Gustavo Poyet viajó el lunes de Brighton –donde dirige al equipo local– hasta Londres para participar de una conferencia en Wembley sobre la recurrencia de las lesiones de los futbolistas en sus isquiotibiales. Fue acompañado por el técnico de la selección inglesa, Roy Hodgson, el DT italiano Gianfranco Zola y los médicos de Liverpool y Juventus. El Observador aprovechó para hablar con él de cómo se vive en Inglaterra esta nueva inconducta de Luis Suárez.
¿Qué opinión le merece lo que sucedió con Suárez el domingo?
Luis sabe que lo que hizo no lo tiene que hacer. Ahora, si lo sacamos de su pasión y su forma de jugar, no va a ser el mismo. O lo aceptás como es o no lo aceptás.
Es que ya suma varios hechos polémicos en Inglaterra.
Al principio se podía hablar de mala suerte, de que se podía haber equivocado, pero ahora la cosa está más complicada. Su forma de ser y de jugar al fútbol no va bien en Inglaterra. La enorme mayoría de la gente lo ha criticado mucho.
Ya parece algo indefendible.
No pasa por defenderlo o no. En un partido de fútbol no podés morder a un rival. Pero hay que bancarlo así como es. Si queremos que sea un santo, lo vamos a perder. A mí me gusta Luis como es. ¿Que se equivocó? Sí, se equivocó. No salgo a defenderlo. Estaba caliente por el penal que cometió y pensó que iban a perder por su culpa. Pero hizo el gol en ese estado de euforia y de locura en el que estaba.
¿Este último hecho le puede costar su carrera en Inglaterra?
Sí. Creo que ahora sí. Después de lo de Evra y otros hechos, quizás se podía sobrellevar, pero ahora es muy complicado. Ojo que igual Liverpool –pese a que lo multó– lo banca y lo quiere hasta 2016. Tendrían que pasar un par de años sin que ocurriera nada malo con él para que pudiera ser bien visto acá en Inglaterra.
Además llega en un momento en que la AUF intenta defenderlo ante la FIFA por la agresión a Gonzalo Jara en el último partido ante Chile.
Sí, es demasiado para él y para un país como Inglaterra en el que se toman estos hechos con mucha relevancia.
Más allá de que este nuevo episodio de Suárez en Inglaterra es clarísimo, a veces parece que hay una especie de persecusión hacia él.
Es que los códigos en el fútbol no existen más en ninguna parte del mundo y acá en Inglaterra, tampoco. Hoy todos opinan de los contrarios, acusan a los contrarios y no miran para adentro, no ven los problemas de su equipo. A mí me gustaba el fútbol de códigos.
¿Puede ser bajado de la nómina como mejor futbolista del año debido a este incidente?
No debería. Porque este premio lo entregan los jugadores. Hay otro premio que es el que dan los periodistas, pero en este sigue en carrera, aunque claro, seguramente más complicado.
Más allá de sus disculpas en twitter del domingo de noche, Suárez no habló más.
Es mejor que no hable ahora. Él hizo lo que debe hacer cualquiera luego de un hecho así, que fue pedir disculpas.
¿Y cómo es visto eso allí?
Es un tema interesante. Porque hubo muchos casos de futbolistas que cometen excesos en la cancha y luego piden disculpas –como pasó con Luis– y entonces son tratados como héroes. Pero con Luis no pasó eso. A él no le creen. Hay gente que pone en duda que quien escribió esos tweets haya sido él. Me da mucha tristeza. Hoy (el lunes) me hicieron una entrevista para The Times que sale mañana (el martes) y le dije esto a la periodista. En el fútbol de acá hay mucha hipocresía.
Hasta el primer ministro británico habló del tema.
Los políticos ingleses también que miren para adentro. Son los que menos pueden hablar por lo que hicieron hace unos años con unas prebendas. No son un ejemplo para la sociedad. Es como lo que pasó con nuestro presidente Mujica y la de Argentina. Si algún día en el futuro nos critican por algo, nos tendremos que callar la boca. Si decimos algo, es porque somos hipócritas.
¿Le generó inconvenientes haber tratado de defender a Suárez por el problema con Evra?
Sí, me complicó bastante. Porque acá no entendieron nada de lo que dije. No hablé de racismo, y no entienden lo que yo entiendo que es el negro nuestro.
¿Habló con Suárez estos días?
Sí, estoy en contacto constante. Hablé antes del partido con Chelsea, no hay nada que esconder. Igual él sabe que estuvo mal, pidió disculpas, va a tener que aceptar que tuvo una conducta equivocada y volver a jugar acá al fútbol o irse a Real Madrid o a PSG. A mí me gustaría que se quedara acá, pero no será fácil.
Es que va a ser difícil cambiarlo.
Jermain Defoe mordió a Mascherano acá y todo pasó. Dennis Wise jugaba conmigo en Chelsea e hizo lo mismo. Hace 15 años que vivo acá, sé cómo son y para poder hacerlo, me tengo que adaptar para vivir en la sociedad inglesa. En Uruguay, ¿aplaudimos a un policía? ¡No! Pero el otro día en Estados Unidos, aplaudieron a los policías y son héroes por haber atrapado al terrorista. No significa que eso esté mal: es su forma de ser.
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