Un Cacique ganador que se prueba el buzo de DT

A los 30 años, cuando todavía se encontraba en plena vigencia deportiva, lucía pelo largo, alimentaba su carrera con goles, lanzaba flechas a las tribunas –con un arco imaginario– en los festejos y alimentaba su idilio con el hincha, ya había definido que el día después del retiro sería entrenador. Y que sería entrenador de Nacional.

A esa altura de la carrera de Alexander Medina, ese sueño que comentaba a sus más cercano, quienes lo creían capaz de lograrlo por el convencimiento con el que planteó todo en su recorrido en el fútbol, solo formaba parte del imaginario colectivo como el de tantos otros futbolistas.

Incluso cuando ya había realizado el curso de entrenador y comenzaba a tomar apuntes de los entrenamientos, los partidos y las concentraciones en una bitácora que le serviría como referencia para lo que vendría más adelante.

A los 30 años, cuando disfrutaba su segundo título de campeón del Uruguayo con Nacional en 2008-2009, Medina –que ya había pasado por los salones de clase– comenzaba a vivir el fútbol con pies de jugador y con cabeza de entrenador.

Todavía quedaban Arsenal de Argentina, Unión Española de Chile, River Plate de Uruguay, el tercer regreso a Nacional y finalmente Fénix, que marcaron otros siete años de fútbol como jugador.

Cuando en agosto de 2015 finalmente decidió retirarse, incluso después de haber procesado durante un largo tiempo ese traumático pasaje del fútbol activo a la pausa eterna como jugador profesional, Medina había comprendido que comezaba a recorrer un nuevo camino. Y que ese sendero ya no solo iba a estar acompañado de nuevos desafíos sino también de una imagen diferente.

Cambió pelo largo por corto, bien prolijo, sin vinchas ni gomitas para mantenerlo lejos de la cara. Cambió la ropa deportiva por una vestimenta casual pero con un toque formal, y a partir de allí comenzó a darle forma y construir el siguiente nivel de su etapa en el fútbol: el entrenador.

Su vínculo con Nacional que supo de tres pasajes (en 2004-2005, 2008-2009 y 2011-2013), regado de goles –algunos de los cuales los hinchas recuerdan con especial cariño– y de un carácter que lo hacían parecer indestructible en la cancha, le abrió definitivamente una puerta para empezar a recorrer las calles internas del club que se había transformado en ídolo.

Un año después de su retiro, en julio de 2016, aquella llamada del gerente deportivo Alejandro Lembo para ofrecerle el equipo de Tercera división estableció el inicio de su nueva etapa. El proceso que fue madurando comenzaba a tomar forma. Metódico, estructurado y con un minucioso plan de vuelo, durante un año y medio afinó el plan que tenía en su cabeza y le dio al equipo de Tercera tricolor el rótulo de invencible.

El jueves dirigirá el último partido de Tercera ante Defensor Sporting, en una temporada 2017 en la que fue campeón del Apertura, Clausura, Tabla Anual y el Campeonato Uruguayo.

Luego llegará el desafío de Primera división, donde ocupará el lugar que deja Martín Lasarte.

Medina firmó por un año y su vínculo se acordó por unanimidad de la comisión directiva.

"Es una alegría, una satisfacción y un orgullo muy grande que los dirigentes me hayan confirmado como nuevo entrenador de Nacional, más allá de que las puertas del club me la abrieron hace un año y medio cuando iniciamos un proyecto con los jugadores de Tercera división", dijo el entrenador en una conferencia de prensa que se montó este lunes de noche en el domicilio del dirigente Pablo Durán, donde se desarrolló la reunión de directiva que aprobó la llegada del nuevo técnico.

Consultado acerca de si el título de Peñarol en el Uruguayo lo obligaba a redoblar esfuerzos para pelear por el campeonato, expresó: "El desafío de Nacional siempre es fuerte. No importa lo que pase. Por historia Nacional siempre está obligado a salir a ganar. Si el resultado hubiera sido otro, íbamos a tener la misma responsabilidad para ganar. Y eso no va a cambiar", puntualizó.

El cuerpo técnico lo integrarán el asistente Fernando Machado, el preparador físico Guillermo Souto, el profe institucional Julio Moreno (que lleva 27 años en el club), el entrenador de golero Leonardo Romay y un segundo asistente que se anunciará en los próximos días.

Y por esas vueltas del destino, su estreno oficial será en enero... ¡con un clásico!, el de la primera edición de la Supercopa.