Hugo Silveira
Hugo Silveira llega con peligro al arco de Denis, en la única jugada de riesgo del primer tiempo.<br>
Martín Lasarte le da indicaciones a sus jugadores en el Tróccoli
Rodrigo Aguirre ante Tito Ferro en la visita Nacional a Fénix en el Tróccoli
Nacional visita a Fénix en el Tróccoli
Nacional visita a Fénix en el Tróccoli
La carta en la manga de Lasarte: manda a la cancha a Ligüera
Los dirigentes de Nacional en el campo de juego del Tróccoli

Fútbol > APERTURA

Un grito de rebeldía

El albo la pasó mal con Fénix, no jugó bien y Conde salvó su arco hasta que una simple aparición de Silveira le permitió gozar de su condición de lÍder
Tiempo de lectura: -'
23 de abril de 2017 a las 21:30
Para explicar la incomodidad de Nacional en el partido bastan algunos gestos. El técnico Martín Lasarte se tomó la cabeza, protestó airadamentey habló continuamente con su asistente.
El golero Esteban Conde tomó del brazo a Gonzalo Porras y le habló. El capitán Diego Polenta reventó la pelota que se elevó y cayó en el mismo lugar. Sergio Otálvaro agarró al Lolo Estoyanoff impidiendo que lo desborde.

Hasta los 15' del segundo tiempo Nacional no agarraba la pelota. Su incomodidad era evidente.
El equipo de Lasarte había pasado por todas las fases del partido. La lentitud a la hora de salir del fondo con Rafa García. La imprecisión con la pelota, que lo llevó a cometer errores a los del mediocampo, que le pudieron costar caro. Y el mal humor porque Fénix, con poco, lo dominó.

Lasarte sorprendió con el esquema. Paró cuatro hombres en el fondo. Un doble cinco con Porras y Diego Arismendi y por delante de ellos Sebastián Rodríguez.
Arriba tres delanteros con Brian Lozano bien abierto por derecha, Rodrigo Aguirre en el lado opuesto y Hugo Silveira de 9.

El problema fue que Fénix le ganó la batalla en el medio. Mandó a Agustín Canobbio y Mathías Acuña presionar la salida y llevó a Nacional al error.
Como pasó a los 8' cuando Porras perdió una pelota que terminó en una escapada de Estoyanoff cuyo remate, sin ángulo, se perdió afuera. Diez minutos después Acuña lo desacomodó a Rafa García y puso a Estoyanoff camino al gol. Conde salvó el mano a mano.

Nacional la pasaba mal. Se empezó a incomodar. La cancha le empezó a quedar muy ancha a Arismendi y Porras que no llegaban a tapar las bandas por donde Acuña y Canobbio amenazaron.
Y como Seba Rodríguez no tomaba contato con la pelota los delanteros quedaron aislados porque no recibían juego.

Lo único destacable de los bolsos fue una escapada de Lozano cuyo centro fue conectado por Silveira obligando a Denis a una buena intervención. El rebote le quedó al propio Hugo pero el palo devolvió el balón.

Nacional padeció problemas por el sector izquierdo de su defensa. Espino no podía con el Lolo. Sobre los 26 minutos Acuña aprovechó una distracción del fondo albo para rematar cruzado. Otra vez salvó Conde.

Para el complemento Lasarte no movió el equipo. El tema es que la tónica fue la misma.
Hasta lo primeros 15 minutos del segundo tiempo Nacional no encontraba la pelota. Y Fénix, tímidamente, se animaba.

Acaso la única diferencia entre un tiempo y otro fue que el elenco de Capurro no dispuso de tantas comodidades.
Hasta que Lasarte se cansó y mandó llamar a Martín Ligüera. Con el 10 en cancha el bolso cambió un poco la cara.
Y si bien no generó mucha cosa, llevó el juego al tú a tú y fue con otra disposición sobre el arco de Denis.

Corría el minuto 19 cuando Juan Álvez, incomprensiblemente, no restó una pelota y le regaló un tiro de esquina a Nacional.
Fue el inicio del fin para Fénix. El corner lo ejectuó Ligüera, la pelota la peinó Polenta y Hugo Silveira, el que siempre está, metió la pierna para mandar la pelota al fondo del arco.
Nacional, que poco y nada había hecho por el partido, se ponía en ventaja.

Estaba claro que el juego cambiaba porque si de algo se puede jactar el equipo tricolor es de su solidez. La palabra engloba mucho más que el simple detalle de su fortaleza defensiva.
Nacional tiene solidez como equipo, para saber jugar estos partidos complicados, para sobreponerse a las adversidades, y para manejar el trámite cuando es necesario.

Se podrá decir que no luce, que cuenta con la suerte del campeón, que no mereció llevarse puntos en algunos partidos. Pero hay un detalle que no puede pasar desapercibido: el equipo de Lasarte bajó a todos los que peleaban el campeonato. Eso habla de una condición.

Ante todas las adversidades que presentó el partido. Luego de ser dominado en gran parte del juego, de sufrir y andar a los saltos. Luego de los puntos dejados por su tradicional rival que generaban la presión de ganar. El grito de gol de Hugo Silveira no fue un grito más, fue un grito de rebeldía en el Cerro.


Embed

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...