previas
La mañana no comenzó de la mejor manera. La sesión de clasificación lo había puesto en el 4to lugar de la grilla de partida, pero una sanción –no respetó una bandera amarilla en su vuelta más rápida- determinó que finalmente partiera desde la 9ª posición.Esa noticia, llegada a último momento, era preocupante: el circuito de Grand Prix de Silverstone -el mismo que empleó la Fórmula 1 hace dos semanas- es sumamente exigente. No resulta sencillo lograr el sobrepaso debido a que los autos requieren gran apoyo aerodinámico en las curvas veloces, que se pierde cuando la distancia con el que lo precede disminuye. Tampoco es fácil largar en el medio del pelotón de esta categoría construida sobre la paridad que generan autos iguales -con motores similares- conducidos por pilotos que arriesgan todo por ser protagonistas. Pero de los problemas surgen las grandes oportunidades y esa fue la filosofía con la que Santiago Urrutia encaró la competencia.
Vale más que algunas victorias
Pese a que lógicamente son disfrutables los triunfos, en esta etapa de la carrera de Santiago es más relevante ver como desarrolla sus habilidades como piloto, su velocidad, su concentración y su consistencia en carrera que sus resultados. Y este segundo puesto es una enorme victoria por la manera en que fue construida y porque no parece existir mejor lugar para demostrar su evolución que el emblemático autódromo británico.
En el mejor lugar, en el mejor momento
Silverstone es más que un estupendo circuito, uno de los mejores del mundo sin discusión. Es un escenario ideal para que jóvenes pilotos como Santiago demuestren su potencial porque está enclavado en la meca del automovilismo deportivo: el Reino Unido.Seguramente esta actuación no pasará desapercibida para Luca Baldisserri, director de la Academia de Pilotos Ferrari, organización del equipo de Maranello que vela por el desarrollo de talentos, y que ya ha puesto un ojo sobre el joven uruguayo. Tampoco para la prensa británica especializada -como la prestigiosa revista AUTOSPORT- que hace escasos días proponía como joven promesa a Sandy Stuvik, compañero de equipo de Santiago, claramente opacado hoy por la actuación de nuestro compatriota.
El respaldo de un país
Esperemos que tampoco pase desapercibida esta enorme actuación para los sponsors, privados y oficiales. Para quienes ya están apoyando la incursión de Santiago en Europa –seguramente gratificados por su desempeño- y para los que aún son necesarios a efectos de que continúe su campaña hasta finales del presente año.
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