Así fue que un centro de Tabaré Viudez puso en aprietos a Nicola Pérez, en tanto un remate desde afuera de Nicolás Rodríguez fue atajado por Esteban Conde.
Lentamente Nacional comenzó a encontrar su juego y cuando el tricolor empezaba a tener el control del partido, una salida del fondo de Diego Polenta, que jugó con Kevin Ramírez y este dejó a Hugo Silveira en carrera al gol: el delantero hizo lo que sabe, ganó en velocidad y tras fallar en el primer intento, en el segundo mandó la pelota al fondo de la red para poner el 1-0.
De ahí en más el partido fue dominado por Nacional, que debió quedar 2-0, pero a los 23' el juez anuló mal un gol de Sebastián Fernández, que el delantero convirtió en forma lícita pero el línea advirtió una mano que no existió.
Dos minutos después, la lesión de Diego Arismendi, quien se retiró con una lesión en su tobillo derecho –que lo pone en duda para el clásico–, sacó a Nacional de la sintonía futbolística que había logrado.
Fue entonces cuando comenzó a mejorar River Plate. Asumió el control del partido y empezó a transformar a Esteban Conde en figura, tras quedarse con un remate de Olivera a los 36' y un cabezazo de Peraza a los 38'.
A esa altura, en el mediocampo de Nacional ya jugaba Gonzalo Porras por Arismendi.
En el inicio del segundo tiempo, Martín Lasarte comprendió que la defensa de su equipo no estaba funcionando como debía, ya que apenas habían transcurrido tres minutos y River había llegado dos veces, y para colmo Agustín Rogel, quien jugaba con amarilla y estaba expuesto a recibir una segunda tarjeta. Por esa razón mandó a Alexis Rolín a la cancha.
Un minuto después, en una jugada cargada de mala suerte para Hugo Silveira, un centro de Ale, sorprendió al delantero de Nacional, quien mandó la pelota al fondo de su propio arco.
Confundido, desordenado, defendiendo mal y muy lejos de la pelota, Nacional sufrió durante 20 minutos, porque River Plate fue profundo con su juego y llevó peligro al arco de Conde. De todas formas, se mantuvo el empate en el marcador.
Para jugar los últimos 20 minutos, el técnico Lasarte apostó todo: sacó un defensa (Fucile) y puso a Martín Ligüera. A los albos solo les servía ganar, porque se les escapaba el liderazgo en la Tabla Anual, en la fecha previa al clásico. La última línea tricolor quedó conformada por Rolín, Polenta y Viña.
River Plate lo esperó con un equipo bien plantado y, pese a la intención de Ligüera de llevar la pelota a buen destino, se chocó contra una muralla, que si fallaba encontraba a un Nicola Pérez que fue determinante.
Cuando el partido se apagaba, cuando Nacional no podía, un error de la defensa tricolor, que estaba con tres en el fondo, permitió a Giovanni González anotar el 2-1 y lanzar al equipo visitante un balde de agua fría.
Nacional no supo disimular la baja por lesión de Diego Arismendi, nunca pudo recuperar la forma que tuvo los primeros 25 minutos, cayó en la fecha previa al clásico y generará espacios para alimentar la polémica por el gol mal anulado por el árbitro, que en ese momento hubiera dejado el partido 2-0. De todas formas, jugando así, los albos llegan con muchas dudas al partido más esperado del fútbol local.
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