Alcides
Ghiggia fue un prócer para el fútbol uruguayo. Aún cuando quedaban muchos de sus ex compañeros vivos, su imagen como el autor del gol de la hazaña lo tenía en un pedestal, quizás solo comparable a Obdulio Varela, y solos seguido de cerca por Eduardo Schiaffino. Pero se terminó de agigantar cuando fue el último recuerdo vivo de aquella hazaña que marcó la historia del fútbol mundial, y marcó para siempre al fútbol uruguayo, hasta transformarse por momentos en un lejano recuerdo al que siguieron décadas de derrotas y desorganización..
Pero su país no siempre lo trató como el ídolo que era. En más de una ocasión el goleador de Maracaná se quejó de que el fútbol le había dado la espalda. Incluso Ghiggia llegó a denunciar que no tenía carnet para entrar a la
AUF para entrar a ver los partidos del fútbol uruguayo
De hecho, no fue hasta 2013 que tuvo un homenaje en el
Estadio Centenario. Fue antes del partido de vuelta por el repechaje ante Jordania, por el repechaje al Mundial 2014,. Fue la primera vez que, 63 años después, el Centenario "festejó" el gol de Maracaná.
Quizás el accidente que tuvo en 2012, cuando chocó contra un camión y terminó politraumatizado, sirvió para recordar que su vida no sería eterna.
Cuando llegó el Mundial 2014, su figura volvió a ser centro de la atención. Claro, el Mundial se disputaba en Brasil y la final en Maracaná. "¡No sé si seré yo el fantasma del Maracaná!", dijo entonces.
"Conté tantas veces el gol que ya me olvide", dijo en algún momento. El fútbol uruguayo, y el del mundo entero, no lo va a olvidar.