Un triunfo que marca a fuego

Nacional logró uno de esos triunfos que marcan campañas. Le ganó de atrás a Danubio en el Parque Central con pasajes de buen juego, con rebeldía y con respuestas desde el banco donde Rodrigo Aguirre debutó anotando dos goles con apenas 18 minutos en cancha.

Como en cada partido que juega en el Parque Central, Nacional impuso ritmo y condiciones desde el mismo arranque del partido.

Se plantó en campo rival con las líneas bien adelantadas y llevó a que el 3-5-2 con el que el Danubio de Pablo Rodríguez debutó el pasado domingo en Jardines se transformara en un 5-3-2 con los carrileros bien replegados junto a los tres zagueros y sin posibilidad de pasar al ataque para dinamizar al equipo.

Iban apenas 49 segundos cuando Kevin Ramírez giró en el aire y conectó una tijera bien controlada por Federico Cristóforo. Un anuncio de la profundidad y agresividad con la que salió el equipo de Martín Lasarte.

Ramírez, en potencia y velocidad, fue un azote para Agustín Peña mientras que, con más intermitencias, Brian Lozano también metió un par de piques a fondo por la banda derecha.

La intensidad con la que arrancó el partido, la solidaria y agresiva postura colectiva para recuperar la pelota y la ambición del ataque tricolor no solo plasmaba en cancha lo que pretende Lasarte para su equipo sino que también intentaba disimular –o poner a resguardo– la fragilidad que la extrema retaguardia suele exhibir cada vez que no está Diego Polenta, ausente ante Juventud en el debut y este domingo en el banco.

Jonathan Dos Santos lo puso de manifiesto a los 15' cuando se la jopeó en el área a Rafael García que lo sujetó y le cometió un penal que no sancionó Daniel Fedorczuk, que antes falló al no amonestar a Peña por falta al borde del área.

Con Danubio replegado pero al acecho, Nacional siguió dominando el partido pero sin lograr plasmar en el marcador esa supremacía.

Falló Ramírez a los 19' con un zurdazo cruzado tras ganarle otra vez la espalda a Peña. También por ese sector se filtró a los 35' Lozano tras un tiro libre que se jugó rápido. En el pase al medio, Alfonso Espino definió forzado a las manos del golero.

Sin más mérito futbolístico que haber encontrado una pelota quieta al borde del área, Danubio se puso en ventaja a los 42'.

Falló otra vez García al salir al descubierto y generar la falta que Lucas Olaza transformó en gol con una imponente ejecución que se metió en el ángulo de Esteban Conde.

Los ánimos se caldearon sobre el final por el incidente protagonizado por Ramírez tras el que resultaron expulsados Peña y Gonzalo Porras.

Fue otro el ritmo de Nacional y del partido en el segundo tiempo. La visita logró plantear el juego más lejos de su área y con mejor tenencia de balón mantuvo al tricolor atado haciéndolo lucir inofensivo.

Durante 30 minutos los equipos no se hicieron daño y no se registraron aproximaciones de peligro sobre ninguno de los dos arcos.

Pero todo cambió con el ingreso de Rodrigo Aguirre en lugar de un inexpresivo Sebastián Fernández.

El ex Liverpool, que hizo su debut, tonificó el ataque tricolor, le dio otra fisonomía y disoció el foco que la zaga danubiana tenía fijado en Hugo Silveira al que habían controlado durante 75 minutos sin problemas.

Con Aguirre y Silveira moviéndose por el centro del ataque, Ramírez tuvo dos socios para conectar y asistir.

Así, a los 74', el puntero desbordó por derecha y asistió al medio. Silveira no llegó pero Aguirre si y de un zurdazo bajo decretó el empate. Tres minutos después, en una jugada calcada, la zaga de Danubio restó en la línea.

La cancha, inclinada de golpe, dejó a Danubio contra las cuerdas y a los 81' llegó el golpe de gracia con asistencia de Silveira y gran definición de Aguirre llegando sin ángulo otra vez de zurda.

El franjeado quedó groggy. Nacional lo había pasado por arriba y sobre el final desperdició cuatro chances para golear. En dos fechas el campeón ya es el único puntero y el triunfo de anoche ilusiona con repetir.