Suárez y la impunidad de FIFA

Mirar con detenimiento la nomina permite comprobar que la FIFA pretende predicar con un ejemplo que no se aplica a todos con la misma rigurosidad.

Convengamos en que Luis Suárez se equivocó en el Mundial de Brasil al morder al italiano Chiellini. Recibió una pena sumamente desmedida, que lo afectó incluso a nivel laboral, pero ya está. Es tema juzgado y terminado. Al clan de Blatter poco le importó que se trata de un ser humano. Mucho menos reparó en su poder, se vale del poder de convocatoria de Suárez. Se salió con la suya aplicando una sanción jamás impuesta a otro jugador en el mundo entero. Pero todo tiene un límite.

Hay que ser demasiado necio, estar ciego de poder, y tener un elevado grado de superioridad para no ver y analizar datos de la realidad.

Suárez fue el goleador de Europa. Fue premiado junto a Cristiano Ronaldo, el portugués que parece reunir todos los puntos que la FIFA avala como ejemplo. Sin embargo, Suárez no está en la lista de candidatos a ganar el Balón de Oro.

Pero dejando de lado a Cristiano, que nadie discute que es un ganador. Pregunto: ¿Cuál es el mérito del promocionado Zlatan Ibrahimovic? Miró el Mundial por televisión. No jugó finales europeas. Fue campeón de Liga y de Copa, nada más. No vaya a pensar que es el único postulado con escasos antecedentes. Sin embargo Suárez no tiene lugar. Te portaste mal, tengo poder, y hago lo que quiero. Ese es el mensaje que parece que se brinda. Si hasta en algunos aspectos tiene grado de comparación con situaciones que viven algunos clubes en Uruguay.

Que quede claro, acá no se trata de nacionalismo barato sino de una realidad que es difícil de tapar y que solo se justifica como una nueva demostración de poder. ¿Cuánto más tendrá que pagar Suárez por su error?

El grado de omnipotencia es tal que en la lista de entrenadores candidatos al premio figura José Mourinho, el rey de los actos de indisciplina. Un provocador que vive multado en la liga inglesa.

Pasado el tiempo, tomando distancia, y analizando, hoy entiendo porqué Tabárez se bajó del mundo de la FIFA. No fue por nacionalismo. Fue por convicción. “Todos sabemos dónde está el poder. Eso no se discute. Que el poder lo tenga el organizador. Pero eso no quiere decir aceptar el uso indiscriminado de ese poder. Sobretodo por el órgano que debe impartir justicia”.