Un revulsivo que va a costar

El mensaje era claro: había que cambiar la pisada de cualquier manera, porque además de esa derrota, se arrastraba el partido perdido contra River Plate en el Saroldi.

El revulsivo comenzó a verse con las variantes –táctica por un lado, ya que pasó de un 4-3-3 que venía utilizando en los últimos encuentros, a un 4-2-3-1 que también se adaptó a un 4-4-2 a la hora de defender– y de técnica, al cambiar algunos nombres y darle ingreso a Matías Zunino y Leandro Barcia por Jorge Fucile y Sebastián Rodríguez, respectivamente.

Pero lo que más quería Lasarte con ese ya famoso revulsivo, era cambiar la pisada con los resultados y el sábado lo consiguió. No importaba cómo, pero había que ganar.

Un futuro complicado

Nacional consiguió en Rivera tres puntos trascendentes para no perder mayor pisada en la Tabla Anual y en la del Clausura. Eso es un hecho.

El tema fue cómo los obtuvo. En realidad, fue superado por Racing –por momentos, ampliamente– y fue gracias a un golazo de Gonzalo Porras –el segundo en sus tres años en el club– desde fuera del área que pudo festejar el resultado.

No es un tema de ahora el flojo rendimiento futbolístico del equipo de Lasarte. Todo lo contrario. Hace un buen tiempo que no encuentra esas sociedades ofensivas que antes se veían y que eran el gran dolor de cabeza de cualquier rival, que tiene grandes altibajos en individualidades quienes eran fundamentales como los casos de Sebastián Rodríguez, Rodrigo Aguirre o el propio Sebastián Fernández.

Ni siquiera las entradas de Martín Ligüera desde el banco brindan ese aire futbolístico necesario que antes conseguía el conjunto tricolor. Es más: el notable volante cada vez tiene menos minutos en el equipo principal de los albos.

Para sumar más problemas a un panorama que no es el mejor dentro de la cancha, Nacional también ha mostrado grandes falencias defensivas, incluyendo el partido del sábado ante Racing, en el que perdió constantemente por arriba en las pelotas quietas, algo inquietante.

No todo, pero mucho del fútbol de los tricolores, queda supeditado a lo que haga Tabaré Viudez, sin dudas, el hombre más regular que ha tenido Lasarte en los últimos tiempos. Pero depender de cómo se levante un día un solo futbolista, para un equipo grande, es muy peligroso.

El otro punto alto de Nacional es Esteban Conde, un fuera de serie en el arco y quien resultó el gran responsable de que Racing no solo no empatara, sino que no siguiera de largo, porque futbolísticamente en el segundo tiempo, fue muy superior.

Esos baches, esos enormes altibajos que cualquier equipo puede tener o tiene, a este conjunto tricolor pueden costarle muy caros teniendo en cuenta cómo empezaron este Clausura.

Un punto interesante a favor fue el debut de Matías Zunino, quien se desdobló como lateral derecho por momentos, y también como volante.

El futbolista esperó cinco partidos y en el sexto pudo entrar por primera vez para demostrar por qué lo pidió Lasarte. Seguramente sea una fuente interesante de recursos técnicos y tácticos muy aprovechable por Nacional de aquí en adelante.

No obstante, el panorama hasta ahora ha sido oscuro. En la cancha no se ha visto casi nada. De aquel equipo interesante, con ida y vuelta, goleador, hoy poco queda.

El revulsivo de Lasarte apareció pero quedó demostrado que va a costar poder mantenerlo y mejorarlo.

Jugando así, como lo hizo contra Racing, difícilmente Nacional pueda seguir consiguiendo puntos para no perder tren en su meta más cercana que es la Tabla Anual.

Aún tiene tiempo para mejorar y volver a ser lo que mostró –por momentos– no hace mucho y que mereció elogios. Hoy está muy lejos.