"El crimen de la guerra", de Roberto Vivo

Estilo de vida > LIBRO DE ROBERTO VIVO

Un valioso alegato contra la guerra

Con la presencia del expresidente Julio María Sanguinetti y del fiscal argentino Luis Moreno Ocampo, Roberto Vivo presentó en Buenos Aires El crimen de la guerra, un lúcido ensayo filosófico antibelicista
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08 de noviembre de 2013 a las 21:17

Con solo 16 años Roberto Vivo tuvo claro que la guerra era el mayor flagelo de la humanidad y que debía ser combatido y desarticulado desde sus cimientos. Las atrocidades de Vietnam lo marcaron de por vida y despertaron en él la necesidad de cuestionar el orden mundial establecido y los postulados ideológicos y religiosos con que las actividades bélicas suelen justificarse.

En la década de 1980 fue un activo militante por la recuperación democrática en el Río de la Plata, que juntó a los líderes de los partidos tradicionales de Argentina y de Uruguay en un encuentro que buscó presionar a los regímenes militares de la época para que devolvieran el poder a la ciudadanía. Exitoso empresario internacional, nunca olvidó esas preocupaciones éticas y morales que lo llevaron a estudiar con ahínco las diferentes áreas del saber humano.

Hoy, en una época donde las guerras tanto internacionales como intestinas continúan marcando la agenda mundial, El crimen de la guerra aparece como un poderoso alegato a favor de la paz, y su autor como un humanista con todas las letras.

En diálogo con El Observador, que asistió a la presentación del libro, Vivo dijo que se trata de un ensayo filosófico, que desde la investigación rigurosa de la historia intenta demostrar el absurdo de toda guerra y la necesidad de que esta sea vista como un crimen de lesa humanidad, sin justificación alguna.

“Esta es mi contribución en la lucha por un mundo mejor. Las naciones deben comprender que solo desde el imperio de la ley y la ética podrán ofrecer a las nuevas generaciones un futuro de esperanza, y la humanidad misma asegurar su conservación como especie. Yo sé que es una lucha titánica, pero cada aporte cuenta, por mínimo que sea. Mi más grande dolor es la guerra, y esta es mi contribución para combatirla”, señaló Vivo, que también citó en su disertación palabras del papa Francisco: “La guerra es siempre un fracaso para la humanidad”.

El autor explicó desde un enfoque antropológico que la violencia sistemática no forma parte de la naturaleza humana como habitualmente se cree.

“Los primeros seres humanos que eran nómades y recolectores vivían sin mayores altercados, y es recién con el advenimiento de la agricultura donde empiezan los conflictos por la tenencia de las tierras. Esto nos demuestra que es el cambio social el que fomentó las matanzas indiscriminadas, y no nuestra naturaleza”, argumentó.

Datos irrefutables
Para sustentar su tesis de que toda guerra es un crimen, Vivo se apoya en datos objetivos sobre las víctimas de los principales conflictos armados a lo largo de la historia.

“Hoy es insostenible justificar cualquier guerra. Los números son contundentes. Hasta el siglo XX, nueve de cada 10 muertos eran soldados profesionales. En la segunda guerra mundial el 50% de los muertos ya eran civiles; en la guerra de Vietnam ese número aumentó al 86%, y a partir de 1992 la cifra de civiles muertos asciende al 90%”, razonó Vivo durante la conferencia que contó con el apoyo de Benjamín Ferencz, exfiscal en los Juicios de Nuremberg contra los criminales de guerra nazi, que vía satelital destacó la iniciativa del uruguayo.

El autor también se refirió a las dificultades que sufre la Corte Penal Internacional, órgano creado para juzgar a los criminales de guerra que no cuenta con el apoyo de naciones como Estados Unidos. “Hay que terminar con la ambigüedad, los responsables de llevar adelante las guerras deben ser juzgados sin excepción. Es increíble que la democracia más importante del mundo, la estadounidense, no adhiera a la Corte Penal Internacional”, reclamó.

Probabilidades de éxito
Consultado sobre si no le parece una utopía un mundo en paz y armonía, Vivo dijo que hay que tener esperanza. “Antes, fenómenos como la tortura o la esclavitud parecían una realidad inamovible y hoy son prácticas consideradas ilegales, y a nadie se le ocurre defenderlas”, apuntó.

El expresidente Julio María Sanguinetti por su parte, destacó en su intervención que: “El libro es un gran esfuerzo. Quiero señalar el idealismo de Roberto Vivo y su aspiración inquebrantable a la paz mundial. Creo que lo fundamental en este momento es formar ciudadanos. Hay que sembrar la semilla de la paz en la juventud, educar, es el único camino.”, destacó el exmandatario que cerró el evento con su disertación.

Por su parte, el fiscal Moreno Ocampo dedicó su intervención a señalar las dificultades que existen para llevar a los criminales de guerra frente a la Justicia, y anunció que junto al autor quieren establecer una feria anual en la ciudad de Nuremberg, donde maestros y profesores de todo el mundo se dediquen a promover la paz internacional y a formar a las nuevas generaciones, iniciativa que ya cuenta con el apoyo del gobierno de esa ciudad.

El crimen de la guerra resulta un libro apasionante de principio a fin. Es un excelente manual de historia y al mismo tiempo un arrebato de rebeldía contra el statu quo. Es una protesta y una esperanza.

Los 35 capítulos del volumen abarcan el fenómeno de la guerra en toda su amplitud, pero no solo desde la denuncia, sino que también se incluyen una gran cantidad de propuestas prácticas para empezar a transitar un nuevo camino.

Hay capítulos excepcionales, como los que dedica Vivo a señalar los diferentes momentos donde la paz se impuso entre los pueblos. La descripción de esos 900 años intermitentes de no agresión son un canto a la esperanza.

Algunos ejemplos de esos períodos incluyen culturas que convivieron en paz o líderes que la fomentaron. Vale la pena leer con calma la historia de la Creta minoica, Hammurabi, Alejandro Magno, Al-Ándalus, San Francisco de Asís, Nicolás de Cusa, o Akbar, El Grande.

También son excelentes las páginas dedicadas a explicar el cambio en Estado Unidos después del ataque terrorista de 11 de setiembre de 2001. De la misma manera impresiona la descripción de las grandes campañas violentas, que abarca desde la desmitificación de la Roma pacífica, al imperio británico, la primera guerra mundial y la segunda, Stalin, el Holocausto judío, Argelia, Vietnam, Camboya, Ruanda y el Congo, para llegar hasta nuestros días con el conflicto en Siria.

En el plano histórico político destaca el minucioso análisis de la fundación de la Liga de las Naciones, donde el autor muestra las carencias iniciales que debió enfrentar la institución, sus límites, los logros conseguidos y su papel como embrión de la Organización de las Naciones Unidas, que también es analizada en profundidad.

Nuevas generaciones
Esclarecedores también son los pasajes acerca de la esclavitud, la tortura y el racismo, imperdonables ideas que marcaron al mundo desde la antigüedad.

Vivo resume las diferentes concepciones que tenían sobre esas plagas las culturas de la antigüedad y llega hasta nuestros días para señalar algunas rémoras que todavía persisten.

El crimen de la guerra es un libro indispensable para lograr devolver al hombre a su verdadera senda.

Nada mejor que regalárselo a los jóvenes, para inspirarlos y mostrarles que siempre es posible mejorar el mundo que sus mayores les legaron.

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