Al mismo tiempo que Bayern Múnich humillaba a Porto y Andrés Iniesta volvía a hacer magia al servicio de Barcelona ante Paris Saint-Germain, Wanderers y Fénix midieron fuerzas en el Parque Viera en un duelo de estilos, que se saldó en favor de Fénix por 1-0.
A diferencia de alemanes y españoles, que terminaron el día festejando, los hinchas bohemios vieron como su equipo jugó en una cancha que parecía en bajada y chocó de forma repetitiva ante el arco de Mejía.
El duelo táctico fue de inicio.
Wanderers apeló a su 4-2-3-1 clásico con Santiago Martínez y Maximiliano Olivera como únicos recuperadores y dejando libre a Matías Santos, Joaquín Vergés, Gastón Rodríguez y Santiago Bellini, al tiempo que Fénix buscó blindar su arco con una doble línea de cuatro, que por momentos defendió con seis cuando Gonzalo Papa y Raúl Ferro se replegaron en la zaga, separada por diez metros.
La consigna del albivioleta fue clara: esperar que Wanderers haga el desgaste con la pelota dominada para intentar salir en velocidad y lastimar.
Y el experimento salió bien. El partido fue un monótono ejercicio de ataque contra defensa.
Wanderers con la pelota obligó a Lucas Cavallini y Alexander Medina retroceder hasta jugar en el sector del doble cinco.
Santos se inspiró en dos ocasiones para librarse de la pegagosa marca del rival y habilitó a Rodríguez que tuvo una tarde de terror en la definición.
Al trámite solo le faltaba el gol.Cavallini estaba bien controlado por Paulo Lima y Gastón Bueno estaba tranquilo con la referencia de Alexander Medina, hasta que ocurrió el desastre.
En un pase atrás para intentar salir jugando, Carlos Techera quiso limpiar a su marcador con una gambeta pero la pelota le quedó larga y tras una serie de rebotes, Ferro la empujó para desatar la locura visitante.
Puños y dientes apretados de un lado y lamento en estado puro del otro.
En el segundo tiempo, Rosario Martínez modificó piezas por sector mientras Arias intentó meterse en el arco de Fénix.
Los minutos de Diego Riolfo le dieron aún más claridad a un Wanderes que tuvo aislado a Juan Cruz Mascia como recambio.
Con distintos manuales y el mismo objetivo de quedarse con los tres puntos, el duelo táctico lo ganó Rosario gracias al poder de la paciencia y la ayuda de Techera.
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