Un triunfo en la derrota

Nacional había llegado a un extremo futbolístico tan crítico, ya no solo por los puntos perdidos sino por la forma en que jugaba, que necesitaba con urgencia empezar a redescubrir algo de lo que son capaces de hacer los buenos jugadores que integran su plantel. Y, sin brillantes expresiones, pero con buenas señales individuales y colectivas, los tricolores demostraron anoche que pueden ser capaces de comenzar a revertir el camino, pese a las dificultades que les plantea el fixture (ayer Newell’s, el sábado Liverpool, en una semana Gremio y enseguida Defensor Sporting).

El 2-4 que sufrió anoche en el Estadio Centenario ante Newell’s Old Boys por la penúltima fecha del grupo 6 de la Copa Bridgestone Libertadores es solo un detalles anecdótico y estadístico de una de las peores actuaciones de los albos en el torneo. El hecho de que terminó con nueve futbolistas, por las expulsiones de Rafael García y Jorge Bava, también. Que acabó sin golero y con los tres cambios realizados se calzó los guantes el capitán Andrés Scotti también pasará a formar parte de los capítulos más curiosos de la Copa. Sin embargo, lo que no pasará como un aspecto menor es la reacción futbolística y anímica que mostró Nacional.

Con buena presión sobre la salida del rival, principalmente los tres hombres de ataque (ayer Pelusso cambió la estrategia y paró 4-3-3) y particularmente en el primer tiempo, las subidas de Herny Giménez, primero como puntero por izquierda y luego por derecha, y las intervenciones de Renato César por los mismos lugares. Algunas patriadas de Guillermo de los Santos, que defendió mal, pero sumó en ataque; la buena distribución que le dio al juego el peruano Rinaldo Cruzado y, fundamentalmente, las ganas que le puso el delantero juvenil Juan Cruz Mascia a cada intervención les brindaron a los dirigidos por Gerardo Pelusso algunas señales de ajustes de un equipo que hasta el último fin de semana y desde que comenzó el año estuvo fuera de servicio en la competencia local e internacional. Por esa razón, rápidamente quedó eliminado de la Libertadores y comprometió sus aspiraciones de campeonato en el torneo local.

Si hay algo que debe haber dejado conformes a los hinchas, que ayer llegaron en un buen número pese al momento crítico de su equipo (había unas 10.000 personas), fue el rendimiento de Mascia, que anotó el 1-0 y estrelló dos pelotas en los palos, siempre después de recuperar el balón con la presión que extendió el equipo en la salida del rival.

El aspecto que Nacional no consigue corregir es el defensivo, que ayer volvió a tener otro partido de terror.

El partido transitó por un camino muy diferente al que se podía esperar en el enfrentamiento de un equipo que estaba eliminado y que jugaba por el honor, y de otro que es uno de los animadores del grupo por su fútbol. Newell’s ya le había ganado 4-0 a Nacional en Rosario, con baile incluido. Sin embargo, Nacional hizo partido mientras jugó en igualdad de condiciones y defendió muy bien. Cuando a los 71’ Rafael García vio la roja por un codazo y a los 80’ Jorge Bava por tocar el balón con las manos fuera del área para evitar una acción del rival, los tricolores abandonaron todo lo que habían construido con gran sacrificio. Entonces, David Trezeguet, con dos goles, en los que nada pudo hacer el improvisado guardameta Andrés Scotti, pusieron el 4-2 final. De todas formas, ayer Nacional demostró que puede. Y eso vale mucho para el momento que vivía el equipo de Pelusso.