Se va a terreno enemigo

Corea del Norte pasó inadvertida en el Mundial de Sudáfrica 2010. Perdió 2-1 con Brasil, 7-0 ante Portugal y 3-0 frente a Costa de Marfil. Sin embargo, su centrodelantero Jong Tae-Se tuvo su momento de fama: cada vez que se irradiaba el himno nacional de su país, lloraba emocionado.

Nacionalista a ultranza y defensor del régimen comunista que gobierna a Corea del Norte desde 1948, Jong jugará ahora en Suwon Samsung Bluewings, de Corea del Sur: el enemigo.

Sí. Ambos países se enfrentaron en la guerra de las Coreas entre 1950 y 1953 y nunca firmaron desde entonces un tratado de paz. Es más, los sureños no reconocen a los del norte como país. Siguen en estado de guerra.

Y Jong, a quien apodan el Rooney del pueblo, es un hombre muy particular: nació en Japón y tuvo pasaporte de Corea del Sur hasta 2006, cuando se decidió a jugar por el país de su madre, quien le inculcó los valores del régimen.

Debutó el 19 de junio de 2007 marcándole cuatro goles a Mongolia y lleva 16 tantos con la casaca de Corea del Norte.

Pero nunca jugó ni vivió en ese país. De Japón se fue a Alemania, donde militó en Bochum y Colonia. Y ahora lo ficha el equipo por el que jugó el delantero de Peñarol Juan Manuel Olivera, en la temporada 2006-2007.

Jong percibía en Colonia un salario anual de € 286 mil y el equipo coreano pagará € 300 mil por su pase.

A Jong le encanta salir de compras, la ropa de marca, los autos caros y practicar snowboarding.

En la concentración del Mundial de Sudáfrica era el único del plantel que tenía iPod, laptop y PlayStation.

Cuando sus compañeros regresaron al país, cargando las tres derrotas mundialistas, se informó que jugadores y técnico fueron confinados a trabajar en una mina de carbón por la mala actuación.

“Es imposible, los jugadores ya eran héroes nacionales con solo haberse clasificado; además el entrenador es muy respetado en Corea del Norte”, dijo Jong desde Alemania. Seguramente después de haberle puesto pausa a la Play.